La playa, de todos y de nadie a la vez, aquel lugar donde miles de personas van a veranear, familias a compartir un rato agradable entre la arena y las saladas y frías aguas de nuestro litoral, amores de verano confundidos por una multicolor postal de ropas de baño.
La explosión demográfica ha convertido a las playas limeñas en circuitos parecidos a las calles del Mercado Central o Gamarra, donde abunda el desorden, el griterío, estelas interminables de basura, ceviche en bolsa y sopa en botellón, como diría una popular canción de Los Nosequién y los Nosecuántos. Todos apiñados y felices, gozando en el tumulto en un día acalorado.
Lastimosamente, como en todo lado existen ciertas ‘ovejas negras’ que no acostumbran a llevarse sus desperdicios, a recoger lo que consumen, o respetar el espacio de los demás, colocando su imponente parlante, su olla de comida y las botellas de vidrio que al final van a parar enterradas en la arena, sacando lustre a su poco interés por preservar las cosas.
Ante esta triste realidad el alcalde de Chorrillos, Fernando Velasco, anunció que realizará una evaluación para determinar si se coloca un aforo a la playa Agua Dulce, estimándose que el tope sea de 25 mil personas; esto luego de lo ocurrido el pasado 1 de enero en la populosa playa chorrillana.
“Justamente estamos dirigiéndonos al municipio para hacer una evaluación con el personal de Seguridad ciudadana y Fiscalización (…) para establecer un aforo máximo”, expresó durante una conversación con Exitosa.
Se estima que durante el primer día del año de 2024, a la playa ubicada en Chorrillos asistieron más de 50 mil personas que buscaban pasar un buen rato familiar, sin calcular que ponen riesgo su salud debido a los nuevos casos de COVID-19 reportados en los últimos días.
Velasco aclaró que normalmente, de lunes a viernes, el balneario tiene una afluencia de entre 15 mil a 20 mil bañistas, pero que esta cifra aumenta en festividades como fue el caso de Año Nuevo.
El burgomaestre también informó que en todo el distrito se han colocado módulos con el apoyo de la Policía Nacional del Perú. Estos espacios son llamados ‘mini comisarías móviles’ e invitó a los vecinos a reportar los hechos ilícitos que sean cometidos en esta zona.