El experto en geopolítica energética, el mexicano Alfredo Jalife advierte de una tendencia a que la transición energética se viene ralentizando mientras la ‘edad de oro’ de la electricidad se aproxima. Si bien China apuesta por las ‘renovables’ está claro que no va dejar el carbón. Tampoco India por razones de seguridad nacional.
Entretanto, las políticas de los globalistas verdes se chocan con una realidad más áspera. Los pronósticos de ‘carbono cero’ son cada vez menos realizables. Imposible para 2030; el discurso medio ambientalista apuesta para 2050 como año meta. La falta de infraestructura es un gran freno a la transición verde.
El caso energético chino es un modelo a considerar. China tiene varios rubros que ha diversificado en energía, lo cual lo maneja de manera plural y estratégica y sigue las tendencias mundiales de manera prudente. Entretanto, la brújula energética se va moviendo de las renovables, a las fósiles en un contexto de mayor multipolaridad.
Según el experto en geopolítica energética Alfredo Jalife, las energías verdes están subsidiadas, «no es libre mercado, ya parece la URSS con Biden en EE.UU.» Los subsidios verdes de EE.UU. llegan a unos US$370 mil millones de dólares, esto solo en la administración Biden; sin embargo, no alcanzan a suplir la demanda explosiva de electricidad. «Será muy difícil imaginar que el sistema eléctrico de EE.UU. esté descarbonizado en 2035», señaló Jalife en una conferencia sobre política energética en México hace unos días.
En el caso energético mexicano se evidencia por una parte un paradigma de desguarnecimiento respecto a la energía. «En México tenemos petróleo y todavía no se explota las grandes cantidades de petróleo que tenemos frente a las costas de Tabasco». Y es que el caso mexicano recuerda al de Petroperú o al de Codelco de Chile, una sutil desnacionalización a partir de una continua mala gestión de las empresas nacionales. Y esto en un momento en que, según Jalife, se vienen los tiempos de oro de la electricidad. En tanto, las energías verdes y sus metas se van posponiendo ante el fallo por la cuestión de los carros eléctricos. Por otra parte, existe el riesgo de que la guerra en oriente se “caliente” más y se termine por cerrar el estrecho de Ormuz, lo cual llevaría el precio del barril a US$250 dólares. En Sudamérica el nuevo campo de batalla es Bolivia por su litio, EE.UU. y China se disputan la influencia sobre sus yacimientos.
Para colmo de males, la irrupción de la IA ha conllevado a posponer todas las metas y objetivos de París sobre el cambio climático. La carencia de capacidad de la red es un freno significativo para la transición energética verde conforme crece la demanda a causa de las IA y su alto consumo de energía. Existe en este momento una demanda sin precedentes de la energía debido a los centros de datos de la IA que requieren mucha energía.
Entretanto, cabría preguntar si Perú tiene una política energética realista en un contexto de choque de imperios. ¿Podrá el país de los Incas desarrollar su propia soberanía energética o se someterá a oscuros intereses de la especulación?