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ARTES ESCÉNICAS: LUCÍA DEL ESPEJO… TESTIMONIOS DE UNA PIEL

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Lucía tiene un secreto que revelar. Y lo hará de la manera más dulce a pesar de que sus confesiones sean dolorosas algunas veces, otras de la vida íntima que nos hacen sonreír y celebrar nuestra existencia. Lucía se prepara para bailar su última danza; no es la danza de la muerte, es la danza del olvido y perdón, la danza del renacimiento, la danza donde el cuerpo roto vuelve a reconstruirse porque está liberado de esa carga, esa maleta que muchas mujeres llevan a cuestas.

La puesta en escena se basa en el teatro de objetos, técnica que no está muy difundida en el Perú y que contiene una poesía única en la manera cómo están elaborados –destaca la laboriosidad y dedicación de Martín Molina Castillo en diseño y realización–  y cómo la actriz puede manipularlos dándoles vida propia hasta interactuar con ellos. Recordamos con una sonrisa la escena de Laura y Lucía, artistas intensas, bailarinas, entregándose al placer de los sentidos y a las exploraciones sexuales como uno de los momentos más logrados en interpretación.

Por esta vía, María Laura Vélez aporta un contraste interesante y necesario al montaje. Nos habla con mucha dulzura, interpreta  cada personaje y universo que la espera en cada esquina de la escena, y a la vez, deja brotar su sensualidad de mujer, de hembra decidida y sin tapujos, que muchas veces el mismo teatro adormecido oculta con el objetivo de construir el personaje socialmente correcto, aceptable y aburridamente convencional. En María Laura vemos esta rebeldía innata, reivindicando una forma moderna de ver y vivir el mundo, que provoca una empatía con el público femenino ; perturbación y seducción en el masculino.

El público teatral es de lo más vario pinto y es necesario que las grabaciones iniciales de presentación repitan que deben apagar celulares y que está prohibido comer en la sala. La complicidad en la intimidad es parte de la magia de la propuesta. Felizmente en esta ocasión la actriz pudo resolver esos ruidos molestos con mucha propiedad.

Lucía en el espejo somos nosotras delante de cada reflejo ilusión de nuestra existencia, Lucía en el armario es la niña escondida, los temores irresueltos, los silencios del abuso sexual, del sometimiento y la represión que marca los destinos de muchas mujeres para siempre. En ese sentido es un espectáculo sanador, de liberación.  La carga pesada que ha abrumado todos estos años a Lucía, se va por las rendijas del teatro, y en ese gran abrazo de la actriz con sus objetos, que hablan por ella, a través de ella las verdades y miserias de una sociedad fálica patriarcal. RESILIENCIA, eso es lo que nos recuerda y nos empuja a practicar.

LUCÍA DEL ESPEJO en el AUDITORIO RICARDO PALMA de Miraflores. Unipersonal de Maria Laura Vélez basado en el libro “Puesta en escena” de Enrique Planas. Con la dirección de Luisa Perez Wolter  (Costa Rica). Con el apoyo de IBERESCENA. De jueves a  domingo 8 p.m. Hasta el 29 de Mayo.

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