Bicentenario: Sandra Negro se pronuncia sobre demolición de monumento histórico en Huaral
Tras la publicación de la demolición del monumento histórico donde vivió un tiempo Don José de San Martín, el Ministerio de Cultura nos envió un comunicado indicando que «el bien demolido NO es parte de la misma». Para aclarar el tema nos comunicamos con Dra. Sandra Negro, especialista en casas hacienda y patrimonio hispánico, quien manifestó su indignación por el comunicado y por lo que viene sucediendo con los monumentos históricos ad portas del bicentenario.
El día lunes 06 de julio publicamos una nota (LEER AQUÍ) sobre la demolición de parte de la casa hacienda Retes, considerada monumento histórico intangible según el R.D.N. 1413-2008 INC. Esta casa hacienda es importante pues en ella se alojaron el libertador don José de San Martín y su ejército, y fue en sus instalaciones donde se produjo el rendimiento del batallón Numancia. Es, pues, parte importante de la memoria histórica del Perú que actualmente se encuentra en total abandono. Ante esta publicación, el Ministerio de Cultura –a través de su área de prensa- nos envió un comunicado donde indican que:
“Se había demolido un inmueble en su totalidad (Capilla), el cual se encontraba a 80 metros aproximadamente de la “Casa Ex Hacienda Retes”. Cabe indicar, que en la declaratoria de bien integrante del Patrimonio Cultural de la Nación de este Monumento (“Casa Ex Hacienda Retes”), el bien demolido NO es parte de la misma, por lo cual NO es un bien integrante del Patrimonio Cultural de la Nación”.
Esta posición del Ministerio de Cultura desnuda con toda claridad el sistema de desprotección que ha montado dicha entidad, violando el principio de “presunción constitucional” establecido por la Constitución Política en su Art. 21°, claramente establecida en su momento en la Ley 28296 y que fue cambiada para dar paso a un nefasto sistema denominado “declaración previa”, por el cual no existe protección alguna para lo que no esté declarado y delimitado. ¿Qué patrimonio es entonces el que protege el Ministerio de Cultura? ¿Cuáles son los criterios que manejan para decir “esto sí” es histórico y “esto no” y por tanto pueden demolerlo?
Para aclarar este sombrío panorama conversamos con la Dra. Sandra Negro Tua, Doctora en Historia del Arte y Gestión Cultural en el Mundo Hispánico, Directora Ejecutiva del Instituto de Investigación del Patrimonio Cultural de la URP, y Directora del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio, además de docente titular en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma y del Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Una de las máximas autoridades peruanas sobre el tema.
El comunicado del Ministerio de Cultura indica que la capilla demolida no conforma parte de la casa hacienda y por tanto NO es un bien integrante del Patrimonio Cultural de la Nación. ¿Cuál es la tipología que define una casa hacienda?
«Lo que ocurre es que, fundamentalmente, muchas propiedades fuera del casco urbano de Lima no han sido declaradas como patrimonio, como ocurre por ejemplo con la hacienda Santa Bárbara en Cañete, que recién hace seis meses acaba de ser declarada como patrimonio cuando prácticamente ya no quedaba nada de ella. Se llama “casa hacienda” a lo que realmente es una hacienda. La casa principal es donde vivían los dueños o el administrador o quien estuviera a cargo de su cuidado –pues muchas veces los dueños vivían en otro lugar–, y cuenta además con una casa para el capataz y otra para los trabajadores y así. Entonces tenemos que son varias casas las que conforman esto que se ha denominado “casa hacienda” que, en realidad, no significa nada. Ahora, se llama “capilla” porque forma parte de una unidad arquitectónica mayor, como es una hacienda; si no, se llamaría iglesia. Esto debemos tenerlo claro.
Entonces sí hay una diferencia entre capilla e iglesia que está relacionada con el sentido de pertenencia arquitectónica…
Se llama capilla porque forma parte de algo más grande, por ejemplo: capilla de Palacio de Gobierno, capilla de un hospital, capilla de una hacienda. La capilla es parte inherente de una hacienda, es la parte religiosa de la hacienda. Lo que ocurrió fue que, cuando en 1767 expulsaron a la Compañía de Jesús –y tal vez en esto se quiere apoyar el Ministerio de Cultura, aunque es una cuestión que no aplica– se hizo un inventario de todos sus bienes para que luego fueran vendidos, y las capillas no formaron parte de ese inventario porque en esas épocas se consideraba que, si bien la capilla formaba parte de la hacienda, era una cuestión religiosa, motivo por el cual no estaban sujetas de ir a un remate.
