Por Edison Mamani
Hoy, jueves 12 de setiembre, el Congreso suspende sesión del pleno tras guardar minuto de silencio por el expresidente Alberto Fujimori. El presidente del Congreso había adelantado que la Mesa Directiva acudirá a su velorio. Ayer, Juan Burgos (Podemos Perú), mediante una moción, había propuesto declarar duelo nacional por dos días, pero el Gobierno decretó tres días de duelo nacional.
Las reacciones fueron las mismas de siempre con un personaje que polariza. Esto se da en medio de la comunicación de Eduardo Salhuana a los 130 congresistas, donde «se les exhorta a suspender y reprogramar las actividades programadas para estos días«.
La derecha consternada y triste, resalta la lucha contra el terrorismo, el control de la inflación y el crecimiento económico, señalando que fue el “mejor presidente en la historia”, y que con su fallecimiento nació la “leyenda”, recordando la captura de Abimael Guzmán, pero no su muerte que coincide con la de Fujimori. En la derecha, Fuerza Popular, Renovación Popular, Honor y Democracia y Avanza País, han emitido comunicados en bloque.
El sector progresista, que domina las redes sociales, lo recuerda como “dictador, genocida, asesino y corrupto”, responsable de “graves violaciones a los derechos humanos”, y de la “década oscura”. Ni siquiera le dieron un minuto de silencio en el Congreso. El Bloque Democrático se pronunció.
En el centro, se publicaron frases como “descanse en paz presidente”. Se limitaron al pésame y no a los “logros” del personaje.
La izquierda también ha criticado y, además de lo mencionado por el sector progresista, hacen referencia por ejemplo a la “privatización del Estado”, pero no son muy visibles ni viscerales.
Sin duda, los comentarios más relevantes han llegado del anti fujimorismo (sector progresista), y de la izquierda.
Sector progresista.
Sigrid Bazán (Bloque Democrático) dice que “no se trata de odio, se trata de memoria”, sobre cosas que esta “mayoría congresal” busca desaparecer con “leyes de amnistía”.
Ruth Luque (Bloque Democrático) y Jaime Quito (Bancada Socialista), se niegan a suspender sus actividades parlamentarias. Luque: “Alberto Fujimori fue responsable de graves violaciones a los derechos humanos y su gobierno estuvo signado por la mayor corrupción de nuestra historia. Fue beneficiado con un indulto ilegal pese a tener sentencias firmes en Barrios Altos y La Cantuta, y pendientes como Pativilca. Mi abrazo y solidaridad eterna a las familias de sus víctimas, quienes hoy recordarán a sus muertos sin haber alcanzado justicia”.
Representando al sector progresista de derecha, Flor Pablo, sorprende: “Mis condolencias a la familia Fujimori. Todos tenemos el derecho de despedirnos y honrar a nuestros fallecidos”.
En la izquierda.
Vladimir Cerrón (líder de Perú Libre): “Con la muerte de Alberto Fujimori comienza el cierre de un período tres décadas de la política peruana, marcado por la institucionalización de la corrupción, la violación de los DD. HH. y la privatización del Estado; así como también, el pretexto ideal de los caviares para su enriquecimiento y la captura del Estado”.
Guido Bellido (Podemos Perú): “Durante su gobierno, eran pan de cada día los abusos de poder, las violaciones de derechos humanos y la corrupción que corroyó nuestras instituciones”.
Guillermo Bermejo (Juntos por el Perú), también habla de dictadura, pero pide que “construyamos el país que soñamos sin rencores ni revanchas, pero con memoria, justicia y verdad”.
Margot Palacios (no agrupado): “Falleció el ex dictador Alberto Fujimori. Le puso su apellido a un periodo nefasto para la historia del Perú. Irónicamente, se fue el 11 de setiembre, sin que sea juzgado por todos sus crímenes y eludiendo las sentencias aplicadas por la Justicia, y sin resarcir a sus víctimas, ni al país. Su mal gobierno desestructuró hasta hoy a la sociedad peruana. Con todo respeto a la temporalidad del ser humano, decimos: Fujimori, nunca más”.
Por otro lado, en la derecha sorprendió un comunicado de Diego Bazán (Renovación Popular): “Falleció el expresidente Fujimori y pasa a la historia del Perú, dónde se realizará, sin apasionamientos, el verdadero juicio de su obra”.
Recordemos un poco su historia vinculada al Congreso.
El 5 de abril de 1992, dio un golpe de Estado. Disolvió el Congreso, que era bicameral, argumentando que era “obstruccionista”. No tenía mayoría en ninguna de las cámaras, 32 diputados de 180 y 14 senadores de 62. Instauró un “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”. Convocó a un Congreso Constituyente que promulgó una nueva Constitución Política en 1993. Con la denominada ley de interpretación auténtica postuló a los comicios del 2000 y, en medio de denuncias de fraude, obtuvo la victoria.
Renunció después de la revelación del primer “vladivideo”, donde se ve al exasesor Montesinos entregarle US$15 mil al excongresista Alberto Kouri, a fin de que este pase al fujimorismo; pero dicha dimisión fue rechazada por el Parlamento, que declaró su vacancia por “permanente incapacidad moral”. Decidió aceptar postular como candidato al Senado del Japón, sin ningún resultado. Fue condenado por los pagos ilegales a los congresistas tránsfugas, entre otros temas.
Tras su salida en libertad, solicitó al Congreso que se le comience a pagar una pensión vitalicia como expresidente. Ahora esa pensión se dejaría de abonar, debido a que no tiene una viuda o un hijo menor de edad al que le correspondería recibir el pago.