Política

ADIÓS, ÁNGEL DEL OXÍGENO

Published

on

El ángel del oxígeno de San Juan de Miraflores, Mario Romero Pérez, dejó de existir hoy domingo. Ayudó a cientos de personas vendiendo el ansiado oxígeno a solo 15 soles el metro cúbico. Fue un hombre honrado y noble que hizo todo lo posible para ayudar a otros seres humanos. Pudo hacerse millonario e incluso pudo contratar a más empleados para que hagan su trabajo. Total, vivimos en una economía de mercado. Pero no lo quiso así. Él mismo movía los pesados balones de metal, el mismo ordenaba las larguísimas colas que se formaban en su local de la avenida Defensores de Lima 601, él mismo alentaba a los familiares para que no perdieran la fe y que sí era posible ganarle la batalla a esta peste con nombre de perro: Covid-19: “vamos amigos, estamos peleando juntos, no bajen la guardia, juntos lo podemos hacer”, decía emocionado casi al punto de las lágrimas, mientras recibía la muestra de afecto de todos los que podían llevar un poco de aliento a sus enfermos.

Quizás en un mundo distópico los buenos viven vidas felices y no solo se quedan con el honor. Don Mario Romero Pérez nos enseñó que se puede hacer empresa con lo justo y que no es necesario lucrar con la vida de nadie. Fue uno de los pocos que en vez de robarle al necesitado más bien extendió su mano fraterna. Quizás la parábola del buen samaritano hable de él. “Lo justo es lo justo”, dijo en un canal de televisión contrariamente a lo que otros empresarios estaban haciendo, elevando el precio de las medicinas, poniendo por las nubes el precio del alcohol, de las mascarillas o de cualquier implemento de bioseguridad. Todos esos malos empresarios debería de caerles la cara de vergüenza por alguien que con poco hizo mucho.

Gravemente enfermo e Internado en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Hospital Guillermo Kaelin de Nueva, don Mario Romero Pérez daba mensajes de esperanza a sus amigos y a los amigos que había hecho repartiendo oxígeno y cuando las donaciones y ayuda económica empezaron a llegar a su hogar, le dijo a su hijo que, por favor, devolviera todo el dinero recibido porque no era necesario, él y su familia habían aprendido a vivir con lo justo. Su hijo, Eric Mario Romero, que también es médico neumólogo y que viene sirviendo en la primera línea sanitaria de Huaraz, manifestó hace unos días: “Se agradece a las personas de buen corazón. (…) Lo que sí pedimos es oración, no solo para mi señor padre, sino también para muchas personas que están sufriendo en unidades críticas de hospitales y que lamentablemente hacen colas para buscar medicinas y oxígeno”,

Hoy, este ángel del oxígeno, don Mario Romero Pérez, ha partido. Nada se pudo hacer. Su memoria y su mensaje se queda con nosotros como una antorcha encendida. Y nos duele en el alma. ¡Honor y gloria, don Mario Romero Pérez!

Comentarios

Trending

Exit mobile version