“Miente, miente, que algo queda”, bien podría ser esa frase que represente a la ex primera ministra Betssy Chávez, una de las pocas aliadas del ex presidente Pedro Castillo, quien anunciara el pasado 7 de diciembre un golpe de Estado que para buena fortuna de todos los peruanos resultó poco eficiente como casi todo su mandato.
Al parecer, la congresista tacneña no habría dicho toda la verdad cuando se presentó ante la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso de la República. Y es que, según la declaración de una persona que fue testigo presencial del momento en que el ex mandatario leyera su terrible mensaje a la Nación, la ex premier sí conocía, y estaba muy enterada de ello, sobre el plan que se pretendía ejecutar posteriormente al fallido golpe. La mujer reveló a la Fiscalía que Chávez planeaba publicar un decreto supremo tras el anuncio de Castillo, según un informe del programa Panorama.
“(Chávez) me dice que van a reestructurar el Estado, que eso va a ser pronto, que van a hacer muchos cambios, que no se puede seguir gobernando con esta clase política. Yo le pregunto ‘¿cuándo?’, y ella me dice: ‘Ahora mismo, tengo que sacar el decreto supremo’”, indicó la testigo.
Es decir, Chávez Chino habría estado dispuesta a dar legalidad al golpe de Estado perpetrado por Pedro Castillo. Según la testigo, fue ella y Aníbal Torres las únicas personas que abrazaron al expresidente después de su discurso golpista.
La mujer aseguró que, durante su permanencia en el despacho presidencial, notó a Chávez muy tranquila y que, tras el mensaje, la ex premier incluso felicitó a Castillo. “Betssy Chávez dijo: ‘Bien, presidente’ y luego se abrazan por un lapso de cinco segundos”, contó.
Según la testigo, su presencia en Palacio aquel día fue a solicitud de la propia Chávez y que le preguntó a esta si el mensaje podía ser grabado porque en el canal del Estado no encontraban la cuña y Chávez responde que este tenía que ser en vivo “necesariamente”.
Quien también se pronunció sobre el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo fue el entonces ministro del Interior, Willy Huerta, quien aseguró que aquel día recibió la orden de brindar protección policial únicamente a las viviendas de Betssy Chávez y Aníbal Torres.