Pero cuando se venden las propiedades, se venden “completas”.
Así es, no valorizaron las capillas en el precio de tasación de la hacienda, pero sin embargo cuando se vendió la hacienda, se vendió con la capilla, sólo que esta no se valorizó, como sí se valorizaron puertas, techos, muebles… Que el ministerio no reconozca esto es una locura porque la capilla no existiría sin la hacienda, es “parte de”. Yo estoy viendo en las fotos que el letrero indica como patrimonio de la nación la “Casa hacienda Retes”, y esto incluye también a la capilla porque esta es parte de un todo. ¿Para qué se levanta una capilla dentro de una hacienda? Al estar alejados de los centros poblados, los trabajadores de la hacienda, sus esposas y sus hijos, podían asistir a los servicios religiosos dentro de la propiedad sin tener que desplazarse a ningún otro lugar, esa fue la finalidad. Así como muchas haciendas contaban también con una enfermería, porque eran necesarias y así conformaban parte de un todo.
¿Las casas hacienda consideradas históricas se encuentran documentadas? ¿Por qué el ministerio recurre a esta figura de la “presunción de patrimonio”?
La hacienda Buenavista es la única que estaba totalmente documentada como patrimonio histórico y, sin embargo, el Ministerio de Cultura la ha puesto como “presunción de patrimonio”, es increíble, y yo tengo todo lo referente a esa casa hacienda documentada en un libro desde hace ocho años. Incluso dicen que “sería un mirador” y lo gracioso es que nunca han ido. Si no han ido a Lurín, imagínese a Huaral. Ocurre que este “mirador” es una construcción de concreto armado que se edificó durante la época del terrorismo porque ahí colocaban a los vigías. Es entonces un mirador de concreto armado y lo que han hecho es mirarla desde abajo y decir que “es el mirador de la hacienda”. Es increíble, aunque no me sorprende para nada. Es fatal el desinterés y la desidia, y lo que uno escribe termina cayendo en saco roto.
La ayuda memoria que nos envió el Ministerio de Cultura indica que no reconocen a la capilla como una estructura que forma parte de la casa hacienda Retes porque está a unos 80 metros de distancia de la casa, aunque realmente está a unos 15 metros.
¡Pero tampoco tiene que estar anexa a la casa principal! Hay incluso una tesis de un alumno de la PUCP sobre el tema. En las fotografías se puede observar, por ejemplo, que los marcos de las ventanas tienen un estilo neogótico que es realmente interesante. Dice además que está en completo abandono, lo que es una pena, en realidad es una pena cómo todo lo relacionado al ambiente rural está siendo destruido del modo más indiferente.
Es el caso de muchísimas casas hacienda históricas a lo largo del Perú.
Así es. Miremos nomás a la hacienda Punchauca, en qué estado patético está. Mil veces dijeron que la iban a arreglar por el bicentenario y sigue ahí en el abandono total. Y ahora el tema de la pandemia por el Covid 19 les ha servido mucho para justificar todo, y dicen que no pueden hacer nada porque con esto de la pandemia ya se les arregló todo. En estas fotografías veo que, además, hay un espacio enorme al costado de la capilla donde podían haber levantado el centro comunal. Es realmente indignante».
Bajo este sistema de “declaración previa”, se ha permitido también la destrucción de sitios arqueológicos, los que, una vez destruidos, pasan a ser “declarados preventivamente” bajo protección. Pero bajo el régimen de miopía que vivimos se vienen cometiendo atrocidades como la destrucción de un bien histórico de valor incalculable, mientras las autoridades del Ministerio de Cultura son capaces de afirmar que no pasó nada porque NO forma parte de lo que ellos consideran como patrimonio.
Al parecer tampoco hay siquiera la voluntad de establecer criterios para la protección de entornos –eso que se conoce como “zona de amortiguamiento”–, algo que sería ya débil e insuficiente a estas alturas, pero al menos demostraría que en el Ministerio de Cultura hay funcionarios capaces siquiera de demostrar un mínimo interés por proteger la herencia cultural de todos los peruanos. Y así nos vamos acercando cada vez más al Bicentenario.