Cultura
“Mi poesía se nutre profundamente de mi experiencia como docente”
Entrevista a Máximo Valentín Montes

Por Julio Barco
En la búsqueda de formas clásicas, es decir, en la continuidad de la experiencia métrica (o, como dicen los entendidos, de la “vuelta al orden”) nacen los poemas de Emergente de Máximo Guillermo Valentín Montes, valioso representante de la nueva literatura de Chancay. Como extensión de los viejos ritmos, estos poemas se construyen con el arte mayor, prueban una rima consonántica y utilizan formatos como las décimas A nivel estructural, son tres los troncos del poemario: el aula, la memoria y la tierra. Sus frutos, flores y ramas son diversos poemas en tono diurno y optimista, con ansiedad de reavivar el intelecto. En ese sentido, porque nacen de la vivencia de profesor, la lírica se torna didáctica: el poema no se agota en el tono lírico, ni busca un arrebatado canto a la flor amada. Como en otros poetas que usan el tono de profesores (Montalbetti o Nicanor Parra), hay un sentido moral, de crítica social. Estos emergentes versos se pegan, lentamente, al oído del lector para exclamar su urgencia. ¿De qué? Del cambio de mente, de la urgente revuelta espiritual. Así, conversé con el autor frente al mar de Chancay, al ritmo del oleaje y el viento huracanado de sal.
Máximo Valentín, este año nos sorprendió la publicación de tu libro Poemas Emergentes. En tus versos, vemos una fusión de diversos temas: ciencia, educación y poesía. Cuéntanos sobre tu poesía y los temas que abordas.
En «Poemas Emergentes”, busco expresar una fusión entre la ciencia, la educación y la poesía, conectando el conocimiento científico con las emociones humanas. Este enfoque nace de mi experiencia como docente de colegio y universidad; y mi interés en disciplinas como la biología, la química, la física y la tecnología, combinadas con la riqueza cultural de mis raíces y vivencias en Rapaz. En mis poemas, intento hacer accesibles conceptos científicos complejos, transformándolos en versos y sensaciones que cualquier lector pueda sentir y entender.
Uno de los temas centrales en mi poesía es el papel de la educación como vehículo para el cambio. A través de mis versos, explora cómo el conocimiento científico y tecnológico puede ser un motor de transformación en las comunidades. Desde la implementación de proyectos ambientales y tecnológicos como ECO ABI y Los Súper Amigos HR, hasta las reacciones de neutralización en un laboratorio, la educación aparece como una fuente de esperanza, crecimiento y empoderamiento. Trato de reflejar cómo la ciencia y la tecnología no son elementos fríos y distantes, sino herramientas que, en manos creativas y comprometidas, pueden resolver problemas cotidianos y ambientales.
Otro eje es la ciencia como poesía con enfoque STEAM+H, donde conceptos como el ADN, la mitosis o las hormonas de la felicidad se convierten en metáforas para nuestra propia vida y desarrollo personal. La poesía se convierte aquí en un puente, capaz de unir lo tangible con lo intangible. A través de este diálogo entre ciencia y poesía, intento abrir nuevas puertas para la comprensión, para que tanto maestros como estudiantes puedan ver la belleza en los procesos naturales y los descubrimientos científicos.
Mis poemas surgen de esta mezcla de asombro por la naturaleza, la curiosidad por la ciencia y el profundo compromiso con la enseñanza y el aprendizaje, como dualidad en la formación holística del ser humano.
Por otro lado, el estilo de tu poesía refleja una comprensión de la métrica, en ese sentido, me gustaría conocer tus influencias.
El estilo de mi poesía, donde la métrica se vuelve una estructura importante, encuentra sus raíces en una profunda admiración por las formas tradicionales. La métrica me permite tejer un ritmo que guía al lector a través de los versos, estableciendo un equilibrio entre el contenido y la forma. En este sentido, mis influencias provienen tanto de la poesía clásica como de lo popular, donde la regularidad y la sonoridad de los versos son esenciales para transmitir el mensaje. Me he inspirado en la poesía quechua de Juan de Espinoza Medrano «El Inca Garcilaso» con su obra conocido «Comentarios Reales de los Incas» y la poesía española del Siglo de Oro como Lope de Vega “Por su naturalismo para retratar lo cotidiano con sensibilidad y humor”, donde el rigor formal eleva el contenido emocional y reflexivo.
Entre mis influencias más notables está César Vallejo, cuya capacidad para combinar la métrica con un lenguaje crudo y emotivo me ha enseñado que la poesía estructurada puede ser profundamente humana y universal. Vallejo no teme al dolor ni a la crítica social, algo que resuena en mis poemas cuando tratan temas como la desigualdad, la educación en tiempos de pandemia, o el impacto de la ciencia en las comunidades marginadas. De igual forma, los poetas místicos como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús han influido en mi deseo de explorar lo espiritual a través de formas métricas tradicionales, mostrando cómo lo trascendente se puede alcanzar mediante un uso preciso de la palabra.
