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AL NORTE DE (ALGUNOS RÍOS) DE HORA ZERO

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Foto Jorge Verástegui

ESCRIBE FERNANDO OBREGÓN

La joven poesía peruana no necesita de escuderos y tampoco de NADIE ordenándoles un estilo. Casi 45 años después del nacimiento del movimiento Hora Zero, lo que la poesía joven necesita son  nuevos caminos, espacios intransitados, ríos literarios divergentes que sucedan al canon horazerista. Así como en  los años 70,  los jóvenes iracundos realizaron el parricidio con su establishment predecesor, así los jóvenes poetas del siglo XXI tienen todo el derecho y oportunidad para  hacer lo mismo con  el movimiento que se autoproclamó (para cumplirlo) como aquel que iba a  conducir la poesía  peruana hasta el año 2000.

Esta reflexión surge a partir del manifiesto personal del poeta Tulio Mora, uno de los más representativos y conspicuos miembros de HZ y con quien administramos el perfil del grupo en Facebook, manifiesto que ha publicado en el  muro del FB horazeriano. Mi intención es ejercer el derecho al desacuerdo con lo escrito por el poeta, pues podría pensarse que en Hora Zero todos aprobamos lo escrito por Mora, cuando lo que existe a su interior es la polémica, el intercambio de ideas, el diálogo fraternalmenteb creador.

El manifiesto del poeta se titula: “POSICIÓN DE TULIO MORA SOBRE LA ACTITUD QUE DEBE ADOPTAR HORA ZERO FRENTE AL NEOLIBERALISMO, EL NARCOTRÁFICO Y LA CORRUPCIÓN”, y contiene 7 puntos, de los cuales sólo el primero se refiere al título. Difícil estar en desacuerdo con la loable intención de fijar posición contra el narcotráfico y la corrupción y discutible la redacción del primer punto, pero son los seis restantes los que se refieren a la joven poesía peruana y son los puntos con los que fundamentalmente discrepo.

Tras un frase genérica que dice: “Los poetas de hoy no escriben con altura e indignación sobre:”; el poeta enumera:

2.- “La poesía joven prefiere escribir sobre marcianos antes que sobre la corrupción, la ingobernabilidad y la violencia, temas que calla o le parecen cínicamente un chiste” (Tulio Mora, dixit).

En su frase inicial, Tulio generaliza y se refiere a los poetas. No a uno o dos, sino a “los poetas de hoy” y generalizar es muy malo, pues no se puede meter todas la voces en un mismo costal. Aunque en un comentario personal posterior haya precisado que no se refiere a “todos” los poetas, la frase inicial continúa en el muro sin ser corregida. ¿Quiénes son “los poetas de hoy” en el imaginario de Mora? ¿Sólo los jóvenes poetas que guardan silencio ante un sistema envilecido? ¿O también los poetas no tan jóvenes que han canjeado su silencio para no interferir con su rentada actividad pública o privada? No existe silencio entre los poetas jóvenes. Basta ver la gran dinámica de estos en las redes sociales, organizando recitales, conferencias, encuentros, publicando libros o revistas, y trasladándose por todo el país y el exterior,  para entender que los vasos comunicantes de la poesía hoy gozan de una inmejorable salud. Y tampoco en su activa vida política que los ha llevado a estar presente, en las principales movilizaciones de los últimos años. No la veo conformista sino radicalmente democrática, ejerciendo ciudadanía a través de los colectivos que se han expresado contra la repartija del Congreso a la hora de elegir el Tribunal Constitucional, a favor de la unión  Civil, o en marchas por derechos y libertades o vigilias ciudadanas.

Sobre la palabra “marcianos” -infelizmente empleada varias veces a lo largo del texto- temo que  Tulio quiera ironizar alrededor  del reciente libro de Jerónimo Pimentel “Hacia el norte de los ríos del futuro”, uno de los mayores logros en la poesía peruana escritos en los últimos años y que empieza a marcar ese derrotero pos horazeriano, que hace rato esperábamos. Y temo que tras un reciente  y áspero debate suscitado en redes sociales entre ambos autores (Tulio y Jerónimo), la propuesta positiva de un manifiesto contra la corrupción  y narcotráfico se haya transformado en un unilateral manifiesto contra la joven poesía peruana.

Sin embargo, este libro fue saludado optimistamente por el mismo Mora hace menos de tres semanas de la siguiente manera: “A los 36 años, Jerónimo Pimentel (JP) ya ha escrito el libro que le puede quitar el  sueño, si es que tenía la ambición personal de poner una pica en la poesía peruana, reto ciertamente complicado, tanto por la  obra de sus predecesores, que son numerosos, variados y memorables -eso que llamamos con solemnidad sospechosa “la tradición”  y que la leyenda urbana y el lugar común suelen calificar de muy alto nivel-, como por el desafío mismo de la conquista de una propia y reconocible voz”. Ahora, si yo estoy equivocado -e interpretado mal- me gustaría saber a qué o quién se refiere Tulio con eso de “la poesía joven prefiere escribir sobre marcianos”.

