Eran principios de la década de los noventas del siglo pasado cuando cuatro muchachos vistiendo trajes de luz, cual toreros, y agitando abanicos, hacían delirar a millones de jovencitas que trataban de emular sus pegajosos pasos de baile.
En la primera de sus juventudes, Manuel Arjona, Carlos Armas, Juan Antonio y Francesc Picas, supieron combinar la música electrónica con el pop para sacar frenéticos pasos que eran la sensación en todas las discotecas y reuniones sociales noventeras.
Sin embargo, una trágica noticia ha caído como un baldazo de agua fría para sus millones de seguidores que recuerdan con nostalgia aquellas épocas doradas. Y es que Francesc Picas, a la edad de 53 años, falleció en Barcelona.
La noticia la difundió la familia en las redes sociales del artista, causando un profundo dolor entre sus seguidores y la comunidad del espectáculo.
“La Luz de Francesc se ha apagado en esta vida, pero nunca lo hará en la eternidad. Queda en el corazón y la memoria de todos aquellos que tanto le hemos querido”, dice el texto escrito en castellano y en catalán y dedicado especialmente: “A todos los amigos y seguidores de Francesc Picas”.
“La familia y amigos, en esta tan dolorosa situación, pedimos privacidad y que su legado humano y artístico se preserve con todo el amor y respeto que él se merece”, continúa la misiva, acompañada por una foto en blanco y negro. “Gracias por vuestra comprensión y apoyo. Si somos Luz, todo es posible. Y si somos Luz, todos somos Uno”, cierra la familia en el conmovedor posteo.