Por Edwin A. Vegas Gallo
La presidenta Dina Boluarte, ha perdido en su discurso de 28 de julio, la oportunidad de presentarnos un proyecto nacional de “desarrollo integral y sostenible” (sic nueve ejes con su lema guía “Año de la unidad para la paz y el desarrollo”); que es precisamente lo que no tenemos en el país.
Siendo el Perú un territorio con heterogeneidad ambiental y con graves brechas sociales y económicas, un proyecto nacional debe pasar por la regionalización y la descentralización, entendida como proceso político histórico e irreversible.
No se puede continuar replicando el modelo centralista, que ha impedido que sobretodo las provincias y distritos alto andinos y amazónicos progresen y mejoren su desarrollo humano.
Indudablemente que todas las provincias del Perú aspiran a una descentralización efectiva que promueva la paz y el desarrollo con equidad social y sin exclusiones de ninguna clase.
La palanca de la descentralización pasa por la educación, salud, nutrición y descubrimiento de capacidades.
Ni una sola mención en el discurso presidencial a rol de la universidad peruana, para que actúe en la solución de los álgidos problemas.
No se puede aspirar a descentralizar cuando se replican prácticas autoritarias y burocráticas.
La regionalización es la conservación de la materia y energía con la construcción de espacios democráticos con equidad social y ciudadanía cívica, con ciudadanos que no deben desatender las actividades públicas y participar como tales en el gobierno de su región.
No se puede construir gobernalidad si es que las instituciones como el Congreso de la República, no se esfuerzan por mostrar credibilidad y transparencia. De allí que la gobernabilidad pasa por el componente ético que es lo que no tienen una gran parte de los congresistas viajeros y mochasueldos.
La política le exige a los decisores una elevada dosis moral, de credibilidad y de compromiso social.
El discurso presidencial ha abusado de la palabra “sostenible”, como si el uso de del vocablo fuera la varita mágica para la solución del problema de desarrollo que tiene el Perú.
Políticamente la presidenta Boluarte ha privilegiado su alianza política con APP, favoreciendo el proyecto agroindustrial Chavimochic, así como quedar bien con la Región Arequipa vía el proyecto Majes-.
En cambio como la Región Piura no tiene peso político “olvidó olímpicamente”, el proyecto Alto Piura y nos contentó con la construcción del Hospital de Alta Complejidad.
En el balance de su gestión de ocho meses, olvidó señalar que del 6 al 8 de agosto, participará en Belém do Pará (Brasil), de la Cumbre de Presidentes de los países amazónicos y que precisamente nuestro país tiene un 40% de territorio amazónico y que la Amazonía por la deforestación está a 2 puntos del no retorno y de convertirse en un territorio desértico-tipo Piura- para sufrimiento de las tres a cinco generaciones futuras.
Señora Presidente, desde esta columna, respetuosamente le pedimos que nuestra Amazonía no será sostenible, mientras se sigan matando a los defensores ambientales, mientras haya pobreza, mientras siga la minería ilegal e informal, mientras exista el avance de la coca en la selva baja y mientras la comunidad de los menonitas sigan deforestando el bosque amazónico tropical húmedo.
Señora Boluarte, para que de verdad, las generaciones venideras no nacidas aún, se lo agradezcan y el FELÍZ 28 DE JULIO, deje de ser un simple protocolo de buen deseo; siente las bases, para construir para el Perú un proyecto nacional “de desarrollo integral y sostenible”, tal como lo señaló al inicio de su mensaje.
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- Presidente del Instituto Internacional de Derecho Ambiental y Ecología Política