Sin embargo, no me limito solo a los grandes poetas del pasado. Mi estilo también está influenciado por la tradición oral de mi comunidad en Rapaz, donde los relatos, cantos y poesías populares se transmiten de generación en generación. Los ritmos y cadencias de la poesía rural, llena de imágenes simples pero potentes, nutren mi propio trabajo, sobre todo cuando trato de unir lo científico con lo cotidiano. La métrica es, para mí, un medio para preservar y renovar estas formas, mezclando lo moderno con lo ancestral, sin perder la identidad cultural.
Veo que tus versos son también una reflexión sobre la vida del docente. ¿Cómo se alimenta tu poesía de aquella faceta?
Mi poesía se nutre profundamente de mi experiencia como docente, una faceta que me ha permitido observar la vida desde un ángulo humano y comunitario. Ser maestro es una interacción constante con el aprendizaje, no solo desde el conocimiento académico, sino desde las emociones, los sueños y las dificultades de los estudiantes. Esta conexión humana alimenta mis versos, haciendo que cada poema no solo sea una reflexión personal, sino una representación de las vivencias compartidas en el aula, donde cada día está lleno de desafíos, pequeñas victorias y, en ocasiones, momentos de frustración. La vida del docente está cargada de contrastes: la alegría de ver a un estudiante progresar, la tristeza de enfrentar realidades complejas como la desigualdad o la falta de recursos. Estos sentimientos encuentran su lugar en mi poesía, donde intento capturar tanto la luz como la sombra de esta vocación.
La pandemia, en particular, ha sido un momento que ha marcado mis versos de manera significativa. Como maestro, me vi enfrentado a nuevas formas de enseñar, a la distancia, con tecnologías que eran a veces un puente, pero también una barrera. En mis poemas, la experiencia del docente en tiempos de crisis emerge como una lucha por mantener viva la chispa del conocimiento en un mundo cambiante y, a menudo, incierto. La resiliencia del maestro se convierte en un tema central, donde la educación no solo es la transmisión de contenidos, sino un acto de resistencia y esperanza.
Además, el aula no es solo un espacio de aprendizaje académico, sino una interacción de la cosmovisión y microcosmos de la vida misma. A través de mi poesía, intento reflejar las historias que se viven allí, historias de crecimiento, de descubrimiento, de éxitos y, a veces, de fracaso, todo ello parte del proceso educativo. Mi faceta docente alimenta mi poesía, porque en ella encuentro una fuente inagotable de inspiración humana.
Cuéntanos sobre Chancay. La literatura escrita en Chancay y si mantienes alguna relación con los poetas chancayanos.
Chancay, una ciudad rica en cultura y tradición, tiene una destacada comunidad de poetas y escritores que han sabido preservar y promover la literatura en esta ciudad. La literatura escrita en Chancay, ha sido, es y será un pilar fundamental para expresar las vivencias, las luchas y la identidad de su gente. En Chancay, la poesía y la narrativa se entrelazan con los relatos del mar, la tierra “Los Cuchimilcus” y su historia prehispánica. En este sentido, el Encuentro Regional de Poetas y Escritores es un espacio esencial que permite a los creadores locales y a los visitantes conectarse, intercambiar ideas y reforzar el valor literario de la región.
Mi relación con los poetas chancayanos es cercana y ha sido enriquecedora en mi desarrollo como escritor. Mantengo una profunda gratitud hacia la Sociedad de Poetas y Narradores de Lima Provincias-Filial Chancay, que ha sido un gran punto de encuentro para el arte literario, y especialmente hacia el maestro Hernán Anaya Arce, una figura clave en la promoción de la cultura local. Este grupo de creadores ha contribuido a darme una plataforma para compartir mi trabajo con excelente poetas regionales y nacionales; y para reconocer la importancia de la poesía como una herramienta pedagógica y de transformación social.
Al participar en el III Encuentro Regional de Poetas y Escritores 2024, me sentí honrado de poder rendir homenaje a Víctor Santa Cruz Salas, un músico-decimista que ha marcado a la comunidad, y a la vez de presentar mi ponencia «Impacto de las poesías vivenciales desde las aulas», un tema que aborda cómo la poesía puede ser un puente para conectar las experiencias cotidianas de los estudiantes con el conocimiento académico y personal. Chancay siempre me ha acogido con los brazos abiertos, y mi relación con sus poetas es un ejemplo del poder de la palabra para unir comunidades y compartir saberes.
Dos poemas del autor:
Creatones midiendo la creatividad
En el laboratorio, donde la ciencia vibra,
los electrones giran, en danza libre,
con su carga negativa, trazan sus caminos,
tejiendo redes invisibles, como finos hilos.
Los positrones, con carga inversa,
antipartícula del electrón que en su danza conversan,
se encuentran en el laboratorio, en un sutil combate,
donde la materia y la antimateria se debaten.
El protón, con su carga positiva y firme,
guía el núcleo, en su órbita sublime,
donde la energía se concentra y fluye,
en el centro de todo, donde la vida huye.
Neutrones silenciosos, sin carga aparente,
mantienen la paz, en un equilibrio latente,
neutralizan tensiones, en el corazón atómico,
sosteniendo el universo, en un balance armónico.
