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Aarón Medina: “Me preocupa que la agenda de ciudad sea impuesta por grupos de poder”

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Aarón Medina Cervantes, estudió Derecho en la Universidad Tecnológica de los Andes, fue regidor provincial del Cusco, acompañó activamente en la campaña de Alfredo Barnechea en el 2016 y en el 2018 fue candidato a alcalde de Cusco. En la actualidad trabaja en la Municipalidad Distrital de Pucyura y viene especializándose en temas de Gestión Pública y Derecho Constitucional.

En esta entrevista con Lima Gris, Aarón Medina habla de la lamentable gestión del alcalde de Cusco Víctor Boluarte, también señala que el ministro de Cultura, Rogers Valencia, no los representa, y analiza las problemáticas que vive el Cusco, entre ellas, el tema agrario, la destrucción y vulneración del patrimonio cultural y el interés de los grupos de poder en la región del Cusco.

Aquí la entrevista.

En la actualidad Cusco vive varios conflictos, por un lado, está el tema agrario, por otro lado, la vulneración del patrimonio cultural y la inversión de los grandes empresarios que se aleja del propio interés y beneficio de los cuzqueños, ¿por qué crees que sucede todo esto?

En realidad, son conflictos históricos. Tenemos un pasado agrarioque aún forma parte de la economía regional con una importante participación en su PBI, los conflictos del patrimonio son más bien recientes, quizás se evidencias con mayor notoriedad desde el terremoto de 1950 y con mayor intensidad en los gobiernos de Daniel Estrada. Entonces los cuzqueños empezaron a preguntarse sobre la dicotomía ¿inversión o patrimonio? Si hasta el momento no se termina de consolidar lo que se puede entender por constitución de ciudad o en todo caso, modelo de ciudad, es porque los procesos electorales han tenido un zigzagueo ideológico al momento de elegir a sus autoridades. Con buena lógica, se aprobaron documentos de gestión para conservar el centro histórico, pero lamentablemente estos documentos carecen de soporte social; buenos en los datos y estudios, débiles en su aceptación en la colectividad. En ese sentido, si no tenemos una idea clara de nuestro modelo de desarrollo regional, y el modelo de ciudad para el caso de una ciudad riquísima en temas patrimoniales, obviamente que esa incertidumbre institucional es aprovechada por el interés particular de turno, como dices, de grandes empresarios que viven del patrimonio.

Después del escándalo en la construcción del aeropuerto Chinchero, ¿te parece razonable que el presidente Martín Vizcarra insista en la construcción?

Hay muchas formas de interpretar el caso Chinchero, se mueven múltiples intereses sobre la construcción de ese terminal. Vizcarra debió buscar una agenda clara en la construcción del aeropuerto, desde las acusaciones por corrupción hasta el lanzamiento de todos los proyectos anexos que requiere la construcción de un proyecto que va generar impacto en lo social, económico y sobre todo el comportamiento urbano del lugar. Vizcarra, utiliza el caso chinchero para mantener tranquila a una región tan importante como la cuzqueña. Que se concrete, que sea realidad, en el corto plazo, no lo creo.

El alcalde de Cusco Víctor Boluarte, le puso fin a la peatonalización y abrió la mitad de la Plaza de Armas, ¿crees que fue por temas técnicos o simple populismo?

Primeramente, hay que decir: que hemos pasado de un proceso de peatonalización a uno de despeatonalización. En ese sentido:  Los argumentos técnicos están inclinados a favor de quienes impulsan el proceso de peatonalización. Los que defienden una Plaza de Armas con vehículos recurren a argumentos subjetivos y muy personales. A mi modo de ver, el alcalde toma esta medida por dos motivos: uno, trata de ganar una bandera, creyó que el tema de la Plaza de Armas le daría mucha más popularidad y le permitiría sostener autoridad política después de haber sido sentenciado penalmente, y lo segundo, es que será mostrado como el cumplimiento de una oferta electoral a los cien días de gobierno. Existe un transfondo político, que lamentablemente golpea a la ciudad.

Se habla de que el alcalde Boluarte con esa acción está cumpliendo un compromiso con un Brodcaster cuzqueño y con el sector económico de turismo. ¿Qué opinas sobre eso?

Sí, comparto esa interpretación. Y me preocupa que la agenda de ciudad sea impuesta por grupos de poder que tienen una idea del Cusco dolarizada.

En el caso de la construcción del Hotel Sheraton, hay varios denunciados penalmente, pero también gozan de impunidad los involucrados. ¿Qué hacer con la corrupción?

Mira, el Poder Judicial, el Ministerio de Cultura y la propia Municipalidad del Cusco no han tenido la capacidad técnica y menos política de responder con categoría ha tamaña lesión al Centro Histórico cuzqueño. La corrupción existente en todo el proceso administrativo para el otorgamiento de la licencia de edificación del proyecto hotelero mal llamado “caso Saphy”, ha demostrado que existen organizaciones delincuenciales que capturaron las instituciones guardianes del patrimonio. Y la respuesta a tu pregunta, es la misma para cualquier caso de corrupción: hay que ser tajantes, categóricos y emplear todos los esfuerzos para dejar un precedente jurídico-político que impida en el futuro que estos atentado de lesa cultura vuelvan a ocurrir.

Crees que se llegue a demoler parte del hotel Sheraton o se permitirá que Cusco pierda el título de Patrimonio de la Humanidad.

No creo que se demuela, por lo menos mientras se mantenga el Sr Valencia y el Sr. Boluarte como ministro y alcalde respectivamente, dudo mucho. Ambos son muy cercanos a los intereses hoteleros, y en ambos casos también han mostrado una posición ambigua sobre el “caso Saphy”. La UNESCO nos tiene en la mira, en cualquier momento puede tomar una decisión.

Alcalde de Cusco Víctor Boluarte y ministro de Cultura Rogers Valencia.

Para muchos cuzqueños el ministro de Cultura Rogers Valencia, es un traidor, ¿para ti, qué representa Rogers Valencia?

No nos podemos sentir orgullosos de tener un cuzqueño en el gabinete de ministros, porque el cuzqueño que está ahí no representa el interés regional del Cusco.

¿Consideras que, en el marco de celebrar el bicentenario nacional, el Cusco tiene un proyecto patrimonialista claro, o por lo menos en construcción?

Haciendo un parafrasis a Arguedas, hay un Cusco de arriba y otro Cusco de abajo. La identidad, el amor y el orgullo del cuzqueño vive y se expresa cada día. El problema es su falta de organicidad política; causas propias y lejanas explican este aburrimiento político. Sinceramente, carecemos de ese horizonte claro que nos coloque metas como pueblo andino y peruano. La intelectualidad cuzqueña decidió hace algún tiempo que la especialidad técnica era el mejor camino, dejando un peligroso espacio a la reflexión filosófica política. Y, la política tal cual, está organizada en movimientos de turnos y caudillos electorales. Para empezar una diagnostico sobre el proyecto de Cusco al bicentenario, deberíamos primero pensar en la reestructura de la política cuzqueña, y en el necesario re-impulso de la tan aplaudida escuela cuzqueña. No solo para interpretar una región tan compleja como la cuzqueña, y una ciudad tan dinámica e histórica al mismo tiempo, sino también para entender el Perú que crece de adentro para afuera.

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