Bien podría decirse que la inconmensura del universo no es impedimento para las mentes más iluminadas, aquellas que, a pesar de encontrar miles y miles de obstáculos, son solo parte del trayecto que uno tiene que saber sortear. Muchos desisten del reto, otros sencillamente no se atreven siquiera a iniciarlo, pero para Aracely Quispe la vida misma fue una eterna incógnita que solamente podía resolver mirando a las estrellas, esas mismas que veía en su natal Marripón (Motupe, Lambayeque), ese que no contaba con luz eléctrica.
«[No tuve] todos esos recursos que algunas personas tienen a la mano para surgir, en mi caso hubo muchas limitaciones, carencias económicas», dice.
«Pero creo que eso me hizo ser una persona que valora más cada cosa que ha logrado porque ha sido todo a base de esfuerzo. Tenía optimismo. Mi actitud siempre fue de perseverar y buscar los recursos», asegura.
Cinturón negro en karate Shotokan, graduada en computación e informática e ingeniería de sistemas en la Universidad César Vallejo, emigrando luego a Estados Unidos para proseguir su carrera en la Prince George’s Community College para estudiar Ingeniería Tecnológica Espacial y Eléctrica, a la par que tenía que aprender inglés en menos de un año pues su nueva labor se lo exigía: eso no fue impedimento.
Tras demostrar sus habilidades con los estudios, y haciendo caso a los consejos de un asesor de esa casa de estudios, solicitó su traslado a la Capitol Technology University (CapTechU) para estudiar ingeniería Astronáutica.
Destacando en la CapTechU, para el 2011 logró sus primeras prácticas en la NASA, más específicamente en la Misión de Medición a las Lluvias Tropicales (TRMM). Ahí comenzó como Ingeniera de Pruebas para luego pasar a Ingeniera de Sistemas.
Ya afirmada en la NASA, Quispe Neira también fue parte de la misión Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) como ingeniera de sistemas. Para el 2014 ya era líder de equipo y líder de vuelos de las operaciones de la nave espacial.
Luego de seis años de arduo trabajo, en el 2016 logró un lugar en el programa del Telescopio Espacial James Webb (JWST), nuestra compatriota sería una de los 3 mil científicos de 17 países que han pasado por ese proyecto.
Desde su ingreso a la NASA, la peruana se ha convertido en la única latina de la historia en comandar tres misiones de la agencia aeroespacial: la Misión de Medición a las Lluvias Tropicales (TRMM), el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) y el Telescopio Espacial James Webb (JWST) que se lanzó al espacio en 2021 para acompañar al telescopio Hubble.
La última vez que estuvo en el país, en el 2019, visitó su natal Lambayeque y financió personalmente un proyecto. También visitó unas 20 escuelas por todo el país llevando su historia de éxito para motivar a los alumnos a emprender sus propios proyectos de investigación científica.