En el artículo anterior vimos como se inicia con Alberto Guzmán la escultura abstracta en el Perú en 1957; convirtiéndose esta en una nueva forma expresiva y de la que muchos jóvenes escultores la hacen suya, creando obras en esta tendencia durante toda la década del 60 en un hecho que cada vez es más notorio y domestico.
Los maestros Guzmán -en Francia -, Varela -luego en Inglaterra- y Piscoya continúan su notable producción escultórica y manteniéndose vigentes en la abstracción, que no hace sino corroborar y afianzar su evolución creativa e influenciando a otros -siempre más numerosos- jóvenes escultores, entrada ya la década del 70.
Vale recordar también el hecho de que Jesús Portugal y los hnos. Pereira -Luis, Manuel y Rennee-, mantienen fe y madurez en su obra abstracta así como la adepción de los pintores Emilio Rodriguez Larraín y Carlos Gonzalez a esta tridimensional disciplina.
70’s
Hace su aparición y se afianza en la escena escultórica -aunque ya venía desde fines de los 60’s-, Susana Rossello.
Escultora egresada de la universidad católica -taller de Anna Macagno- y cuyas primera obras en madera nos remitían a las deidades/iconos precolombinos, pero con un toque «geométrico», lo que luego derivaría en sus conocidos ensambles; ya de hecho obra abstracta.
Esta producción pertenece a la década del 80, y es en los 90’s cuando produce su notable escultura, de lógica y consecuente evolución complementada por el uso de un nuevo material, el mármol. Denotando con esto maestría en el tratado del mismo y cuya obra adquiere cierto carácter racional y dinámico conjugando sabiamente el vacío con los volúmenes de superficies pulidas.
En 1998 gana el ll premio en el concurso de escultura pública de la municipalidad de Miraflores.
Raúl Rutti es un escultor egresado en la escuela nacional de bellas artes (ENBA) en 1974 con medalla de oro. Gana sucesivamente el premio «ARMCO peruana» y el premio de la «compañía peruana de vapores».
La obra de Rutii -siempre en acero- en un principio figurativo, va madurando poco a poco hasta llegar a una abstracción cuasi geométrica, de índole constructiva y en la cual no está exenta la huella de la soldadura. Esta más el gusto por lo textural matérico forman parte importante en su escultura. Rutti reside desde 1998 en Alemania y expone regularmente, incluso en otros países de ese continente. Continuando así su prolífica labor en su estadía europea.
Lika Mutal, escultora holandesa residente en nuestro país desde 1968, culmina estudios en la universidad católica bajo la guía de Anna Macagno, con el primer puesto de su promoción.
Su obra fuertemente influenciada por las manifestaciones pétreas prehispánicas es de carácter ritual y textural -aunque también produce alguna que otra obra pulida-, tiende siempre a lo monumental.
Haciendo gala de lo «ancestral andino», pero de obvia contemporaneidad, su escultura no deja de ser abstracta.
Mutal también ha creado obra pequeña en bronce fundido. Se encuentra pues en plena madurez creativa y tiene obra -pública y privada- en diversos países de América, Europa así como en Asia.
Benito Rosas es otro talentoso escultor. Egresa en 1975 de la universidad católica. Obtiene ese año el premio «unión Church» y en 1983 gana el l premio de escultura en el festival de ancón.
La obra de rosas, con un excelente manejo de las superficies pulidas que se entrecruzan y cohabitan en un espacio en común nos da la sensación de cierto estado etéreo del mármol, material acertadamente elegido para sus creaciones abstractas. Cabe señalar que su obra también nos remite a lo «ancestral andino». El tótem es una inspiración recurrente en su escultura.
En la última década Rosas retoma los círculos -que «descubre» en los 80’s- y se aventura también en un nuevo material para la ejecución de su obra; el bronce fundido. Y es justamente con este metal que Rosas redefine magistralmente su propia escultura.
Otros escultores interesantes de esta década -70’s- son: Amanda Yupanqui, César Campos, Sonia Prager, Anna Macagno -escultora italiana afincada en nuestro país-, entre otros.
80’s
Se llega pues a esta década y emerge un innegable creador; Joel Meneses. Quien culmina estudios en la ENBA -1979-, con el gran premio de escultura «Banco Central de Reserva del Perú». También obtiene el premio de escultura en metal «ARMCO peruana».
Las primeras obras de este escultor son de corte figurativo -desnudos atrapados en bloques-, desarrollando paulatinamente su obra abstracta justamente al despojar a aquellos módulos, la figura humana.
Así es que llega a una obra totalmente abstracta y rigurosa en cuanto a su composición y dinamismo. Estas las realiza en materiales como la arcilla, la madera, el bronce y la soga. Más adelante sólo mantiene la madera y aquel metal en un juego de volúmenes y vacíos que la hacen más dinámicas.
Posteriormente Meneses opta por el mármol para sus creaciones, dejando ver que también este nuevo material le es propicio y puntual para su obra en conjunto.
Martha Cisneros también pertenece a esta década. Escultora que egresa de la universidad católica y en cuya obra combina magistralmente el acero con la madera, dotándola de un fuerte y marcado expresionismo.
Obra está en la que lo textural es «prioridad» y su impronta creativa es conmovedora. Resalto el hecho de que sólo produjo escultura abstracta en esta década, su posterior obra es otra historia.
Sin el ánimo de ser «juez y parte» en esta nota, me permito incluirme -creo estar licenciado para eso-, por el solo hecho de mantener y defender esta forma de expresión que es el dogma abstracto, organizando siempre sendas exposiciones y salones de escultura -en ciertos casos incluida la pintura abstracta- dándole cabida en cuanta posibilidad fáctica este a mi alcance. No hago sino demostrar la vigencia y atemporalidad de esta tendencia.
Aclarado esto manifiesto de que la totalidad de mis obras es racional/geométrica. Me precio de ser un escultor «neo constructivista» y solo utilizo el acero para la producción de mis esculturas. Claro está, que les imprimo el color para enfatizar aún más su vía constructiva, complementado esto con la inherente dinámica y equilibrio de volúmenes en el espacio propias del «constructivismo», pero con obvio sentido contemporáneo.
Otros escultores interesantes de esta década son: Miguel Wetzel, Carlos López, Jesús Molina, Miguel Ángel Velit, Elena Barragan, a quienes se suman otros más.
90’s
hacen su aparición novísimos creadores como Raúl calderón, Dante García, Álvaro Roca Rey, Percy Zorrilla, Víctor Palomino, Carlos Fry, Pool Guillén, más otros que no hacen sino corroborar la fortaleza de la escultura abstracta.
2000’s
se llega así a la última década. Aparecen buenos escultores como Iván Rojas y Valdemar Castillo -talento trujillano-, quienes trabajan tanto la piedra como el mármol en acertadas composiciones y demostrando junto con otros escultores, de que la abstracción nunca estuvo más vigente, más fuerte, goza de innegable buena salud y que hace más de 50 años «llegó para quedarse”.