Hace 24 años, el 12 de setiembre de 1992 el líder del grupo terrorista Abimael Guzmán Reynoso fue capturado en una residencia de Surquillo, por valerosos agentes del grupo especial de inteligencia (GEIN).
Dicho golpe, significó el inicio de la pacificación nacional, y el inicio de la caída de toda practica ideológica subversiva que en adelante pretendiera imponer el terror en los territorios del Perú.
La memoria siempre estará vigente. Nadie debe olvidar la barbarie que atravesó el país desde inicios del año ochenta. Lo que muchos ligeros de opinión llaman guerra armada interna, como así lo denominó la “Comisión de la Verdad y dizque reconciliación”, no es otra cosa que TERRORISMO. Dicha práctica criminal que estuvo a cargo de bandos subversivos de tendencias maoístas izquierdistas-comunistas, cobró más de 25, 000 víctimas a lo largo de 20 departamentos del país.
Por ello, el Colectivo 12 de septiembre, en compañía del AFAVIP (Asociación Familiares Víctimas del Terrorismo) realizará el día de hoy una marcha que se inicia desde las 19.00 horas en el Parque Kennedy de Miraflores, para conmemorar la captura del más grande genocida y enemigo público, el terrorista Abimael Guzmán. El recorrido de la marcha que rinde homenaje a las víctimas de Sendero Luminoso y el MRTA, y que también contará con la participación de algunos congresistas de la república, se realizará por la avenida Larco, hasta culminar en el bulevar Tarata.
¿Quién puede olvidar el horror sufrido por los vecinos miraflorinos la noche del 16 de julio de 1992?, cuando dos coches bomba repletos de anfo y dinamita explotaron en la cuadra 2 de Tarata, cuando aún tenía calzada vehicular. No olvidaré esa noche que me encontraba a pocos metros en el Chifast de Benavides, y que de pronto una estrepitosa detonación llenó de humo gris todas las calles aledañas, y que miles de trozos de vidrios disparados por la onda expansiva viajaron a través de cuadras por toda la avenida Larco. El saldo de esa fatídica noche dejó decenas de muertos, centenas de heridos, y más de 500 predios destruidos, así como automóviles que se hallaban estacionados. Desde esa vez el barrio “exclusivo” de Miraflores comprendió y vivió en carne propia que el terrorismo no solo existía en Ayacucho y provincias aledañas.
Atentando de Tarata.
En la marcha pacífica que esta noche realizará el Colectivo 12S, se vociferará a los vecinos que la memoria está vigente y que nunca más debe darse tregua a los malsanos ideólogos que en nombre de la injusticia social buscan adherir a nuevos jóvenes incautos para renacer en su búsqueda del terror que solo tiene hambre de poder, como lo demostró el tristemente célebre camarada Gonzalo que a diferencia de sus subordinados que flagelaban asesinando a los más oprimidos en el interior del país, así como en la capital; él se pasaba la dolce vita residiendo en los mejores barrios de Lima en bacanales desenfrenados.
Hay que decirlo sin medias tintas: la opción y/o versión política de Guzmán es el Movadef que busca implacablemente sacar sus narices subalternas para poder tentar futuras participaciones en comicios electorales. Por ello, NO AL MOVADEF.
Pese, a que actualmente existen archivos históricos impresos, crónicas policiales, e incluso, todo la información en internet, con videos en youtube; es penoso escuchar a muchos jóvenes universitarios defender dicha agrupación que se marketea como la que busca la armonía social. Muchos nos preguntamos ¿Dónde están los decanos de las diferentes facultades académicas que no ejercen campañas de información para que los jóvenes incautos dejen de adherirse a esta agrupación pro-terrorista?
Acaso, luego de veinte años de barbarie, una Comisión de la Verdad que dio su informe en parte sesgado, y que fue influenciada por esa indeseable izquierda para emitir instrucciones que concluían en una Política Sistemática y Generalizada de violación de derechos humanos de parte del Estado peruano, y cuyos mayores violadores fueron según ellos las propias Fuerzas Armadas y Policiales. Nadie que tenga sentido común puede negar que efectivamente, se cometieron excesos de parte de muchos miembros de las fuerzas del orden en las denominadas zonas de emergencias; pero, de ahí a involucrar a sus instituciones con una política de aniquilamiento total hacia los civiles, no es más que una infamia.
Así se opera en el Perú pues, alimentando el silencio, que solo engorda los informes oficiales de instituciones incompetentes y acomodaticias que se influencian de la Izquierda que ya se halla muerta en vida, y que arremete con querer resucitar, manipulando así a jóvenes políticos, y a dirigentes de esas ONGs pro derechos humanos (dicen que esa es su verdadera misión) que más bien son Pro-terroristas, y que reciben sumas millonarias para defender e indemnizar a los parientes de subversivos que asesinaron a otros peruanos. Sin embargo, en el mundo al revés que viven estos caviares, no se ceja de condenar a los valerosos comandos Chavín de Huántar como los verdaderos violadores de los derechos humanos, solo por haberse enfrentado a los verdaderos terroristas y asesinos para defender a desarmados rehenes civiles. Tampoco olvidemos a los valerosos miembros del mejor equipo de inteligencia de los noventa: El GEIN que fueron los verdaderos artífices de la captura del terrorista Guzmán.
¿Acaso somos peruanos de nombre? Para ser peruano necesitamos defender la memoria nacional, esa memoria que para muchos de nosotros vale un pepino, pero que es tan profunda como la herida que causó el TERRORISTA Abimael Guzmán, una herida que por más que transcurra el tiempo, no cerrará si es que no nos encargamos de impartir en nuestros hogares el civismo, el amor a la patria, y en especial, la historia verdadera de los grupos terroristas que azotaron de violencia a nuestro Perú. Asimismo, celebramos que existan grupos, y colectivos como el 12 de septiembre que con sus iniciativas contribuyen a preservar la paz y al repudio del terror subversivo.