La banda británica Erasure marcó una época en la escena musical del mundo, invadiendo las preferencias con su ritmo techno new wave, o como otros le llaman el synthpop elegante. No por algo, y luego de treinta años de carrera, han logrado vender más de 25 millones de copias de discos, y editar 10 álbumes que lograron ser top durante años.
Erasure ya se había presentado en nuestra capital anteriormente. La primera vez en noviembre de 1997 en el Muelle Uno de la Costa Verde, y posteriormente lo hizo en agosto de 2011 en el Estadio Monumental de Ate Vitarte.
Esta vez, y en el marco de una gira latinoamericana que incluyen países como Republica Dominicana, Puerto Rico, México, Chile, Argentina, Uruguay y Perú, Andy Bell llegó a la capital sin su partner musical el genial tecladista (ex Depeche Mode) Vince Clarke.
El concierto, según la programación realizada hace algunos meses debió realizarse en la discoteca Vocé, sin embargo, por razones que nunca se explicaron, se comunicó el mismo día a través de las redes sociales que la sede sería la discoteca Coco’s de Lince.
9.45 de la noche: Los telonerosDEIMOSsalieron con buenas ganas para entretener a un público que andaba calentando los sentidos. El vocalista Ricardo Allemant algo entusiasmado, cantó algunos temas propios, y finalizó con algunos covers.12 temas en total durante 50 minutos, lograron enganchar mediamente al público.
11.00 de la noche:Puntual como buen inglés irrumpió al escenario Andy Bell y la euforia del público no se dejó esperar. Temas como Oh L‘Amour, Electric Blue, Love to hateYou, Loveof my life (tributo a la banda Queen), Stop, y Blue Savannah,(aunque en este sensacional single se notó la ausencia del gran Vince Clarke en el teclado), fueron el deleite de la noche.
Si bien, sus dos músicos cumplieron con su misión de acompañar la performance, Bell demostró que pese a sus 51años, aún mantiene su gran registro vocal, y una simpatía y sencillez que abrazóde lleno al público enardecido en la discoteca, que por cierto, brindó su moderna instalación con un excepcional escenario, plagado de innumerables luces, y una gran pantalla audiovisual que acompañaba el eficiente sonido logrando así una efectiva acústica.
Algo que resaltar en el show además del gran Bell que hablaba con el público con un masticado español, fueron las comparsas (coristas) dos chicas Drag Queens impecablemente vestidas que con sus curiosas coreografías complementaron el gran espectáculo.
El concierto concluyó exactamente a las 12.30 de la noche, y Bell no escatimó su gran energía corporal y vocal para cerrar con A Little Respect.