Opinión

Agricultura, desarrollo y riego

Lee la columna de Edwin A. Vegas Gallo

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Por Edwin A. Vegas Gallo

Con las políticas emanadas desde el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, MIDAGRI, liderado por Ángel Manero, poco o nada se puede esperar de DESARROLLO y RIEGO.

Más aún con aquél, que en su momento señaló que “en todos los rincones del Perú se come con contundencia y que no se pasaba hambre”.

Si esa premisa del “ángel” maligno de la agricultura peruana fuera cierta, entonces Perú cumplió con creces y 5 años antes el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible al 2030 y habría que felicitar al gobierno de Boluarte por este alcance de política agraria internacional.

Sin embargo, lamentablemente ello no es así y, al contrario, el hambre y la pobreza campean a lo largo y ancho del territorio nacional, sin que la presidenta haga algo por prescindir de los servicios de Manero, con escaso tino político y profesional, para liderar las riendas del MIDAGRI.

Por cierto, este ministro es el que, muy suelto de huesos, señaló que, ante la producción de mangos, los agricultores dejemos de sembrar y producir por 4 años el cultivo de mango, desconociendo de medio a medio que esa propuesta es inválida técnicamente, ya que no se preocupa por darle valor agregado a la fruta mango u otras frutas, que solo se usan, como siempre, como materia prima exportadora y mucho menos se preocupa por un seguro agrario para los pequeños productores, en sentido contrario al apoyo abierto brindado al empresariado agroexportador, que aprovechan muy bien la ley Chlimper, con sus exoneraciones tributarias.

En Piura, mientras la Autoridad Nacional del Agua, ANA (Decreto Legislativo 997), siga dependiente del MIDAGRI, manejada con sesgo agroexportador y con visos de corrupción, el problema hídrico para la economía familiar del pequeño y mediano agricultor subsistirá.

Ello requiere una ANA, no contaminada, con visión monodisciplinaria, sino que tenga una visión con enfoque ecosistémico multidisciplinario.

No hay que olvidar que la crisis hídrica pasada se va a agravar año a año por el cambio climático, La Niña, El Niño y, según la FAO, el 40% de la población mundial ya sufre de la escasez de este recurso vital. Hay 2,200 millones de personas que no tienen acceso a agua potable manejada de forma segura. En Perú hay 10 millones de personas que sufren por este líquido y los piuranos en particular lo hemos vivido el pasado año.

Que no quepa duda de que la agricultura a nivel mundial agroexportadora, sin control, representa en la ecuación “el 72% de todas las extracciones de aguas”, con fines de riego (FAO 2022).

Mientras que en el otro lado de la ecuación necesitamos del sector de la agricultura, crucial para garantizar la seguridad alimentaria de los peruanos y dar trabajo a las comunidades costeras, andinas y amazónicas, más allá de la burbuja agroexportadora vitícola en Piura, La Libertad e Ica, se transforme en verdadero desarrollo, que con Manero es difícil de transitar.

El recurso hídrico en la región Piura se debe usar sin demonizar los cultivos por su uso de agua. Empero, hay que señalar que de los 5 cultivos a nivel mundial que requieren más agua para su producción, con el consiguiente impacto en las comunidades y el medio ambiente, 4 se cultivan en Piura. Entre ellos están el cultivo de arroz, de caña de azúcar, algodón (hoy menos) y palta con cultivo incipiente.

Si bien es cierto que la ecuación es compleja y multifactorial, todos los actores políticos, académicos, gremiales y consumidores inclusive, debemos hacer esfuerzos para viabilizar soluciones en infraestructura en la agricultura y riego que la hacen ineficiente y sobre todo requieren de mayores niveles de gobernanza.

Finalmente, recordar que el agua es finita y que solo el 0,05% del agua está disponible y utilizable. Advertidos estamos que es un recurso increíblemente valioso y tenemos que protegerlo entre todos, para las generaciones presentes y futuras.

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