Nueva negligencia en los juegos mecánicos. En esta ocasión un nuevo accidente se suscitó alrededor de las 6 de la tarde dentro de las instalaciones del Play Park en el distrito de San Juan de Lurigancho (SJL) en donde parte del letrero luminoso se desprendió cayendo sobre un grupo de jóvenes que disfrutaban del popular juego Tagadá.
Según narraron los estudiantes, ellos vivieron momentos de terror luego que una letra del anuncio luminoso cayera sobre las cabezas de los adolescentes mientras el platillo se encontraba girando, ocasionándoles fuertes golpes alrededor de la cabeza.
Lejos de socorrer a los accidentados los responsables de los juegos mecánicos solamente les ofrecieron boletos para que regresen otro día a utilizar ese mismo juego.
De acuerdo a un reporte de RPP, no existe personal de fiscalización y solamente hay una persona que manipula ese juego mecánico que recibe a decenas de adolescentes a diario.
Lo más indignante de todo es que tanto los administradores del Play Park como la propia municipalidad de SJL no han emitido ningún pronunciamiento, dejando en claro que la impunidad y negligencia impera en ese distrito. Incluso, de acuerdo imágenes compartidas por los indignados vecinos del distrito, se logra apreciar que ese local seguirá atendiendo con normalidad hoy desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la noche.
Y no debería causar extrañeza ya que el alcalde de SJL Álex Gonzáles parecería estar más concentrado en su campaña para la alcaldía de Lima que procurar poner orden en un distrito donde la autoridad se encuentra ausente desde hace varios meses.
Juegos antiguos reciben poco mantenimiento
Cabe recordar que en marzo de este año también se reportó un accidente similar en la sede del Jockey Club del Perú, ubicado en la avenida Javier Prado, distrito de Surco.
En aquella ocasión, uno de los carritos del Play Land Park se salió del riel, resultando lastimados severamente una pareja de primos. Conocida la denuncia, el municipio de Surco procedió a clausurar el local debido a que los administradores no permitían que se realicen las revisiones correspondientes.
“Transcurrieron cuatro minutos y de golpe frenó. Parecía como un incendio porque la gente comenzó a gritar y vimos a una chica que pedía ayuda por el amigo y miraba al centro. Del carrito no vi que se salió, sino que el chico salió (despedido)”, relató uno de los testigos a Latina Noticias en esa ocasión.