Agustín Lozano y su intento de apropiarse de los derechos de televisión del fútbol peruano
La FPF empezó a difundir mensajes y videos sobre las supuestas ventajas del manejo de los derechos de televisión. Lo que existe detrás es una nueva maniobra para un negociado. El portal ONCE lanzó una alerta hace meses y ahora han publicado el primer informe de una completa investigación sobre lo que pretende Agustín Lozano.
El tema de los derechos de televisión es un tema sencillo, si hablamos desde la legalidad. Pero, cuando se quiere ingresar desde la corrupción empiezan los argumentos que buscan confundir. Es lo que está ocurriendo con el presidente de la FPF, Agustín Lozano, y su intento de apropiarse ilícitamente de los derechos de televisión que son parte del patrimonio de los clubes profesionales del fútbol peruano.
Sostiene Lozano que la FPF es dueña de los derechos de televisión y, por tanto, puede disponer de ellos contratando a la empresa de su preferencia. No es exactamente así. Veamos.
1.- Nadie discute que los derechos de televisión corresponden a las federaciones. Así está dispuesto en el planeta fútbol. Pero eso no significa que la FPF pueda disponer a su antojo hacer lo que quiera por una sencilla razón: los que generan el espectáculo que se televisa son los clubes de fútbol, por lo tanto, al ser actores principales les corresponde tener beneficios económicos adecuados y dar o no su conformidad.
2.- En principio, la FPF puede llamar a unalicitación pero no puede hacerlo mientras estén vigentes los contratos que sobre el tema televisión tienen firmados los clubes. Mucho menos puede hacerlo cuando esos contratos tienen una cláusula de preferencia para su renovación. Pongamos un ejemplo sencillo, digamos un ejemplo para que lo entienda Agustín Lozano, personaje al que le gusta arrasar con normas elementales.
Imaginemos que la FPF es dueña de una casa y firma un contrato de arrendamiento por un tiempo determinado. Mientras ese contrato esté vigente, no puede alquilar la casa a nadie porque hay un plazo que cumplir. Algo más: si en ese contrato de alquiler de la casita se acordó que a su vencimiento, el inquilino tendrá preferencia para la renovación, significa que la FPF antes de alquilarle a otra persona tiene que decirle a su inquilino: “Me ofrecen esta cifra, ¿la igualas o la superas?”. Si el inquilino dice no, recién la FPF puede alquilar la casa a otra persona.
Esta explicación sencilla, con manzanitas como dicen los chicos, no la entiende Agustín Lozano. Cree que puede pasar por encima de las leyes, las normas y los contratos. Es lo que ocurre cuando asoma la ambición por lograr dinero desde un cargo.
Un asunto clave para el fútbol peruano
El tema de los derechos de televisión tiene una enorme importancia que es necesario que la entendamos todos los que deseamos que el fútbol peruano tenga vigencia a futuro y que no sea más destruido de lo que está. Lozano se irá pero el fútbol tiene que seguir.
Para nadie es un secreto que el fútbol en todo el planeta se sostiene por los ingresos que provienen de los derechos de televisión. En las principales ligas que funcionan con seriedad, los clubes tienen ingresos principales por los siguientes rubros: socios que aportan mes a mes o compran abonos por temporada; taquilla por espectadores; sponsors en camisetas y estadios; y derechos de televisión.
De todos estos rubros el más importante es el dinero que llega desde la televisión. Un ejemplo muy reciente para ver su importancia.Cuando la pandemia Covid-19 asoló al mundo y los estadios quedaron desiertos, los clubes, en el planeta entero, se pudieron sostener gracias a que siguieron recibiendo el pago por los derechos de televisión. En esa etapa de cruda crisis sanitaria, los derechos por televisar salvaron campeonatos locales, Champions League, Copa UEFA, Eliminatorias Mundialistas, Eurocopa, Copa América, Copa Libertadores, Copa Sudamericana. En una palabra, sin los derechos de televisión, la pandemia habría sepultado al fútbol.
Ahora veamos el caso de los torneos pobres y sin mayores atractivos como el torneo peruano. En Perú no existen ingresos por aportes de socios o por abonados, los estadios no se repletan fecha a fecha y los sponsors son muy limitados. Sin recursos económicos propios, los clubes viven gracias al dinero que llega por los derechos de televisión. Es el único ingreso serio, firme y constante. Sin derechos de televisión, el campeonato peruano no existiría porque ningún club está en condiciones de sostener sus planillas y las exigencias de un campeonato.
Como es fácil advertir, apropiarse del dinero que ingresa por derechos de televisión, es una tentación para aquellos que están en el mundo del fútbol con la intención de hacerse ricos de la noche a la mañana a través de los manejos indebidos.
No es ninguna casualidad que el presidente de la FPF, Agustín Lozano, y su entorno estén empeñados, desde hace meses, en capturar el tema de los derechos de televisión. La FPF quiere que el tema pase por el escritorio de Lozano pero la FPF no puede convertirse en representante y negociador de todos los clubes. Y menos elegir una empresa a dedo para que ejecute esa tarea.
La FPF convocó a una licitación fracasada, luego inventó un extraño “modelo asociativo” con una cuestionada empresa que también fracasó y ante el nuevo fracaso inventa la opción de un insólito fideicomiso. Son hechos no sólo ilegales sino inaplicables porque actualmente existen contratos vigentes con plazos de vencimiento que abarcan desde el 2022 al 2025. Al existir clubes con contratos aún no concluidos, la FPF no puede estar intentando disponer derechos de televisión.
La gestión de Lozano está marcada por diversos hechos de corrupción y, ahora, antes de marcharse quiere dar el zarpazo final a la única parte rentable que sostiene al fútbol peruano. El problema es que el efecto puede ser la quiebra de los clubes profesionales.
En los últimos días, la FPF ha iniciado una campaña para sorprender al mundo del fútbol con este tema. ONCE ya había alertado meses atrás. Esta vez, empezaremos a publicar las investigaciones que hemos realizado sobre el tema.