Policial
Alias ‘Tito’ se adjudica balacera en pleno Centro de Lima donde dejó a 2 venezolanos muertos y 4 heridos
Una carta dejada en el lugar del crimen advierte a los extorsionadores venezolanos que abandonen su barrio.
La amenaza está hecha y todo parece indicar que vendrá dentro de los próximos días un nuevo derramamiento de sangre. Un supuesto ‘vengador anónimo’ desató una balacera en el Cercado de Lima, dejando a su paso dos personas fallecidas y otras heridas; todas eran de nacionalidad venezolana. Las sospechas de las autoridades apuntan a que en realidad todo se trataría de una disputa entre dos bandas criminales por el dominio de la zona.
“Para los venezolanos que extorsionan en mi barrio tienen tiempo de irse a otro lado, sino los asesinaremosa todos, culpable o inocente. Esto solo es una advertencia. Atte: Tito”, se lee en la misiva dejada tras el ataque a balazos en jirón Acomayo.
De acuerdo a los testigos del ataque, al promediar las 11 de la noche del último sábado 28 de setiembre, llegaron dos sujetos a bordo de una motocicleta hasta el frontis de lo que sería una licorería.
Ni bien el vehículo se detuvo uno de sus ocupantes disparó cerca de 19 balazos contra los extranjeros que en ese momento se encontraban conversando. Producto de la ráfaga de disparos dos venezolanos perdieron la vida, mientras que los otro cuatro acompañantes resultaron heridos.
Una de las personas que perdieron la vida fue identificada como Kendry Roger Sánchez Montero, un adulto de nacionalidad extranjera de 39 años. El segundo fallecido, aún sin identificar, fue declarado muerto en el hospital Arzobispo Loayza, a donde llegó en calidad de herido.
La lista de heridos que llegó al citado nosocomio es la siguiente: Carlos Negrón Montero (42), Ángelo Gonzales Petito (28), Betzaida Ramírez Paz (30), Luna Hernández Dayli de Jesús (36) y Elis Ángel Lemus (41). La mayoría recibió disparos en el tórax y abdomen. Trascendió que su estado de salud es crítico.
Los vecinos de la zona, entre peruanos y venezolanos, aseguraron sentirse completamente inseguros y temen salir de sus casas por el peligro latente de que les caiga alguna bala perdida.
“Nos puede caer una bala perdida, nosotros somos gente de bien. Alcalde, ministro, presidenta, por favor, hagan algo”, dijo una señora que vive más de dos décadas en este lugar.