Opinión

Antonio Sarmiento, el poeta del metamorfoseo

Lee la columna de Rodolfo Ybarra

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Conocí al poeta Antonio Sarmiento Anticona a inicios de los noventa, en un recital de la universidad Garcilaso de la Vega/facultad de letras. Y fue la primera vez que escuché ese poema ovidiano “Metamorfoseo Orgásmico” en la boca del propio autor. Aquel título se convertiría a la vez en el nombre de su primer libro de color rosado, un color sugestivo de esos primeros años predosmil que bullía en una efervescencia inusitada con cientos de jóvenes poetas nunca antes vista por estos lares.

Sarmiento lograría publicar otros libros con cierto aire surrealista y un marcado tono personal con latigazos de ternura y reflexión, como Cantos de castor (1999), Ojo madre (2000), Tontas canciones de amor (2002), El junco y la tormenta (2004), La soledad de Sigfrido (2010), La colina interior (2016), Sin piloto automático (2018), Tierras que demoran al sur (2021) y el libro de historietas Ángeles caídos (2002).

En 1996 fundaría la revista “Pecado original” y el Movimiento Cultural Anunciación con un grupo de artistas y escritores con quienes impulsó diversas y nutridas actividades, conferencias y recitales. Trabajo al que se suma sus dotes de conferencista y tallerista.

Con La Colina Interior lograría hacerse del Premio Copé 2016. Este libro tiene como trasfondo el sismo que desapareció Huaraz en 1970, hecho que el vate lo convierte en un terremoto interior movilizando no solo la historia, hecho por demás doloroso con casi 100 mil muertos, sino las venas más profundas de su vida familiar: la muerte de su padre y abuelo.

En 2019 recibiría la Llave de la Ciudad Bellavista, ciudad que lo acoge en el Barrio de Pescadores a donde este escriba iba a visitarlo con la desparecida librera Lislibeth Yépez Delgado y donde la madre del poeta siempre nos recibía con mucha amabilidad y con un opíparo almuerzo.

La crítica literaria le rendiría los honores respectivos: “La madurez creadora de Antonio Sarmiento resulta formidable”. Ricardo González Vigil. “Poesía vigorosa (…) una de las más interesantes y representativas de estas dos últimas décadas”. Raúl Jurado Párraga.

Sarmiento sería elegido también para portar la antorcha de los Juegos Panamericanos. Pero su ascenso poético no se detiene: en 2021 obtendría la distinción de poesía “Juan Ojeda” de Chimbote. Y actualmente se ha sumado al equipo de literatos que lleva talleres, conversatorios y poesía a granel a los colegios de Ventanilla y el Callao.

¡Avanti, Antonio-Braulio-Castor!

(Columna publicada en Diario UNO)

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