Cultura

Arquitectura de relatos

La escritora Iris de Rojas Guedes nos habla sobre su vocación por la literatura.

Published

on

De hecho, damos por descontado que los escritores son personas dedicadas totalmente solo a este oficio, o dicho de otra manera, solo ellos están facultados para escribir. Pero la realidad, cada vez más cambiante, nos hace ver que ese privilegio, como lo toman algunos, no corresponde solo a un grupo de elegidos.

Que quizá los haya algunos a tiempo completo, no cabe duda, pero también están los que son profesionales en otras especialidades o lo fueron antes de dedicarse a la literatura y poesía, disciplinas por las cuales demuestran un gran talento. Tenemos los casos del autor de Héroes y Tumbas, Ernesto Sábato, que fue físico antes que ser escritor; Arthur Conan Doyle, creador del increíble Sherlock Holmes, era médico; Jack London, el padre de Colmillo Blanco, fue marino, pescador y contrabandista.

Entre nosotros recuerdo a Enrique Congrains, autor de No Una sino Muchas Muertes, novela hiper realista llevada al cine como Maruja en el Infierno. Este excelente novelista antes de serlo, fue vendedor de jabones de puerta en puerta, como lo testifica Mario Vargas Llosa en Como el pez en el agua.

En la actualidad tenemos en el Perú a profesionales de otras ramas dedicados al oficio de la escritura. Cito tres ejemplos: al escritor piurano Armando Arteaga, arquitecto; al cusqueño Pedro Ugarte Valdivia, que es economista, y acabo de conocer a la arquitecta chalaca Iris de Rojas Guedes, responsable de la novela Jamás la Ausencia (2014), el poemario El Cristal Encantado (2002) y el conjunto de relatos Espiral sobre la Piedra, (2021).

Iris, se graduó en arquitectura en la UNI y en su afán de acercarse a las letras, participó el 2015 en el concurso de cuentos “Mi nieto y yo”, promovido por SURA Integra.

Revisamos Espiral sobre la piedra y hallamos una narrativa como apunta Cronwell Jara Jiménez en la contratapa: “Una obra de relojería poética exacta”…”una maravilla de arquitectura” y recorriendo las 145 páginas repartidas en tres partes: Cuando los Grillo Callaron (I) El crimen de los Padrenuestros (II) y Espiral sobre la Piedra (III), verificamos que el escritor piurano no exagera.

Aparte hacemos hincapié en su identificación con el alma andina, que encontramos tanto en sus relatos ubicados en la sierra como en la selva. Una actitud espontánea y que sorprende por ser la escritora una hija de la costa.

Desde su inicio, la lectura de Espiral sobre la Piedra, marca. De entrada está la testimonial narración con el título de El huerto de la Prefectura, escrita con dolor, y quizá remordimiento pero también con una enorme nostalgia reivindicativa.

Hay elementos perturbadores a lo largo de los relatos, pues nos acercan a temas que no siempre son planteados en la narrativa como estos dos: Al Final Mi voz y Decisión, que subrayan  el primero el suicidio para salvar a un ser amado y  el segundo la eutanasia, como final digno de una persona condenada a la parálisis.

Espiral sobre la Piedra, abre una puerta a la reencarnación, a esa vida que según el budismo continúa en la mentalidad de un individuo con sus instintos, vivencias de existencias pasadas y que se proyectarán en el futuro. El mismo tema aborda La Promesa. Una experiencia vivificadora e increíble se vive a través del ayahuasca en Claustro de Luz.

Otro tema sensible, es el padre, cuya figura ya fue presentada en la novela Jamás la Ausencia. Pero no aquella que cita el psiquiatra Bowlby, la del padre protector que propicia la saludable separación con la madre, sino aquella amenazante y cruel que cercena los más dulces sentimientos en el hijo. Esta distorsión del padre se encuentra en El crimen de los Padrenuestros, presentada de manera cruda pero sin exageraciones. Por todo lo expresado, descubrimos en los relatos de Iris De rojas Guedes, que nos encontramos frente a una escritora que sabe muy bien armar el edificio más complejo del idioma, la narrativa.

Lima Gris, tuvo una exhaustiva charla con Iris de Rojas Guedes sobre su vocación por la escritura.

Iris de Rojas Guedes.

¿Por qué accedió a la Literatura y a la Poesía? Por su profesión de arquitecta se podría pensar en algo más afín como la decoración de interiores o la pintura.

El arte es una de las expresiones más representativas del ser humano, donde participan sonidos musicales, la palabra, el delineado y sus colores, el planteamiento de espacios y volumetrías o las imágenes en movimiento. ¿Acaso se puede admirar a Mozart y no a Picasso, a Le Corbusier y no a Herman Melville, a Fidias y no a Steven Spielberg?

