Después de conocer el cierre del Averno nos fuimos hasta el jirón Quilca para registrar lo que sería su último día. Jueves 9 y 30 de la noche más de mil personas abarrotaban el emblemático espacio de la contracultura en el centro de Lima.
En la puerta del Averno se observaba gente conversando con trago en mano, contando sus anécdotas y recuerdos vividos entre nostalgia y sonrisas. Desde afuera parecía un velorio, una despedida a un espacio querido, a un hogar para muchos y a una escuela para algunos.
Al cruzar la puerta todo se transformó, la despedida era aceptada entre teatro, música, canto y poesía, una fiesta popular que convocaba (como decía mi abuela) a perro, gato y pericote. Una noche que despertó la tristeza más linda, la sed más profunda y la despedida más larga.
Aquí el video de la cobertura de la última noche, jueves 25 de octubre fue el día que el Averno cerró sus puertas. Un mes morado de tanto golpe a la cultura.