Por Tino Santander Joo
El miércoles 19 de julio la inmensa mayoría va a protestar contra la traición de la variopinta izquierda que defiende al corrupto Pedro Castillo. Marcharemos contra la derecha que ha hecho del congreso una guarida de delincuentes. Esa derecha que confunde libertad económica con intereses empresariales corruptos.
Los peruanos vamos a protestar de diversas maneras: miles se movilizarán en las calles expresando su indignación; otros lo harán en sus trabajos o en sus actividades cotidianas, pero, todos vamos a protestar. No es una revuelta politiquera de extremistas o radicales como señala el gobierno corrupto de Dina Boluarte y los medios de comunicación tradicionales al servicio de los grupos de poder económico.
No entienden, no quieren ver el hartazgo, repudio, desprecio que existe contra la clase política dominante. La derecha, la izquierda y el gobierno quiere muertos para acusarse mutuamente y utilizarlos vilmente. El pueblo va por otro camino, no los sigue, esta buscando un nuevo horizonte, sabe que será reprimido violentamente, sabe que las luchas del pueblo se han convertido en viles negociados de algunos “dirigentes sociales radicales” que son valientes para gritar y cobardes para luchar.
Los peruanos somos conscientes de que el Estado es corrupto e ineficiente y que esta al servicio de los grupos de poder económico; que los organismos reguladores son controlados por los bancos; que las empresas eléctricas y de telecomunicaciones; que el Indecopi y la Sunnas, son fantasmas burocráticos que no sirven para nada. Que los gobiernos regionales y municipales representan a los proveedores locales que financian movimientos y partidos vinculados al crimen organizado.
Los peruanos somos testigos de la lucha de los comuneros andinos y amazónicos contra la prepotencia empresarial de las mineras y de las empresas de hidrocarburos. El caso del Consorcio Camisea es patético. De esta tragedia algunos “dirigentes sociales” se aprovechan y organizan extorsiones y solo buscan prebendas.
La pendejada se quiere apoderar de la lucha popular, desprestigiarla, corromperla para que la derecha se mantenga en el poder a través de sumisos mayordomos. El fujimorismo, los partidos de centro derecha, los partidos de izquierda jamás se han enfrentado a la usura y el terror de los bancos; no les interesa que el monopolio farmacéutico del Interbank promueva el desabastecimiento de medicinas de los hospitales públicos y que ellos lucren con la salud de los peruanos; tampoco que diez millones de peruanos no tengan agua ni desagüe y que vivan indignamente.
A la clase política no le interesa nada, salvo sus granjerías y miserias. Montan un espectáculo mediático de lucha contra la corrupción, pero son solo fuegos artificiales. Martín Vizcarra, Dionisio Romero Paoletti, José Graña, Susana Villarán, Keiko Fujimori; siguen libres a pesar de las pruebas y de sus propias confesiones. El poder judicial esta corrompido.
Nada detendrá la ira popular contra el sistema; los peruanos están hartos de que el país no funcione. Cada día somos conscientes de que necesitamos un cambio radical. Los escribas y pregoneros de la derecha señalan que esa voluntad de cambio nos va a llevar a convertirnos en una nueva Venezuela o caer en la mediocridad de la pseudo izquierda chilena que no sabe a dónde va. Mentira. La inmensa mayoría no quiere el socialismo chavista, tampoco, quiere que la mano invisible del mercado la muevan los grupos de poder económico y establezcan el reino de sus intereses.
El Perú, se empieza a rebelar, suenan los tambores, las quenas y los pututos de la revolución social que tanto anhelan los hombres libres. Luchamos por una revolución social democrática con la participación de todo el país. Lo demás es mentira. El 19 de julio será un día de protesta y de convocatoria nacional.
