Es paradójico saber que el Ministerio de Cultura de Perú desde hace 14 años no ha funcionado como debería funcionar. “Trabajamos por un país libre de discriminación y de racismo, orgulloso de su identidad cultural”, pregonan en la institución, que más bien ha funcionado como una agencia de empleos para acomodar a amigos afines y pagar favores políticos de los gobiernos de turno. Es decir, el poco presupuesto que reciben del MEF, prácticamente es utilizado para solventar jugosos salarios y otras gollerías. La falta de coherencia que existe en los falsos postulados de inclusión de la ministra de Cultura Leslie Urteaga, realmente es contundente. En realidad, ella no trabaja por un país libre de discriminación y racismo. ¿Acaso dijo algo luego que el ministro de Educación agraviara con sus frases a la comunidad de mujeres awajún? La ministra no solo se negó a responder sobre las violaciones sexuales a niñas, sino que, responsabilizó a gobiernos anteriores: “Ningún gobierno se hizo cargo”.
Pero eso no es todo, Urteaga y sus colegas Morgan Quero y Ángela Hernández se zurraron en la Comisión de Pueblos Amazónicos del Congreso que los citó para responder sobre los incidentes de violación en la comunidad awajún, y brillaron por su ausencia. ¿Qué podemos esperar de estos ‘subordinados’ que han desnaturalizado sus roles? Si prácticamente se han convertido en ‘voceros’ que defienden a una presidenta indefendible que los arropa como fieles escuderos.
Una tremenda vergüenza significó para todos los peruanos la esquiva respuesta de la mandataria Dina Boluarte, ante la pregunta de una periodista que le dijo “Usted se ha denominado la madre de todos los peruanos. Y una madre cobija, una madre defiende y usted ha sido una madre que en el caso de las violaciones de menores awajún no ha tomado acciones importantes”. Sin embargo, Boluarte Zegarra se mostró indiferente ante el cuestionamiento y prácticamente oprimió el “botón next”: “Ya quisiera desaparecerme un solo minuto y no hacer mi trabajo de presidenta. Para la respuesta de awajún y las 500 denuncias, acá está nuestro ministro de Educación”. De esa manera, la presidenta Boluarte, se quitó la careta del modo más indolente y agraviante y demostró al Perú entero que en realidad es la madrastra perversa.
(Columna publicada en Diario UNO)
