Cultura

Cabalgando sobre el arco iris

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Un artista juninense comparte su vocación por el óleo y el lienzo con la fotografía y con esa inclinación, ha capturado  los asombrosos paisajes de su natal Junín así la Cordillera de Huaytapallana  como sus numerosos lagos.

El verano serrano es contradictorio y mágico. Sol y verdor por todas partes y lluvias intermitentes que a veces se transforman en verdaderos chubascos o huaicos. Esos cataclismos pluviosos que arrasan pueblos y destruyen caminos, son terribles. Pese a ello, hay personas que se embriagan con estas muestras de la naturaleza, pasando por alto sus excesos.

Uno de estos raros personajes es un artista plástico y además fotógrafo. Este personaje, Elio Munzón Zevallos Meza, es tan especial como los nombres que le pusieron cuando nació en la provincia de Osores en 1976.

El año pasado estuvo por la selva de Satipo en busca de paisajes y soledades  y allí se topó con un huaico ya casi cerca de Huancayo. Es que esa extraña afición por la fotografía y la pintura no logran retenerlo y cuando quiere estar en el campo, que como confiesa, es una manera de sentirse libre, busca fotografiar aquellas montañas de la cordillera del Huaytapallana o el histórico lago de Chinchaycocha, hasta sentir de nuevo el anhelo de retornar a casa y encerrarse en su taller para pintar.

Pinceles del pasado

En esta larga cuarentena, con la muerte que nos hace muecas desde todos los rincones, las vivencias son  la mejor compañera para paliar las melancolías y qué mejor que irse a vivir al campo como lo hace el artista yendo a esa encantadora estancia familiar de Osores. Su geografía construida a 4,105 mts SNM en una pampa azotada por vientos helados y vestida con el eterno ichu, alberga los poblados de Rimaycancha y Pedro de Pan, que se unen en los festejos de San Juan, los 24 de junio. A Elio, estos parajes le sirven de inspiración para seguir pintando y continuar fotografiando estos paisajes de puna y lluvia.

Elio recuerda con nostalgia aquellos tiempos en que con los amigos recorría las pampas de Junín, escenario de una de las batallas que selló la independencia americana. Pero al dejar de frecuentar a esos compañeros, decidió perpetuar los paisajes a través de la cámara, que aprendió a utilizar por afición y con ayuda de profesionales.

Por la ausencia de nombres reconocidos, como lo fueron un Chambi en Cusco, Vargas en Arequipa o Courret en Lima, no tenemos un registro de la vida social y política de Junín, a excepción de Sebastián Rodríguez, quien en 1938 logró algunas placas. Y de Teodoro Boullón Salazar (1885-1960) que recogió con su cámara la vida social de Jauja.

Esta ausencia es el motivo por el que decidió el artista Zevallos preparar una edición que en breve presentará en Junín y en Lima, titulada “Junín, colores de Libertad”. “La hice sin auspicios porque si alguno quiere apoyar condiciona el contenido, y prefiero trabajar solo”, contó al diario El Peruano.

De la foto al lienzo

Elio Zevallos se formó como artista plástico en la Escuela Superior de Formación Artística Pública San Pedro de Cajas (ESFAP). “Mi técnica es variada y pinto en acrílico, esmalte, mixto, óleo sobre lienzo. Últimamente estoy experimentando con la acuarela que encuentro, es bastante complicada pero fascinante”.

Lo que el artista omite es que para realizar esos trabajos no teme subir sobre altísimos andamios, arriesgando la vida. Al fin y al cabo lleva la herencia de aquellos pueblos wankas o quizá de los olvidados pumpush que se enseñorearon por el valle del Mantaro a más de 4,000 metros de altura.

Con la curiosidad de saber  en qué anda y cuáles son sus afanes en estas forzadas vacaciones, lo entrevistamos para LIMA GRIS, a través de los medios on line.

Entrevista  a Elio Zevallos

 ¿Cómo estás sorteando este tiempo de cuarentena? ¿sigues con tus magníficos proyectos?

Gran parte del 2020 la he pasado lejos de la ciudad, en ONDORES, lugar donde nací y que gracias a Dios mi familia aún conserva la finca (rancho) que heredamos de mis abuelos y para mí, siempre es un lugar a donde me lleva el corazón y en estos tiempos difíciles fue mi mejor refugio por así decirlo.

En cuanto a mis proyectos artísticos, casi todos quedaron en stand bye, pero gracias a estas circunstancias también surgieron otros en los que ahora voy trabajando y a la vez este pasado 2020 he realizado varios murales por encargo de instituciones gubernamentales como el CERNANP y la municipalidad, tanto para el SANTUARIO HISTÓRICO DE CHACAMARCA y LA RESERVA NACIONAL DE JUNÍN; todo esto en el marco de la reactivación económica para el sector turismo.

