Amenazas, denuncias y abrazos entre el Ejecutivo y el Congreso

Cuando Pedro Castillo asumió la presidencia del país el 28 de julio de 2021, un sector de la derecha continuaba guardando el luto por la derrota en los comicios generales.

Seguidamente, los sectores conservadores del Congreso, empezaron a cuestionar las designaciones de algunos ministros, en especial la del jefe del gabinete, Guido Bellido y prácticamente pronosticaron que se le denegaría el voto de confianza; sin embargo, el 27 de agosto, pasó todo lo contrario y el Puka Bellido recibió la investidura con 73 votos a favor y 50 en contra.

A los pocos días, el 5 de setiembre, la presidenta del Congreso Maricarmen Alva señaló en una entrevista que “la calle pedía la vacancia presidencial contra Pedro Castillo”; pero al mismo tiempo se justificaba, precisando que esa iniciativa no provenía del Parlamento.

Al mes siguiente, luego de la salida de Bellido Ugarte de la PCM, Mirtha Vásquez asumió el premierato y tras otras designaciones en otros ministerios, el país entero corroboró una vez más, que las exigencias de la excandidata presidencial Verónika Mendoza dieron sus frutos.    

Mientras tanto, la mayoría de las bancadas parlamentarias se mostraban escépticas con la premier Vásquez Chuquilin y si bien, reconocían sus dotes de “diálogo”, condicionaron otorgarle el voto de confianza, si es que resolvía la salida de los exministros Luis Barranzuela y Carlos Gallardo.

A pesar de aquel pronostico y de la negativa del ala cerronista de Perú Libre, el 4 de noviembre de 2021, el Congreso le otorgó por segunda vez el voto de investidura a un gabinete de izquierda, pero la crispación política no se atenuaba, porque la bancada del lápiz consideró como una traición de Pedro Castillo, colocar a representantes de la izquierda caviar en el aparato del Estado.

Finalmente, en enero de este año Vásquez Chuquilín renunció al cargo y luego del fugaz expremier Héctor Valer, el Ejecutivo, formó en solo 6 meses su cuarto gabinete, al mando del abogado Aníbal Torres.

Mientras tanto, el premier Torres Vásquez, en una conferencia de prensa anunció que el 8 de marzo acudirá al Parlamento para solicitar el voto de confianza, y no se guardó sus reclamos, responsabilizando al partido que perdió las elecciones y a la facción opositora del Congreso, de pretender vacar al presidente Pedro Castillo.

Lo extraño en todo esto, es que las respuestas de los grupos opositores no fueron nada confrontacionales, y más bien, se mostraron conciliadoras. Como el caso de Maricarmen Alva, que pidió: “ser respetuosos con el otro, para darle un respiro al país”. Y la respuesta del congresista Jorge Montoya, que planteó una “tregua” a través del dialogo para encontrar una agenda común.   

En el mes del amor, y tras meses de enfrentamientos entre ambos poderes del Estado, parece ser que estos, habrían llegado a un acuerdo y habrían dado fin a las disputas; con el fin de obtener los 66 votos que requiere el Gabinete Torres para permanecer en el gobierno.

No por algo, el congresista de Perú Libre Waldemar Cerrón y la presidenta del Congreso Maricarmen Alva, se dieron ayer un abrazo que representaría el fin del discurso de la vacancia y las riñas entre Ejecutivo y Parlamento.

Más allá de las encuestas, queda claro, que el Congreso de la República desde hace 6 meses ha perdido popularidad y aceptación entre la población; porque se olvidaron de sus obligaciones constitucionales: “legislar, fiscalizar y representar”.

Y aquel “abrazo partido” entre dos rivales parlamentarios que defienden sus trincheras en honor a sus tiendas políticas, no solo quedará en el anecdotario nacional, sino que nos revela, que la prioridad, ante todo, es permanecer despachando en el hemiciclo, los 54 meses que faltan para concluir el periodo parlamentario.   

Aquí el informe: