Opinión

Antecedentes históricos del Partido Cívico OBRAS

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Por Rafael Romero

Un acontecimiento importante en el primer cuarto del siglo XXI es el regreso del Partido Cívico OBRAS (PCO), inscrito oficialmente en el registro de Organizaciones Políticas del Jurado Nacional de Elecciones el 15 de julio del 2024.

A continuación, presento los antecedentes históricos de este vigoroso, moderno y vigente partido político peruano:

1.- La visión peruanista de Ramón Castilla y Marquesado, antepasado de Ricardo Belmont Cassinelli.

2.- La crítica patriótica de Manuel González Prada y la mística militante de las luchas sociales del siglo XIX y XX.

3.- La laboriosidad de Alejandro Belmont Marquesado y la responsabilidad social de Augusto Belmont Bar.

4.- El programa periodístico “Habla el Pueblo”, los principios de RBC Televisión y la gestión municipal del alcalde Belmont (1990-92 y 1993-95).

5.- La filosofía estoica (naturaleza – ciencia) y la disciplina espartana.

En exclusiva, desde la Revista Lima Gris, en próximas ediciones abordaremos puntual y exhaustivamente cada uno de estos antecedentes históricos. Por ahora, y a modo de introducción, solo quiero dar una visión de conjunto sobre el PCO, auténtica y completa organización partidaria, que tiene todos los pergaminos y requisitos de un partido político para el Perú y que invita hoy a otras denominaciones a dejar atrás la condición de clubes electorales, vientres de alquiler o clisés caudillistas.

El regreso del PCO encarna y representa un hecho refundacional del sistema de partidos políticos en el Perú, frente, precisamente, al vacío, cierre y a la claudicación de los partidos tradicionales. Paradójicamente este proceso de recambio en los partidos políticos se inició con el triunfo electoral de Ricardo Belmont en noviembre de 1989, quien lideró al entonces Movimiento Cívico OBRAS, y fue el primer outsider en América Latina, venciendo en las ánforas al APRA, Acción Popular, el PPC, al Movimiento Libertad de Mario Vargas Llosa (FREDEMO) y la Izquierda Unida, casta de políticos trasnochados del siglo pasado.

Pero ese proceso de regeneración partidaria se frustró con el golpe del 5 de abril de 1992, pues este atentado contra la democracia sirvió para que el fujimontesinismo instalara una mafia en el poder, con un “nuevo perfil” de “político” y un “nuevo perfil” de “partido”, hechos a la medida para corromper al Estado peruano, a sus funcionarios, a los medios de comunicación, a las encuestadoras y gobiernos locales. Ese “nuevo perfil de político” se promovió por el fujimontesinismo y sobrevive hasta el presente, por más de 30 años, y debe acabar.

En efecto, entre otros hechos, esa dictadura mafiosa destruyó totalmente el sentido, el concepto, la definición y la institucionalidad de los partidos políticos, los que fueron reemplazados por los actuales clubes electorales, por los vientres de alquiler, por las camarillas y las argollas burocráticas dentro del Estado peruano, logrando negativamente que no haya líderes en la nación sino jefes de mafias, seudo señores feudales y capitostes que con su ambición y codicia han causado el caos del presente, la delincuencia callejera y la corrupción generalizada.

Para acabar con el actual sistema corruptor, que hace del Estado un ente fallido, se requiere, entre otras cosas, el liderazgo de verdaderos partidos políticos y es en este trance en el que reaparece OBRAS, partido político nuevo (y viejo a la vez), lo cual lo hace más interesante y experimentado al portar las banderas de una gran transformación en el Perú y el inicio de una segunda República.

En suma, es justo y oportuno que las nuevas -y las pasadas generaciones- pongan su granito de arena para acabar con los politicastros metidos en la res publica, aquellos que hoy regentan un poder abusivo y que llegaron después del golpe del 5 de abril de 1992, pues ese perfil de “político” es el que ha destruido las instituciones y dentro de ellas quedaron desfasados los partidos políticos.

Por eso, con el PCO se abre un camino a los líderes de verdad, a los emprendedores  y a las organizaciones sociales responsables y serias, aquellas con antecedentes históricos, con doctrina, filosofía, ideología y planes programáticos, donde el Perú esté primero y no los falsos caudillos o “señores feudales”, porque estos solo han defraudado y traicionado a millones de peruanos.

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