El conflicto peruano se internacionaliza. Este martes en la mañana el presidente de México, López Obrador, AMLO, reconoció a Castillo como presidente de Perú, entre tanto el conflicto peruano, tal como lo califica AMLO, se internacionaliza al suscribirse la noche del lunes un documento conjunto de México, Argentina, Colombia y Bolivia en que protestan sobre la caída del todavía ex presidente peruano Pedro Castillo.
Primero fue la noticia del documento suscrito entre los tres países más importantes de Hispanoamérica más Bolivia. Un comunicado conjunto de un bloque de países unidos por esta declaración. Ninguno de estas forma, más allá de la OEA, ninguna organización supranacional, no coinciden en el ALBA ni en Mercosur o el Pacto Andino, así que sorprende está rápida alianza que podría sugerir el advenimiento de un nuevo concilio de países en la región liderados por gobiernos de izquierda. Está noticia primero rebotó la noche del lunes en las redes y web del diario peruano La República, la cual a los minutos lo retiró. De inmediato busqué en la red y encontré la fuente de la noticia en el diario español El Mundo, un diario de derecha que anunciaba el documento en cuestión. Al día siguiente lo primero que hice fue escuchar la aburrida alocución de las mañanas de López Obrador. Después de dos horas en la rueda de prensa alguien preguntó sobre el documento en cuestión y esto fue lo que dijo el presidente mexicano mientras se iba por las ramas, haciendo alusión a Lincoln, al emperador Maximiliano y la dictadura neoliberal, así como los pactos de Bucareli, en un intento de marear a la prensa.
En un principio hizo referencia al documento en que se exhorta a los responsables de la conducción política de Perú, de que se respete el voto de los ciudadanos y que se respete los DD.HH. y que no se reprima al pueblo.
AMLO dijo textualmente que «No es injerencismo». Pero cuando un político dice que no, es que es si. Cómo te digo que no si, si.
«Esto (la crisis de Perú) se origina arriba. De que la llamada cúpula política y los intereses económicos y medios de comunicación son los que provocan toda esta inestabilidad», declaró AMLO en la rueda de prensa. Para AMLO los países que suscriben el documento lamentan y les preocupa la remoción de un presidente elegido democráticamente. AMLO califica de «antidemocrático hostigamiento [a Castillo] desde que asume el mando».
A una pregunta de la prensa de si reconoce a Boluarte cómo presidente de Perú, AMLO responde: «Es que lo del reconocimiento no existe en la diplomacia mexicana. Es contraria a nuestros principios de política exterior (…) Lo que está haciendo nuestra diplomacia es analizar los acontecimientos que se están presentando. Unirnos con otros países para buscar una salida democrática al conflicto de Perú y expresar nuestra solidaridad con el pueblo de Perú que no debe ser víctima de represión.»
A otra pregunta de la prensa de si se debe restituir a Castillo, AMLO responde: «es que ganó [las elecciones] el presidente (Castillo). Lo que plantea el documento es que se debe respetar la voluntad del pueblo que lo eligió.»
Luego cae en una contradicción AMLO sobre que el reconocimiento no existe en la diplomacia mexicana, al declarar: «Lo que plantea el convenio es respetar la voluntad del pueblo que lo eligió (…) y que no le puede destituir». Luego agrega esto: «Es que no hay normalidad política en Perú». Y a continuación, sobre las relaciones entre México y Perú, menciona «pues está en pausa. En espera de lo que suceda.»
Una periodista pregunta si es Castillo presidente. La respuesta de AMLO fue: «Si. Lo acabamos de decir (señalando la pantalla donde aparece el documento firmado por los cuatro países)».
Luego a modo de resumen adivinando los titulares de las notas de El Universal y El Financiero, menciona entre sonrisas lo siguiente: «No se retira la embajada [mexicana en Perú], pausa en las relaciones y Castillo sigue siendo presidente.»
Una cosa está claro, el problema de Perú, o conflicto peruano en términos de AMLO, se ha convertido en un problema internacional que pronostico tendrá relevancia de seguridad en la región. El debilitamiento del poder ejecutivo ante los abusos de omnipotente poder legislativo es una amenaza para las repúblicas latinoamericanas de tradición francesa, dónde el poder y la soberanía recae en un ejecutivo fuerte. El mal ejemplo peruano se percibe como una amenaza a la gobernabilidad de las demás repúblicas que empiezan a mirarnos con incomodidad. Esta intervención, porque es una intervención, no es por preocupación por el Perú y su pueblo, sino por lo único que le importa a los gobiernos de estás repúblicas hermanas, y es la estabilidad del poder. Porque según el cretino de Lenin que nunca tuvo novia (hasta Hitler tuvo una), «salvo el poder todo es ilusión». Entonces la conclusión natural es que se agudice la situación, y que la polarización de la región se enfoque en Perú mientras está no solo se debilita, sino que también podría caer bajo el protectorado de alianzas políticas que solo buscan atajar un modelo de problema que se puede empezar a exportar al resto de la región, pero que por otro lado podría brindar ventajas geopolíticas y económicas a vecinos que empiezan a limar sus colmillos. Porque una república débil es presa fácil para el hambre de los otros. Finalmente, para quien cree en el poder, todo, empezando por los pueblos y su soberanía, es ilusión.