BOB DYLAN O EL BOB ESPONJA DE LECHUGA VERDE AMERICANA

Bob Dylan fue el símbolo de la libertad americana, de los jóvenes que levantaban el puño ante la violencia política y estructural, de los que se oponían a la guerra y al exterminio, etc., etc., pero eso ya pasó, es la prehistoria y ahí se quedará, y este nuevo Bob es otra persona, al carajo se fueron sus canciones blowing in the wind o su Knockin On Heavens Door y toda su cháchara sobre el amor, la resistencia civil (resiliencia dicen los neófitos o los intelecto-wannabes) y la lucha por la paz y, por supuesto, contra el gran capital, el club de Bilderberg, los Skulls and Bones, los G-3, los G-8, etc., etc.

Este Bob Esponja de lechuga verde americana ya está contando los días para embolsicarse el casi millón de dólares que incluye el premio Nobel, plata que irá sumando a sus grotescos y desatinados comerciales para autos lujosos Cadillac Escalades que representan el supuesto estilo americano o de yogures transgénicos, como la marca Chobani, con aspartame y preservantes para embrutecer a las masas o la de la proimperialista Pepsi-Cola con cancioncita incluida, porque ahora este nuevo juglar, dizque seguidor de Homero, Femio, Alceo y Safo, le canta a las corporaciones, le canta a los multimillonarios o a ese nuevo “estilo americano” que ya no hace auto-stop ni duerme en el suelo o donde le caiga la noche o se revuelca en el lodo por tres días de paz-amor-y- rock-and-roll, ahora el nuevo “estilo americano” es vivir en un penthouse o dormir sobre sacos de dólares y alcanzar como sea el new american way of life y ser premiado por cualquier cosa y mejor si es algo de distinción global, pues los laureles también vienen sin tallarines y los académicos o termocéfalos parlantes harán cuadrar en caja todo lo que se tenga que decir para que el populorum entienda-acepte-asienta que sí, en realidad, sí se merecía ese Nobel de literatura como el cacógrafo Winston Churchill en 1953 o como  el asesino Kissinger y su nobel de la paz en 1973 o el de Obama en 2009 para que siga lanzando bombas en Medio Oriente y convirtiendo a este mundo en eso que las películas de Hollywood llaman “mundo apocalíptico” (e integrado) donde la “verdad”, el “arte” y la “literatura”, también pueden usarse tranquilamente como pala del enterrador o como garrotazos sobre la inocencia o la ignorancia de las masas arrojadas inevitablemente al abismo del consumo.

Bob Dylan y su comercial de Pepsi:

Bob Dylan y su comercial de autos:

Bob Dylan y su comercial de Yogurt transgénico: