Deudas, competencia desleal, colectivos informales terminan hundiendo un servicio que tenía la intención de poner un poco de orden a nuestro caótico servicio de transporte público.
¡Qué ha hecho, Villarán! Es el grito que lanza una señora en la cola, mirando desesperadamente su reloj. Más gasto en los pasajes, largas colas...