“Alto de la Luna” por Gonzalo Valderrama Escalante

Juan Alberto Osorio (Sicuani 1947), acaba de presentar su último libro de relatos intitulado Alto de la Luna. Sale bajo el sello de Sieteculebras Editores, como parte de un interesante conjunto de publicaciones, reflejo de la narrativa cusqueña contemporánea, y es que durante el presente año se publicaron diversos libros de relatos entre antologías, reediciones, y nuevas entregas, todo lo cual indica que las letras cusqueñas atraviesan un periodo de intensa actividad.

Como marco referencial podemos mencionar Knock Out, del sello Inkari Editores, presentado en la IV FIL Cusco este año, muy valioso por ser una antología de relatos de autores cusqueños ganadores del Premio Cope Perú, concurso convocado por Petroperú, y que se trata nada menos que del máximo galardón de las letras nacionales. Y no son pocos los autores nacidos en las tierras del sol que han sido merecedores de este preciado lauro.

Dicho esto, es preciso considerar que no es plaza sencilla el mundo de las letras locales, hace unos años se presentó Cuszco, de Ángeles & Demonios Editores, una antología de autores cusqueños, cuyo título hacía mención a esa discusión alrededor de la manera de escribir el nombre de esta ciudad, antigua capital del Tahuantinsuyo; Luis Enrique Tord, autor incluido en dicha edición comentó en la presentación del libro, cómo el propio Jorge Luis Borges le dijera que eso de discutir la consonante apropiada para escribir el nombre de nuestra ciudad, era una suerte de guerra de las letras, muy simbólica y es que la ciudad y la región se constituyen en un espacio cultural cuya historia, de larga data, le confiere un papel de foco difusor de cultura.

Alto de la luna se constituye así en un valioso libro, por ser obra última e inédita de un autor de larga experiencia. Osorio, nacido en el Sicuani de mediados del siglo XX ha producido una serie de textos que son reflejo mismo de un espacio geográfico y temporal que citando a Marc Augé tendríamos que decir son, o fueron y serán no lugares de la modernidad en los andes. La ruta del tren Cuzco – Puno –  Mollendo – Londres y la aldea global de inicios del XX se hace sentir en la atmósfera que rodea los relatos de Osorio que en Alto de la Luna así como en otras entregas anteriores hacen alusión a Inaucis, lugar, centro, punto de origen y de destino de los personajes que pueblan los relatos del autor. Y una geografía onírica, atemporal, surge y se sostiene en las ochenta páginas del libro en reseña.

Foto: Jesús Manya.

Y a su vez, la distancia para con esa época, el tiempo vertiginoso que pasa y no perdona y acera las cicatrices del paso del tren por los valles interandinos o la memoria de los personajes de Osorio nos muestran un estilo ya cuajado y que, como James Joyce dijera, hace de la atención a lo local la vía de alcanzar lo universal.

De los doce relatos que componen el libro, se me queda el primero Inaucis 1, que nos narra un sueño en el cual se vuelve a la tierra de origen y sueño último. La experiencia de tiempo y de paisaje que pasa se hace presente a lo largo del libro, y el cuento que sella este conjunto de relatos, El viaje, nos descubre con la sensación de que en la estación atemporal y eterna que lleva al otro lado, bien que nos puede dejar el tren.