3.- “La poesía peruana joven es conformista con el sistema. Por eso HZ sigue vigente al denunciar que más acá de los marcianos y de los espacios cínicos sigue la corrupción, la gestión concesiva y la impunidad” (Tulio Mora, dixit).

Por naturaleza, la juventud no es conformista ni concesiva, siempre es rebelde y va contra el orden establecido. No conozco joven satisfecho y si estos no expresan su virulencia o rebeldía en las calles, tal como sucedía en los 70 y 80, es porque los tiempos son simplemente otros y eso no explica ninguna “conformidad” con el sistema. Sucede simplemente que los tiempos cambian. El Perú del s. XXI es un Perú donde la clase medía ha  crecido exponencialmente, ha reducido la pobreza y extrema pobreza en niveles sustantivos (aunque insuficientes, a mi parecer) y es una sociedad globalizada a través de Internet,  pero fundamentalmente globalizada por casi 4 millones de peruanos que salieron del país desde 1970  y con ello, transmitieron una manera diferente de ver el mundo. La movilización poética juvenil no está en las calles, pero continúa virulenta e iconoclasta.

A estas alturas, la “marcianopoesía” parece haberse convertido en una preocupación central para Tulio. Pero lo que podría parecer una ironía, en el fondo es una preocupación de lo que debe ser la poesía en estos tiempos. Y aquí viene la pregunta ¿Sólo existe una manera correcta de escribir poesía?

El mismo poeta Mora apela en su obra a referencias mitológicas o angélicas y nadie lo ha acusado de alejarse a la estratósfera. Si hace miles de años, los peruanos de Caral miraban las estrellas y los peruanos de Nazca hacían lo mismo para comprender la naturaleza del Cosmos y calcular los tiempos para sembrar ¿Cómo descalificar a un peruano de hoy, cuando estamos a menos de un decenio de la primera exploración tripulada al planeta rojo? ¿Acaso esos no son los temas de estos tiempos? ¿Acaso la misma preocupación no lo anunciaba Alejandro Romualdo en ese hermoso libro “El movimiento y el sueño” (1971), cuyos versos entrecruzan el Diario del Che Guevara y las crónicas de los astronautas que viajaron a la luna?

De pronto al leer a Tulio me he imaginado a Santiago de Cárdenas apesadumbrado leyendo el informe de Cosme Bueno en 1761, que le prohíbe construir una máquina para volar bajo la administración del Virrey Amat y Juniet. Supongo que lo correcto no era que soñara (soñar: derecho poético) con una máquina que alcance el cielo como Leonardo, sino que se dedicara a hacer buques porque eso era lo que exigía su tiempo. ¿Cómo se te ocurre Santiago Pajarero mirar a las estrellas, cuando tenemos un problema de inseguridad por culpa de los piratas en el Puerto del Callao?

4.- “Si la poesía, en vez de hablar de un futuro globalizado y aún no real tocaría los gravísimos temas del narcotráfico, la corrupción, la informalidad y el contrabando es porque está conforme con ellos”. (Tulio Mora, dixit)

Culpar a los jóvenes poetas de la actual situación de inseguridad, violencia y narcotráfico simplemente por no tocar estos temas en su poesía, es absolutamente arbitrario. Como preocupante, el afirmar que si no tocas estos temas en tu poesía, es porque estás conforme con ellos. Los jóvenes -y no sólo los poetas- NO SON CULPABLES de la actual situación del país, la principal responsable es la generación actual que gobierna el Perú (entre los 50 y 70 años), es decir “nuestros contemporáneos”. Nosotros somos los directos responsables de esta situación, porque ha sido en nuestro tiempo cuando se han formado estos flagelos y sería injusto culpar de los mismos a quienes vienen detrás. El estigma de nuestro tiempo han sido: las dictaduras militares, el terrorismo de Estado y de Sendero y ahora la corrupción y la inseguridad que originan las mafias delictivas. Es el tiempo que nos tocó vivir y no debemos de culpar a los jóvenes de ese desorden que sólo corresponde a nuestra generación resolverlo. Mal hacemos, en cargar nuestras tareas y responsabilidades a otros, cuando aún no hemos culminado con nuestro trabajo cambiando radicalmente este escenario.

Por último ¿Escribir un poemario sobre corrupción es garantía de una buena poesía? ¿Acaso HZ no estaba en contra de la poesía coyuntural? ¿Debemos decirles a los jóvenes cómo escribir? Como bien ha aclarado Tulio, en un comentario posterior, en Hora Zero no existen los comisarios. En el movimiento vivimos una democracia radical, que aparentemente nos contrapone, pero que al final respeta la opinión fraterna. La totalidad contraria del Perú está en Hora Zero.