¿Cómo se llama el libro que estabas escribiendo? ¿de qué trata? ¿Lo terminaste?

 JUNÍN COLORES DE LIBERTAD, es el nombre que dio lugar a este proyecto, ahora no sé si este sea el titulo final; este es uno de mis  proyectos que está en espera, es una suerte de proyecto visual-literario, si cabe el término, donde estoy acompañando las fotografías con mis apuntes que también evoca este caminar en busca de  amaneceres, ocasos, paisajes, el paso del tiempo y toda la magia que envuelve al mundo andino.

La fotografía es otra de tus inclinaciones, ¿Cuántas exposiciones has efectuado? ¿Solamente capturas los paisajes juninenses? ¿Por qué la triple coalición: pintura, mural y fotografía?

 Sí, son una forma de alternar mi labor artística, cuando siento que ya el taller me va a ahogar recurro a la fotografía , esto implica salir al campo ir a pescar, levantarse antes del amanecer, buscar un buen lugar para esperar al sol, interactuar con la flora y fauna, es genial, encontré mi manera de refrescar el espíritu y todo esto hace que regrese al taller con mucho entusiasmo a vivir otro poco entre lienzos, colores, el olor del óleo , la música, etc, etc.  y así hasta que otra vez me voy al campo; pero claro, en este ir y venir  he tenido la oportunidad de compartir mis trabajos fotográficos tanto en la capital como en provincias, siendo honrado con dos premios nacionales de fotografía el 2013 y el 2018 y ahora gracias a las plataformas digitales que son el medio más inmediato he logrado importantes reconocimientos en distintos grupos internacionales de fotografía. 

En cuanto a la temática de mis fotografías, hasta hace poco han sido los paisajes juninenses como bien lo mencionas, todo esto como consecuencia del amor que le guardo a este terruño, adicional a ello ahora estoy llevando mi propuesta fotográfica hacia la figura humana y el bodegón, voy retratando elementos cotidianos que sin darme cuenta había conservado desde muy pequeño, elementos que evocan mi niñez, el amor de mis abuelos, la vida en el campo, pedazos de tiempo  que aún son mi eternidad y me ayudaron a darle un horizonte a  este nuevo proyecto.

La historia está presente en tu trabajo pictórico y mural, ¿es sólo como un afán regionalista?

Fue inevitable desarrollar esta temática, luego de entender y valorar el legado histórico de los juninenses en su lucha por la independencia del Perú, saber que entonces fue brutalmente asesinada las dos terceras partes de la población, saber que somos el primer pueblo mártir en la lucha por la independencia del Perú, saber que aún sin tener formación militar estuvieron al frente de la causa independista, y entender lo decisivo que fue el triunfo patriota en la BATALLA DE JUNÍN aquel 6 de agosto de 1824 me inspiró a desarrollar esta temática que por cierto aún estoy en deuda con este proyecto.

Descubro una tendencia hacia el lenguaje colectivo a través de las imágenes, tanto en tu pintura como en la fotografía. ¿Es quizá una manera de darles voz a aquellos que no la tienen?

En realidad no estoy muy seguro, quizás solo sea una manera de acariciar al niño desvalido que llevo dentro, quizás solo sea una manera de caminar al lado de “aquellos que no tienen voz”, pero “no tienen voz” solo para una sociedad que no tiene la capacidad de escucharlos, porque somos nosotros quienes nos desentendimos de ese mundo, de esa extraña forma de vivir hablándole a  la naturaleza, no entendimos su mágica forma de vivir pidiendo permiso a la tierra para coger algo de ella, de vivir preguntando por el mañana a la luna y a las estrellas, de vivir como hermanos…  y al no entenderlos hemos desarrollado esa terrible facilidad para ignorarlos, tanto que ahora decimos que no tienen voz, pero creo es todo lo contrario, creo que el problema parte del otro extremo.

¿Utilizas una simbología para explicar esta etapa tan  difícil a través de tus lienzos? ¿Es importante hacerlo?

Es inevitable, considerando que los colores de por sí ya simbolizan conceptos concretos, esto dependiendo claro está de nuestra influencia cultural, ahora ya tratándose de la simbología como elemento para enriquecer una obra es  definitivamente un medio eficaz; en lo personal, al desarrollar mis obras no las he considerado de manera significativa, a veces están presentes intuitivamente pero no las he considerado parte vital de mis obras, quizás porque las he asociado más con lo conceptual. 

¿Cuáles son tus proyectos?

La escultura, a pesar de ser la razón más decisiva por la que me he dedicado a las artes aún no he podido desarrollarla de manera plena, solo un par de obras que marcaron ese camino y luego circunstancias propias y externas lograron boicotear este anhelo, pero ahora estoy decidido a no postergarlo por mucho más.

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