Escribe: Edwin Cavello Limas
La Cámara
Peruana del Libro es la institución encargada de organizar la Feria
Internacional de Libro de Lima y la Feria Internacional Ricardo Palma, durante
varios años cayó en manos de personajes que convirtieron a la asociación sin fines
de lucro, en una organización lucrativa, que terminó maltratando con cobros
excesivos a escritores, editores, asociados y al público en general. Cobros
excesivos que fueron realizados por la gestión de Germán Coronado (ex
presidente de la CPL) y José Carlos Alvariño (actual presidente de la CPL).
Este año, se ha presentado una única lista para la postulación, y el proceso se ha cerrado con esa única lista presentada al concurso. Todo indica que la Cámara Peruana del Libro tiene ya un nuevo Presidente para el período 2020 – 2022, el señor Willy del Pozo Alarcón, gerente general de Ediciones Altazor. Lo acompañan en la lista representantes de las editoriales Alfredo Dammert, Penguin Random House, Fondo de Cultura Económica, Planeta, Crisol, Panamericana, Los libros más pequeños del mundo, Trilce y Distribuidora Gráfica.
Willy del Pozo tiene la oportunidad de corregir todos los errores de las dos gestiones anteriores y acercar realmente el libro al público, recuperando el espíritu con el que la Cámara Peruana del Libro fue creada: difundir el libro y promover la lectura, generar lectores y democratizar las publicaciones para que estén al alcance de todos los ciudadanos.
Además, Willy del Pozo tendrá que someter según el reglamento interno de ética de la Cámara Peruana de Libro, a la editorial Estruendomudo, del señor Álvaro Lasso, ya que su editorial se encuentra denuncia por supuesta corrupción y está siendo investigada por la Fiscalía Anticorrupción por el escándalo de la publicación del “Libro de Plata” de la Municipalidad de Nuevo Chimbote. Otra editorial que también debe ser sometida el reglamento de ética, es Paracaídas Soluciones Editoriales, ya que John Paolo Mejía, editor general y dueño de la editorial fue denunciado por cinco mujeres por supuesta violencia sexual. Sorprende que la actual gestión de la CPL no haya aplicado su reglamento de ética para estos casos donde se encuentran involucradas dos editoriales asociadas a la Cámara Peruana del Libro.
Willy del
Pozo tendrá que trabajar no solo para eliminar los cobros excesivos, sino también
apartar a personajes nocivos de la Cámara Peruana del Libro. Una tarea que
tendrá que desarrollar desde inicios del 2020. Además, deberá procurar en no
caer en el grave error de dar preferencias a las editoriales transnacionales,
que durante años han ocupado los mejores espacios y horarios en la Feria
Internacional del Libro de Lima, perjudicando la exposición de las editoriales
independientes.
Esperemos
que con la nueva gestión la FIL de Lima tenga mejores invitados, libros de
calidad, mayor seguridad, beneficios para el público, y se cumpla con el fin
que fue creado: difundir el libro y promover la lectura. En Perú un libro sigue
siendo caro, a pesar que no pagará impuesto por un año más debido al decreto de
urgencia gestionado por el ministro de Cultura Francesco Petrozzi.
