Opinión
Algunas preguntas desde un cine más libre que el de ustedes
Lee la columna de Mario Castro Cobos
¿Tendría que pedirle dinero —como un mendigo, aunque sea mi derecho, pero me harán sentirme así— a una serie de instituciones para filmar o grabar lo que mis ojos ven? ¿No les parece raro? ¿Diabólicamente laberíntico? ¿Será que ya no puedo ver con mis propios ojos sin su permiso?
¿Y qué tal si hago mi película como quiero sin la ayuda desinteresada de quienes quieren controlarme? Y si no quieren controlarme es que no son un Estado…
¿Y si no son el Estado me darán dinero para que yo les dé luego más dinero porque todo es dinero y todo lo que no es dinero no es nada en la práctica para ustedes?
Y estas instituciones tan indudablemente necesarias ¿son inocentes? ¿o tienen intereses y fines propios? ¿Fines contrarios a los míos? ¿Amarán el arte, la libertad de expresión colectiva tanto como individual y el pensamiento como tú (imaginando un tú ideal)?
¿Amarán internarse en el seno o en el abismo de lo desconocido para crear un mundo nuevo, una nueva vida? ¿O estas instituciones serán por su propia estructura reencarnaciones caricaturescas de los burócratas que torturaron a los personajes de Franz Kafka?
¿Es preciso que sepa lo que voy a hacer de antemano y que se los diga con pelos y señales? ¿Que cuente necesariamente con un plan pormenorizado? ¿O que mienta en nombre del sagrado cine industrial? Si lo que yo busco es que La Casualidad, Dios, El Azar, La Sorpresa, La Sincronicidad, El Destino, El Caos o El Misterio y El Milagro (entre otros ‘actores’ reales o imaginarios) intervengan; ¿cuál es la gracia de hacer como si lo controlara todo?
Actores. ¿Por qué traicionan las verdades de la vida con la falsedad insultante de su estilo de actuación? ¿No se dan cuenta que los mejores de entre nosotros se asquean con lo que hacen? ¿De qué nos sirven sus trucos? ¿Aprendemos a vivir o a reconocer el fondo de nuestro ser gracias a su repertorio manoseado?
En un mundo sometido a la voluntad maldita y destructora del dios dinero, para el que el crimen es el mejor negocio, ¿crees que ese dinerito te lo dan gratis? ¿O eres tonto y no sabes cuál es el precio que tendrás que pagar?