De refugio ante una guerra nuclear a guarida para los amantes de la cultura. Este es el camino recorrido por el mayor búnker de la Yugoslavia de Josip Broz «Tito», que acoge ahora la bienal de arte contemporáneo «D-O ARK Underground».
La ciudad bosnia de Konjic acogerá hasta el 26 de septiembre la segunda edición de la feria, dedicada a la Guerra Fría, con 82 obras de artistas de 28 países. El escenario será el llamado «búnker de Tito», que conserva los símbolos del antiguo régimen comunista, y aspira a convertirse en museo de arte contemporáneo, como ha asegurado el director de la exposición, Edo Hozic.
El objetivo es convertir en un espacio de exposiciones permanente el «Mando militar atómico», construido en secreto entre 1953 y 1979 a 280 metros de profundidad y abandonado hasta hace dos años. Se trata de «un modo de conservar esta edificación», según subrayó el comisario croata Branko Franceschi.
La dificultad estriba en lograr la financiación necesaria en un país que carece de un ministerio de Cultura y cuyo Museo Nacional cerró el año pasado asfixiado por las deudas. Algunos expertos incluso consideran que el cierre de las instituciones culturales es una estrategia de los sectores más nacionalistas para destruir todo lo que representa el carácter multiétnico de Bosnia.
Las ayudas que han recibido los organizadores proceden de la Unesco, Turquía, Serbia, Croacia y Montenegro.
La enorme superficie de 6.584 metros cuadrados y más de cien habitaciones del edificio debía acoger a Tito, que nunca llegó a entrar en el búnker, en caso de guerra nuclear.