Casi se le salen los ‘diablos azules’. Cuando una persona recurre constantemente a las mentiras para obtener algo con el paso del tiempo su credibilidad va perdiendo peso hasta el punto de ser tomado como un manipulador compulsivo. El denominado ‘cholo sano y sagrado’ hace muchos años ha dejado de tener peso político y su figura se encuentra manchada por presuntos actos de corrupción. En la actualidad, el ex mandatario de 78 años ahora muestra una imagen endeble y vulnerable, casi como un bebé de pañal que requiere cuidados constantemente.
Durante la audiencia pública transmitida ayer por Justicia TV se pudo ver al ex presidente Alejandro Toledo desvanecerse, implorando, entre lágrimas inexistentes y bravatas, ser trasladado a un hospital. La magistrada a cargo le permitió retirarse para recibir atención médica, pero el ex mantario prefirió continuar con su reclamo para que lo vean todas las cámaras.
“Aló, por favor, me siento absolutamente mal. Quiero que me lleven a un hospital, a cualquiera, o a una clínica. Estoy con los trabajadores (del INPE), no hay un médico. Por favor, Roberto (su abogado) estoy mal”, solicitó Toledo. En medio de su intervención, se escuchó que insultó a uno de los policías que lo resguardaba porque lo interrumpió en su pedido.
Luego de que el INPE lo atendiera, el abogado Su se acercó al centro penitenciario para preguntar cómo se encontraba su patrocinado. Según indicó, encontró al expresidente temblando, con un fuerte dolor en el pecho y presión baja. También aseguró que Toledo no recibió atención rápida y adecuada para las dolencias que estaba experimentando.
“No es necesario que el interno sea conducido a un hospital”, indicó el INPE a través de sus redes sociales.
El abogado del exjefe de Estado, Roberto Su, comunicó que su cliente no había sido trasladado a un hospital, sino que fue atendido en las instalaciones del penal Barbadillo, ubicado en el distrito limeño de Ate Vitarte.
“Estaba temblando con un fuerte dolor en el pecho. La presión estaba baja, él es hipertenso. Me dice que tiene hormigueos en las manos. Pedía ser trasladado a un centro de salud para que lo puedan evaluar. Hasta las 3:30 de la tarde, no ha habido ni un médico. Aparte de la hipertensión, tiene gastritis, apnea de sueño. Es decir, tiene varios males que está siendo tratado con varios medicamentos. Lo que hemos podido presenciar es que un empleado del INPE se acerca para apagarle el micro, es por eso los forcejeos”, señaló.