Hablar de Chepén (Trujilo) es entrar en la línea de tiempo de un legado cultural moche. Es en ese horizonte que me imagino y contemplo el pasado antropológico de la historia biográfica de la infancia de muchos paisanos míos. Líderes profesionales humanistas e intelectuales, hombres sensatos que consolidaron con honestidad y perseverancia sus sueños.
Son estas familias humildes migrantes que lucharon con conocimiento y sabiduría, en consolidar un pueblo progresista. Y es así que, a partir del 8 de septiembre del año 1984, hicieron realidad la visión de la creación de una gran provincia, en construir y hacer producir un enorme desarrollo sociocultural y económico, en beneficio de los jóvenes del mañana. Podría hablar de muchos referentes de los años 80, que lucharon con integridad sus ideales humanistas en beneficio de un gran pueblo chepenano, pero será para otra oportunidad escribir sobre ellos.
Retomando la línea de tiempo, me pregunto: ¿Qué pasó con aquella gran provincia de visionarios líderes políticos?, ¿En qué momento se paralizó en el tiempo su desarrollo y progreso del avance de una gran ciudad?, ¿Cómo llegó a ser rodeada y sometida por la corrupción ?, ¿Cómo pudieron dejar en el abandono y retraso a nuestra ciudad ex alcaldes sentenciados y cuestionados por los más nefastos actos de enriquecimiento ilícito?, ¿Cómo pudo llegar a niveles de degradación la más brutal violencia?
Y es así que ante el contexto que viene pasando en mi provincia, lamento que la nueva generación de jóvenes chepenanos, vean y sientan, la podredumbre de sus autoridades que son “referentes” de la mediocridad más inhumana que campea y envuelve a sus autoridades en el lodo de la corrupción.
Es sorprendente ver lo que está pasando en la municipalidad de Chepén, a cargo de la alcaldesa María del Carmen Cáceres Cubas y sus colaboradores municipales. Estos funcionarios públicos vienen trabajando por instinto, ante una gestión sin rumbo, sin horizontes de objetivos básicos. El pueblo se encuentra abandonado a su suerte. Mientras tanto, en esta coyuntura sufrimos de: salud, agua, seguridad ciudadana, desarrollo urbano, crecimiento económico, etc.
Lamentablemente la alcaldesa se encuentra tras bambalinas ante notables cuestionamientos por nepotismo, por la sospecha de la participación de su hijo en responsabilidades de proyectos de licitaciones de inversiones públicas por millones de soles, que le corresponde solamente a la gestión de la burgomaestra y sus regidores.
Tal es así, que su hijo Francis Paul Abanto Cubas, ha sido sentenciado a 9 meses de prisión de pena preventiva, por el juez Wilson Manayalle del Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Chepén, quien ordenó la ubicación y captura, por el delito tenencia ilegal de armas de fuego. Francis Paul Abanto Cubas se encuentra no habido. Además, es señalado también por tres delincuentes, que manifestaron presumiblemente que él los contrató. La pregunta es ¿Para qué?, ¡no se sabe!, pero lo delincuentes ya fueron capturados por la Policía.
A todo esto, se suma el mal manejo de los alimentos, con precios sobrevalorados de las canastas familiares, alimentos que no pasaban las exigencias sanitarias, y que no llegaron a las familias que verdaderamente lo necesitan. Se puede percibir también, la falta de prevención para anticipar con un buen control los mercados ante la contaminación del COVID-19, que ha ocasionado mucho dolor y tristeza en varios amigos de la provincia.
Sobre este panorama en la provincia de Chepén, el congresista Lenin Bazán Villanueva, manifestó la preocupación del adormecimiento del pueblo chepenano ante los hechos de sus autoridades.
A pesar de los hechos, debemos reflexionar como seres espirituales y racionales, ante las expresiones del sabio Salomón:
«El que camina con integridad, anda confiado: más el que pervierte sus caminos, será quebrantado»
(Proverbios 10:9)
