Deporte

A rodar la vida

Hernando Avia, o el señor ‘Dextre’ como lo conoce la mayoría de los compañeros del pedal, es uno de los ciclistas más longevos del país. En su rocambolesca vida ha visto el cambio radical de una ciudad desenfrenada, de las largas extensiones de cultivos en lo que ahora son populosos distritos, de las nacientes urbanizaciones a los desordenados edificios que ahora se están construyendo por todas partes.

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Por: Raúl Villavicencio H.

Como tantos otros, durante la pandemia necesitaba una vía de escape que me permitiera salir de la monotonía de cuatro paredes. Día a día se veían terribles noticias sobre contagios y fallecidos y mi mente se tornaba un tanto lúgubre respecto a mi futuro cercano. Me faltaban muchos lugares por conocer y sentía que el tiempo vivido no lo había aprovechado del todo para animarme a esos viajes tantas veces planeados.

Un día de esos llegó a mí una bicicleta y ese fue el punto de partida, el “vamos”, para aventurarme a lugares que en un principio me parecían distantes y peligrosos, pero con el tiempo esos temores que en un principio me detenían de dar el primer pedaleo poco a poco fueron desapareciendo. Era yo, dos ruedas y el viento en mi cara que me enseñaba nuevamente, aunque parezca increíble, a estar vivo.

Entre esos viajes que iniciaban con los primeros rayos del sol me cruzaba con personas igual que yo, entusiasmadas de poder huir, aunque sea por unas cuantas horas, de aquellas noticias que día y noche nos iban llenando la mente de pesares y mal augurios. Lo normal es que me tope con jóvenes de veinte, treinta o cuarenta años, sin embargo, había una persona en particular que desafiaba las leyes no escritas de la vida, un señor mucho mayor que yo pero que tenía una vitalidad que ya muchos quisieran tener a su edad. Pasaban los meses y de vez en cuando me lo volvía a encontrar, incansable, repleto de energía, siempre bromeando con los demás. Su nombre en ese momento lo desconocía, pero ya era para mí un ejemplo a seguir.

Luego de dos años de rutas entre trocha, malas ciclovías, conductores imprudentes y carreteras mojadas, finalmente en el 2022 me decidí a pedalear hasta Cañete junto con otros tantos miles de ciclistas. Ahí estaba otra vez, pedaleando como un endemoniado, infatigable a sus setenta y siete. Fue en ese momento en que me decidí a entrevistarlo cuando se me dé la chance y eso se dio dos años después.

Hernando Avia, o el señor ‘Dextre’ como lo conoce la mayoría de los compañeros del pedal, es uno de los ciclistas más longevos del país. En su rocambolesca vida ha visto el cambio radical de una ciudad desenfrenada, de las largas extensiones de cultivos en lo que ahora son populosos distritos, de las nacientes urbanizaciones a los desordenados edificios que ahora se están construyendo por todas partes.

Él me cuenta que su hermano mayor le enseñó a manejar bicicleta cuando apenas tenía siete años; era una Hércules de aro 28. “Yo me iba al colegio ida y vuelta con mi bicicleta, igual en mi época de la academia y la universidad. Al trabajo también iba y venía como si nada. Me iba a todas partes con la bicicleta”, me comenta.

A mediados del 2021 sufrió un accidente cerebro vascular que le paralizó la mitad de su cuerpo, imposibilitándolo de poder participar en las salidas ciclistas que se organizaban cada fin de semana. Afortunadamente, me cuenta, su buena condición física y alimentación le ayudaron a sobreponerse. “La bicicleta te ayuda en algo, pero si no tienes físico no haces nada”, responde con total certeza en su voz; son los años de la experiencia.

Durante su etapa de juventud pasó cerca de ocho años en Francia por motivos de trabajo, aprovechando esa etapa de su vida para conocer con su bicicleta aquellos fantásticos lugares del país galo. Ahí se enamoró aún más del ciclismo cuando veía a los competidores del Tour de Francia que recorrían más de cien kilómetros al día para llegar a su punto de meta, y así al día siguiente volver a subirse otra vez a la bicicleta para hacer otros cientos más, atravesando valles, pueblitos recónditos, curvas y cuestas que dejaban a más de uno sorprendido por su alto nivel de exigencia.

“Mi pasión siempre ha sido ver en las revistas y periódicos el Tour de Francia, que hacían cien kilómetros, doscientos kilómetros en un día. Yo decía ‘eso me gusta, quisiera hacer eso’… eso siempre me ha gustado, el ciclismo de larga distancia”.

El señor ‘Dextre’ de Ciclistas D’extremos, posando con una de sus engreídas.

Las pistas y vías pensadas para el ciclista no podrían pasar desapercibido para cualquier persona que tiene a la bicicleta como su principal medio de transporte. El ‘boom’ de las ciclovías se originó en la pandemia, pero muchas de ellas solamente son una delgada línea pintada de rojo la cual muchos choferes de automóvil ignoran, sea porque están apurados, no lo respetan o porque ingirieron alcohol. Este año solamente se han contabilizado cinco ciclistas fallecidos por la imprudencia de muchos de esos conductores.

“Tengo amigos que han fallecido por culpa de esos malos conductores, sin embargo, no se le puede echar toda la culpa a los choferes, hay ciclistas que se meten en la calzada, esa parte no es de ellos. La calzada o la pista es para los autos o las motos, y ellos manejan a velocidad, y veo ciclistas que quieren hacerles la competencia. Eso no es dable”.

Ya quisiera yo llegar a su edad y haberle dado al menos 10 vueltas al mundo con la bicicleta, recorrer desiertos, quebradas, lomas y praderas, solo o acompañado, para luego sentarme a conversar sobre lo exigente que estuvo esa montaña, completamente exhausto pero feliz de haberlo hecho. El señor ‘Dextre’ sigue recorriendo la ciudad, aconsejando a los demás muchachos a respetar las vías, a no invadir el carril contrario, recomendando que cada uno se alimente bien. Espero volvérmelo a encontrar durante muchos años más.

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