Opinión

Alejandro Romualdo en Casa de la Literatura: mataron la poesía

Lee la columna de Edwin Cavello

Published

on

La reciente exposición dedicada a Alejandro Romualdo en la Casa de la Literatura Peruana pretende rendir homenaje a uno de los poetas más significativos de la generación del 50. Sin embargo, el resultado final dista mucho de estar a la altura del legado de este autor cuya obra siempre estuvo impregnada de intensidad, crítica social y compromiso político.

La muestra no dialoga con los poemas que alguna vez ardieron con el fuego de la pasión y la denuncia. En este sentido, la muestra falla en su propósito de transmitir el espíritu transformador de Romualdo y, en su lugar, ofrece una interpretación deslucida. La exposición carece de creatividad y de una buena curaduría. La riqueza del material gráfico y de la documentación, solo esta desparramada entre paredes y sobre una paupérrima instalación de madera, objeto que termina infectando el espacio y matando la poesía.

¿Por qué el maltrato al autor de “Canto Coral a Tupac Amaru”? ¿por qué extinguir el fuego de la poesía de Romualdo? ¿por qué intentar silenciar el grito de libertad en sus poemas? Son solo algunas preguntas que uno se hace recorriendo una sombría exposición que de manera soterrada esconde lo mejor de Alejandro Romualdo: lo social y lo político.

El desprecio por las posibilidades tecnológicas de la actualidad es particularmente notable. Mientras otros espacios culturales aprovechan recursos como proyecciones interactivas o herramientas de realidad virtual para atraer a nuevas audiencias, esta exposición parece anclada en el pasado. No solo no innova, sino que ni siquiera intenta conectar con los jóvenes estudiantes, quienes podrían haber encontrado en la poesía de Romualdo una fuente de inspiración.

Lo más preocupante, es el modo en que la Caslit ha decidido mutilar los elementos sociales y políticos que son el núcleo de la obra de Romualdo. La exposición, en lugar de destacar al poeta que enfrentó las injusticias con una pluma poderosa, lo presenta casi como una figura anecdótica. Reducirlo a oficios de caricaturista y diseñador gráfico, diluye su importancia como intelectual comprometido.

En definitiva, esta exposición no solo subestima el legado de Alejandro Romualdo, sino también la capacidad del público para enfrentarse a una propuesta desafiante e inspiradora. “Al tercer día de los sufrimientos, cuando se crea todo consumado, gritando ¡LIBERTAD! sobre la tierra, ha de volver. ¡Y no podrán matarlo!”.

(Columna publicada en Diario UNO)

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version