Mauricio Puentes, es el actor colombiano que protagoniza a Roa, el asesino de Gaitán, un icono del pueblo que marcó la historia política y social, un asesinato que provocó el bogotazo. Mauricio nos cuenta su experiencia en el filme y su mirada sobre el cine latinoamericano. Nos encontramos en la sala de prensa del festival, nos recibe con una sonrisa y comenta lo mucho que ha cambiado Lima, pero que el cielo sigue gris, como lo vio hace nueve años, “Lo único que no han podido sacar, son la nubes para ver el sol” comenta sonriendo.
Tu relación con el cine comenzó desde muy chico, ya que tu familia tenía un negocio de motocicletas, y los actores venían para arreglar sus motos.
Está buena la investigación (risas). Para mí nunca fue el actor como algo heroico, grandioso, me parecían seres humanos iguales que yo. Entonces, les decía que quería ser actor y me decían, bueno vas a esta escuela o aquella, y los más avezados me decían: yo te doy clases. Para mí nunca fue lejano esto, en mi barrio donde crecí viven muchos actores, entonces todos los días los veía, era como un Beverly Hills chiquito.
A los 11 años llegas a la televisión, cuéntanos de esa experiencia.
Había un programa en mi país que se llamaba reporteritos, Cinevisión que era quien lo presentaba en ese momento, ya no existe, y quedaba como a unas veinte cuadras, entonces, un día llamé al teléfono del programa, y dije: hola mira, soy tal persona y quiero hacer una entrevista, ¿a quién quiere entrevistar? Me preguntaron, y dije que a una presentadora de la televisión, y al final no se pudo. Y me dijeron: mire, hay un muchachito que es genio, y si quieres entrevístalo a él, esa es la oportunidad que tiene. Entonces, dije listo, no hay problema.
¿Cómo salió esa entrevista?
Pues, fue un hito, porque el muchachito no hablaba (risas)
De alguna manera en tu vida todo ha estado predestinado para que seas actor…
Sí. Hay mucha gente en contra, pero en mi país todavía no soy demasiado conocido. Llevo treinta años en este trabajo, y estado en todos los lados de la cámara. Atrás, al lado, produciendo, haciendo efectos especiales, he hecho de todo un poquito por pertenecer. Nunca me ha llamado la atención la fama. Andy Báez (director de la película) corrió un riesgo muy grande conmigo, me parece irresponsable contratar a un tipo que nadie conoce en el país, para contar una historia como la que contamos.
Pero, es la segunda película que trabajas con Andy Baiz.
Sí, con él trabajé en Satanás que fue mi primera película. Satanás fue la película más premiada realizada por un colombiano en los últimos tiempos. Él me hizo un regalo, que fue hacer un indigente que aparece en la película, en el guión no existía ese personaje, pero por la audición que le hice, me lo regaló. Y ahí comenzó nuestra amistad.
Se puede llamar suerte, el de haber trabajado es tres películas muy buenas como La virgen de los sicarios, Satanás y ahora en Roa, ya como protagonista.
Sí. En mi país me he dedicado al cine especialmente, creo en los nuevos realizadores, creo que tienen la mente más fresca y se quieren esforzar por hacer algo nuevo, o por contar su propia historia, lo que para mí es muy valioso.
¿Dónde te siente más cómodo trabajando, en el cine o en el teatro?
Yo tengo una teoría, creo que la escuela es el teatro, la televisión es un campo de entrenamiento, y el cine es la graduación del actor.
Fuiste consiente desde un momento que tocar un tema histórico y más que histórico político, iban a tener detractores y sobre todo detractores políticos.
Había varias cosas con el referente de Roa. Primero Roa es completamente desconocido, lo único que se conoce en nuestro país es el apellido, así pasó a la historia, Roa el asesino de Gaitán, pare de contar, no hay nada más. Ya cuando uno se remite a lo histórico, sabemos que de Roa no existe ningún tipo de documento, no hay nada, solamente el gobierno de turno de ese momento mandó hacer como un análisis, vino Scotland Yard y dijo, que el tipo actuó por motivos personales y acabó la historia. Otros decían que era esquizofrénico, otros que el tipo estaba poseído. Los supuestos testigos del evento lo cuentan de diferente manera, con diferente ropa, con diferente posición de tiro, en fin, diez mil cosas. Entonces, digamos que para mí no fue difícil hacer Roa, porque Roa es un desconocido, le va quedar difícil al que tenga que hacer Roa de nuevo (risas).
Ustedes tocaron un icono del pueblo que es Gaitán…
Claro, lo es en todo caso para muchos de nosotros, lo que pasó en la historia es que el bogotazo y Gaitán están unidos, y ese era el que verdaderamente iba cambiar el mundo. Eso no lo sabemos, no sabemos si iba hacer así de cierto.
La escena donde la gente te captura, te golpea y te lleva arrastrando, es épica, y me recuerda a Jesús, que lo culpan y lo llevan cargando su cruz para sacrificarlo.
Eso ocurrió realmente, lo que se escucha por la radio, el periodista del momento empezó a decir, salgan a las calles, además, el fervor político por uno o por el otro partido era muy alto. Mis abuelos me cuentan que justo cuando iban por la calle, y si usted era de color azul, o sea era conservador y veía la banderita donde vendían la carne, la gente sacaba el revólver y le disparaba, la gente se mataba por ser liberal o conservador. Y al primero que acribillaron en el bogotazo fue a Juan, que es el que tú cuentas, pero realmente si ocurrió de esa manera, y las únicas dos fotos que hay de Juan, es la de la cedula (documento) y la otra cuando está tirado rodeado de gente que es cuando fue acribillado.
¿Qué te parece el cine latinoamericano?
Yo veo que está creciendo el asunto cinematográfico, nuestros países hacían una película al año o dos al año, y eso que con muchos problemas. Creo que ahora ayudado bastante la tecnología, hoy en día haces una película con un celular, y creo que esas cosas a bajo costo ayudan, ahora la gente puede editar en su casa. Creo que necesitábamos tener este espacio para que nuestras culturas pudieran expresarse, cada pueblo tiene sus propias historias, tienen sus maneras de pensar. Creo que Latinoamérica ha venido creciendo, hay empresas muy grandes como las argentinas, ellos ya tienen una tradición cinematográfica muy larga. Este boom del cine es vital y nos está trayendo muchas cosas enriquecedoras.
¿Qué conoces del cine peruano?
Bueno la verdad si tengo que aceptar mi ignorancia, porque realmente no he visto mucho, he visto por ejemplo la Teta asustada, que me pareció buenísima. Es el nuevo punto de vista de alguien joven que te dice mira, nuestra tradición pesa tanto, que seguimos siendo ignorantes gracias a nuestra tradición. He tratado de ver algo, pero en los festival lamentablemente o estas como espectador o estás trabajando.
¿Y qué te está dejando Lima y el festival de cine?
Encontré a Lima después de nueve años renovada, me parece muy bella, veo que está creciendo, está brillante, lo único que no han podido quitar son las nubes para ver el sol (risas). A Lima también la veo llena de trabajo, o la veo que se está construyendo, se está edificando. Día a día en mi país se nota que Perú es como un punto gigante, así como se muestra en Google Map, aquí, aquí, hay que venir a Lima, y no solamente por esta cosa de lo antropológico, sino también por su gente, también es diferente. Me he sentido fascinado por el buen trato, en su gente encontré una nueva frescura, se siente ese cambio de la nueva generación, la gente sonríe, está tranquila, están dispuestos hablar contigo, tiene tiempo, me he sentido humanamente bien tratado, creo que esa es la nueva Lima que me encontré, me gusta.