5.- “En consecuencia, y para demostrar que HZ sigue vigente debemos volver a escribir sobre los temas que siguen siendo los escombros que aludió en “Palabras urgentes”. Hoy más que nunca se hace visible que ese manifiesto justifica la necesidad de una poesía integral asumiendo/delatando los actuales problemas. México, como el Perú, es el mejor ejemplo. Alucinar puede ser poético pero no es ponerse a la altura de los escombros que debemos poetizar”. (Tulio Mora, dixit)

Hora Zero, seguirá vigente por la alta poesía escrita por sus grandes autores, pero no puede permitirse una prolongación indefinida de sus postulados. Hora Zero es el movimiento del arco iris, porque en su interior interactúan todas las sangres y todas las cosmovisiones, Hora Zero nació para deshacer los “letrafundios” de la literatura peruana en un lucha frontal contra los “letratenientes” de entonces. Hora Zero nació contra el modo único de escribir la poesía. 45 años después de “Palabras Urgentes” -el emblemático Manifiesto escrito por Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruiz- Hora Zero no puede correr el riesgo de convertirse en aquello que alguna vez detestó, conminado a los jóvenes a escribir de determinada manera u obligándolos a determinada postura política. Los jóvenes deben encontrar su propio camino, construyendo su propio derrotero pos horazeriano. A pesar que posiblemente en ese tránsito, deban  negar nuestro movimiento para hacerse de su propio espacio. (“No comparto tu opinión, pero daría mi vida por defender tu derecho a expresarla”, Voltaire dixit)

6) HZ está contra de los poetas que no ven el presente, sino que se esconden en el cultismo, el futurismo y la globalización que disminuyen el grave peligro de la desestabilización y la ingobernabilidad de este país en tiempo presente. (Tulio Mora, dixit)

Culpar a los poetas de una ceguera con el presente, no sólo es ignorar que su único compromiso es con el futuro que ellos mismos se forjen. Pero peor aún, hablar del presente o el futuro es algo relativo en momentos en que la Ciencia -concretamente la nueva física cuántica- afirma que la biología y la vida originan la realidad y el universo, y no a la inversa como presumíamos hasta hace poco. Si es así ¿De qué presente hablamos cuando el nuevo universo de la biocéntrica nos propone una vida más allá de la muerte? ¿Acaso no es igual de importante la desestabilización que producirá la Inteligencia Artificial del primer androide, que la desestabilización de todos los sicarios del narcotráfico? ¿Cuál es la agenda del presente, a puertas de la Sociedad del Conocimiento?

Loa jóvenes poetas no se esconden en el cultismo para opinar, sino son cultos por derecho adquirido. Tiene la ventaja del libro gratis digital y acceso gratuito -vía red-  a todas las bibliotecas del planeta. Ciberliteratura, ciberpunk, hipertexto, realidad virtual, ciberpoesía, videopoesía, son términos populares entre los jóvenes que no representan ninguna futurología sino son productos de los tiempos de Internet. Aquel espacio, al cual muchos hombres y mujeres de los 70 y 80 han llegado tardíamente. La cultura de la red, la cual ha creado un abismo generacional entre padres hijos. Con el uso de las herramientas  tecnológicas y el uso del smartphone, el tablet o la Pc. estas son las plataformas de las  discusiones de hoy (s.XXI y no s.XX) y son las que les preocupan a los poetas jóvenes.

 

7) HZ está en la obligación de ser vigencia contra esta poesía inconsecuente que no quiere asumir su tiempo, sino que lo niega. (Tulio Mora, dixit)

Este ya no es el tiempo fundacional de Hora Zero, sino el de salida. Los jóvenes poetas tienen todo el derecho a buscar sus propio escenario pos horazeriano. Los jóvenes tienen derecho a hacer con su tiempo lo que les venga en gana y a la hora que les venga en gana. Y no hacerle caso a nadie, salvo a sus propias convicciones. Y en la experimentación con la duda y el error, encontrarán sus certezas y sus aciertos. Hora Zero aún puede (pero ya no debe) influir en la poesía joven.  La mayoría de sus integrantes están en la edad de la sabiduría plena y es a través de la docencia y decencia, que debemos dejar que los jóvenes hagan y deshagan con su palabra. Y es a través de esta sabiduría, que debemos centrar esfuerzos para concluir lo pendiente. Hay que ir de las Palabras Urgentes a las Palabras  Pendientes.

Hora Zero nació como el gran movimiento parricida de la literatura peruana, no lo convirtamos en un movimiento filicida.

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