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¿Bicentenaria Cinemateca Nacional?
Hoy, 27 de octubre, es el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, fecha instituida por la UNESCO el 2005 para concienciar a los Estados y el público sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para rescatar y preservar la memoria audiovisual, reconociendo la importancia de este tipo de documentos.
En el Perú, mientras tanto, será otro año más donde seremos el único país de la región que no podrá celebrar esa fecha como corresponde, más allá de lo protocolar, por carecer de una Cinemateca Nacional. Y pese a anuncios contradictorios al respecto, no parece todavía seguro que se concrete al corto plazo por parte de la entidad pública que debiera encargarse de realizarlo, el Ministerio de Cultura.
Al respecto, una información periodística publicada en el diario El Peruano el 29 de setiembre pasado titulada: Perú Bicentenario-Colores 2021, dio cuenta de la aprobación ese día por el Consejo de Ministros, de la Agenda de Conmemoración del Bicentenario de la Independencia. “Las celebraciones abarcarán los próximos tres años. Servirán para reafirmar valores y crear infraestructura para cerrar brechas en servicios básicos.” Añade el encabezamiento. Más adelante se lee: “Obras para la historia. Entre las Obras Emblemáticas del Bicentenario, en el 2021 se inaugurará el Museo Nacional del Perú (Muna); se convertirá a la Biblioteca Pública de Lima, de la avenida Abancay, en una biblioteca modelo; el santuario de Machu Picchu contará con un centro de visitantes; y en el Cusco se inaugurará la Cinemateca Nacional.” … En noviembre, el presidente Vizcarra dará a conocer la agenda; así se activará el cronograma.”
A la espera de que nuestra tempestuosa política local permita la aprobación de la Agenda Conmemorativa y que luego, en noviembre, la podamos conocer y se active el cronograma, permítasenos algunas reflexiones acerca de nuestro cine y la Cinemateca Nacional.
Empecemos saludando la preocupación del Ejecutivo por celebrar debidamente nuestro Bicentenario y que se incluya dentro de los proyectos a ejecutarse la tan ansiada y urgente Cinemateca Nacional.
No compete a las intenciones de esta nota analizar la Agenda Conmemorativa del Bicentenario de Independencia, procuremos mas bien detenernos en lo referente a lo cinematográfico. Para empezar, tal como ya lo hemos dicho con anterioridad, lo correcto habría sido que el Ministerio de Cultura, con la debida anticipación del caso, hubiera convocado un Concurso cinematográfico ad-hoc sobre el tema del Bicentenario que abarque los diversos géneros y disciplinas cinematográficas. La incapacidad y el capricho de la burocracia ministerial eludió su convocatoria, que bien pudo ser este año. Todo lo que venga más adelante referente al tema será dentro de un tiempo muy acotado y por lo tanto sometido al apuro, y quien sabe a la poca profundidad.
Por acá, en cambio, una vez más nos tendremos que contentar con el lema de la mediocridad “más vale tarde que nunca”
Y ahora el tema de la Cinemateca Nacional: Como bien lo hemos manifestado un conjunto de cineastas y ciudadanos interesados en el tema, a través de innumerables artículos, posts, cartas públicas, entrevistas etc. hemos señalado que es, sin duda alguna, una impostergable necesidad para la cultura peruana y el país entero. En mayo de este año entregamos a la Ministra del sector, con copia al Presidente y el Congreso, una carta pública con 1570 adherentes demandando su creación, además de 70 especialistas asistentes al 74 Congreso de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) realizada en Praga, en la República Checa. Nunca obtuvimos una respuesta.
No se trata del capricho de intelectuales o trasnochados cinéfilos y/o cineastas que desean un espacio para apaciguar su voraz espíritu consumista cultural y cinematográfico; acá y en todo momento, estamos hablando de un lugar que fundamentalmente preserve la memoria fílmica (y por extensión de imágenes en movimiento) de nuestra nación. Y aunque la labor a emprender sea más abarcadora (incluye buscar, investigar, catalogar, reparar, copiar, difundir, etc.) todo lo relacionado con nuestra cinematografía, hay una realidad cuya urgencia debe de ser entendida y asumida a la brevedad y, hay que decirlo con todas sus letras: NO PUEDE ESPERAR LOS CASI TRES AÑOS QUE SE PLANTEA EL EJECUTIVO.
Asimismo, e igualmente importante: ¿Es esta la manera conveniente de crear una Cinemateca Nacional? Anuncio hecho ya en el Cusco durante el reciente Cinesuyu 2018. Dada la parálisis creativa de nuestro gremio cinematográfico en el campo de la preservación, ¿No habría sido más conveniente generar una amplia movilización que genere conciencia, opinión y aportes acerca el tema? Sin embargo, por lo que vemos el Ministerio de Cultura ha preferido la vía más corta y anodina: el anuncio burocrático, quien sabe para salir del tema enviándola a las calendas griegas. sumergiéndolo en el olvido burocrático, como tantas otras iniciativas culturales o, con muy buen suerte, para tratar mejor el tema.
Quisiéramos creer que esto será diferente esta vez, pero no se trata de una cuestión de fe sino de acciones concretas y voluntad decidida de realizarla por parte de las autoridades y funcionarios, y que empiezan por la transparencia informativa y la convocatoria plural, más allá del entorno burocrático, a la comunidad cinematográfica y cultural. Esperamos también que esta vez haya un pronunciamiento decidido de los gremios de cine a favor de nuestra memoria audiovisual, porque la defensa del cine y el audiovisual no se puede limitar al presente sin preservar nuestro pasado para las generaciones del futuro.
Hace pocos días, con motivo de cumplirse cincuenta años del golpe militar de Velasco y el inicio del llamado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas se constataba que gran parte del archivo fílmico y videográfico de ese período tan importante de nuestra historia contemporánea había desaparecido, en parte por motivos políticos cuando no por incuria o falta de conciencia. Así como esas imágenes y sonidos, muchos otros se seguirán perdiendo si no actuamos, pronto, para recuperarlas como nuestra memoria para el presente y futuro del país. Es el mejor deseo y promesa en este día mundial del Patrimonio Audiovisual.