En casa de mis padres, mis hermanos y yo leíamos desde pequeños y éramos capaces de identificar piezas musicales de los grandes maestros. A los 8 años ya había leído a Jack London, De Amicis y otros. También escribía por mi cuenta, sin ninguna formación académica, claro. Sin embargo, siendo estudiante universitaria gané el primer premio de poesía “Joven poeta chalaco” auspiciado por la Casa de la Cultura del Callao, y eso me animó a publicar en el 2002 mi primer libro “El cristal encantado” (poesía).

Estudié pintura en Art Center, con el maestro Sabino Springuet. Al final, me decidí por la Arquitectura.

Leyendo los relatos de ESPIRAL SOBRE LA PIEDRA, veo que ha tenido un caudal de experiencias de vida que le sirven de motivaciones literarias. ¿Estas siempre le inspiraron sus escritos o solo fue a partir de su concurrencia a los talleres de creación literaria que decidió volcarse a ellos?

Me tomó siete años escribir mi novela “Jamás la ausencia” concluida en el 2013, basada en experiencias de vida, sin haber asistido a taller literario alguno.

Conocer ese mismo año el taller dirigido por el escritor Cronwell Jara Jiménez fue determinante para mi trabajo literario. Ahí descubrí, a través del aprendizaje de técnicas, la manera propia y adecuada para crear y trasmitir ideas, sentimientos e imágenes.

Fue a raíz de estos talleres que surgió mi tercer libro, esta vez de cuentos, “Espiral sobre la piedra” (2021)

Tiene diversos temas como la reencarnación. ¿Acepta que se pueda dar?

Lo maravilloso de la Literatura es que cualquier tema, planteado adecuadamente, es válido. La reencarnación, en uno de mis cuentos, es una concepción de corte fantástico, pero no imposible. En algunas zonas de oriente la reencarnación forma parte de las creencias religiosas. Me valí de esta creencia para contar una historia.

Otras son las regresiones, pero no a través de la Psicoterapia sino de la ayahuasca y del San Pedro. ¿Cree que ese tipo de experiencias pueden contribuir a la curación psíquica?

En mi libro “Espiral sobre la piedra” la intención es rescatar el valor de la cultura, tradiciones y costumbres de la costa, sierra y selva del Perú.

Dentro de este rescate está, por ejemplo, la curandería, que es una práctica tradicional de medicina a través de medios naturales (plantas, animales, minerales o terapias espirituales), que buscan el mismo objetivo que la medicina oficial: aliviar los padecimientos físicos o emocionales de las personas. En lugares apartados del país, podría considerarse de gran ayuda.

En la costa tenemos el ritual llamado San Pedro, que se menciona en uno de los cuentos, y que consiste en la toma de un brebaje hecho a partir de un cactus considerado hace miles de años como sagrado por algunas culturas peruanas.

Otro caso es la Ayahuasca, práctica ancestral que se da en algunas comunidades de la Amazonía peruana y consiste en la toma de una poción a partir de la cocción de lianas y hojas de plantas amazónicas, a la que llaman ayahuasca, y que chamanes, curanderos o maestros utilizan, hace más de cinco mil años, como medio para expandir la conciencia y rehabilitar el alma. Utilicé estos temas para crear historias de corte fantástico. No descarto la eficacia de su uso para curaciones psíquicas, tampoco afirmo la validez de dicho uso.

¿Existe una conexión de este mundo con otros del pasado? ¿Tuvo alguna experiencia de esa índole?

En el cuento “Espiral sobre la piedra” efectivamente me valgo de esa conexión entre milenios para lograr un relato mágico. No obstante su fantasía, la historia se asienta con solidez dentro de un contexto arqueológico real, que es la ciudad sagrada de Caral, ubicada en el valle de Supe al norte de Lima, civilización considerada como la segunda más antigua del planeta, con más de 5,000 años de antigüedad.

En el cuento, la herencia genética que se trasmite a través del tiempo, de un alto dignatario de Caral a un líder del imperio incaico es un concepto fantástico, pero no ilógico. El imperio incaico es bastante posterior a la cultura Caral. Aquí se amalgama la fantasía con la realidad. En Caral se hablaba un antiguo quechua, los Incas adoptaron valores de la cultura de Caral, conocimientos agrícolas; el cuidado del agua, en el que los caralinos eran maestros. Por último, algo extraordinario: En Caral se ha encontrado recientemente un quipu. El tránsito, pues, entre ambas culturas me pareció muy interesante de explotar.

Descubro casos de amor paradigmático en algunos de sus relatos. en el que el ser dador llega al suicidio para salvar al ser querido. ¿No cree que es una decisión extrema?

Es una decisión extrema, sí, pero que considero incuestionable. El amor es el vehículo más poderoso con el que transitan decisiones como la que usted menciona.

¿Está de acuerdo con la eutanasia?

Reconozco las implicancias éticas y morales que ello conlleva; sin embargo, sí la avalo en caso de enfermedad terminal con sufrimiento extremo del paciente.

¿Qué tipo de libros está proyectando?

Estoy trabajando un libro de cuentos, sin fecha de publicación.

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version