Pero en el laboratorio, hay un secreto guardado,
una partícula nueva, por la ciencia encontrada,
el creatón, brillante, mide la creatividad,
en cada chispa de ingenio, en cada idea en realidad.
Con carga de inspiración, el creatón se desplaza,
en ondas de genialidad, que el mundo abraza,
es la chispa que enciende, el fuego del creador,
en el laboratorio, donde nace el inventor.
Así, en este cosmos de ciencia y arte,
los creatones se suman, jugando su parte,
midiendo la luz, de la mente en acción,
tejiendo nuevos sueños, en cada creación.
CONEXIÓN DE ENERGÍAS
Caminamos entre sombras, pero hay luz,
una chispa sutil, un destello en la piel,
la energía fluye suave, como en un susurro,
se siente en el aire, como un lazo fiel.
Con sonrisa y palabra, creamos un puente,
invisible, profundo, pero lleno de calor,
somos imanes de vida, vibrando constante,
atrayendo lo bueno, sembrando amor.
Las miradas se cruzan, se abren caminos,
con gestos sencillos, danzamos sin fin,
es en la bondad donde el alma florece,
y las almas resuenan, en un mismo latir.
Energías que danzan, en armonía y calma,
se mezclan, se elevan, en un ciclo vital,
caemos bien porque llevamos la llama,
del respeto sincero y el toque esencial. Así vamos tejiendo, día a día en la vida,
una red invisible de puro sentir,
donde la conexión se enciende y florece,
como sol en la mañana, dispuesto a latir.
Cultura
Bellas Artes en un limbo: escándalo millonario, demandas internas y silencio del MINEDU [VIDEO]
Una institución centenaria atrapada en litigios millonarios: el docente César Fernández denuncia el limbo en el que se encuentra Bellas Artes.

La Escuela Nacional de Bellas Artes, hoy convertida en universidad autónoma, atraviesa uno de los episodios más oscuros de su centenaria historia. Ya no se trata de carencias académicas ni del deterioro de su infraestructura, sino de algo mucho más grave: una serie de litigios internos, bonos judicializados y conflictos de interés que amenazan con desangrar su presupuesto y quebrar su institucionalidad.
En el más reciente episodio del podcast de Lima Gris en Neo TV, conversamos con el docente César Fernández, quien lanzó duras críticas contra la gestión actual de la UNABAP y calificó la situación de la institución como un verdadero “limbo jurídico y administrativo”.
Según Fernández, más de 5 millones de soles han sido reclamados por un grupo de docentes y funcionarios —entre ellos, la propia directora general— a través de demandas laborales por homologación de sueldos, bonificaciones y reconocimientos académicos que no cumplirían los requisitos legales. Algunas de estas demandas se amparan en leyes como la Reforma Magisterial o la Ley del Profesorado, sin que los beneficiarios tengan título pedagógico, lo que ha generado graves cuestionamientos jurídicos.
Parte del dinero para cubrir estas demandas proviene de saldos presupuestales no ejecutados del año 2023, lo cual ha dejado desprotegidas áreas clave como infraestructura, servicios estudiantiles y proyectos académicos. Mientras tanto, la ejecución presupuestal de 2024 es una de las más bajas del sector: apenas un 30 % en lo que va del año.
Pero lo más preocupante —según el docente— es que varios de los demandantes forman parte de la misma administración que gestiona los fondos. Es decir, funcionarios que litigan contra la institución que ellos mismos dirigen.
En medio de esta tormenta, la comunidad académica permanece desinformada, los estudiantes carecen de condiciones dignas, y el Ministerio de Educación se mantiene al margen. La UNABAP no es hoy una universidad, es un campo de batalla judicial donde la formación artística ha pasado a segundo plano.
Esta entrevista exclusiva revela una crisis de fondo que compromete no solo el futuro de Bellas Artes, sino el sentido mismo de lo público. Porque si la cultura y la educación pueden ser capturadas desde dentro, con aval legal y complicidad política, entonces estamos ante una amenaza mayor.
Escucha la entrevista completa en el nuevo episodio de Lima Gris por Neo TV.
Cultura
Entrevista con los actores de la obra Frenesí, dirigida por Herbert Corimanya [VIDEO]
Una obra que nace del encierro y florece en libertad: Frenesí pone en escena el poder redentor del teatro con exreclusos que hoy transforman sus historias en arte vivo.

El primero de agosto en la Sala Tovar de Miraflores se alza una obra que no solo conmueve por su intensidad dramática, sino por la vida que arde detrás de cada palabra, de cada gesto, de cada silencio. Frenesí, dirigida por el sensible y audaz Herbert Corimanya, es una puesta en escena que no teme explorar las profundidades del alma humana: la culpa, la redención, la violencia contenida y el deseo irrefrenable de libertad. Pero su mayor potencia no está solo en el texto o en la dirección, sino en la piel y la historia de quienes la interpretan.
Martín Velásquez, Giancarlos Almonte y Juan Pablo Mejía no son actores formados en conservatorios tradicionales. Su escuela ha sido el encierro, el margen, la sombra del sistema penitenciario peruano. En prisión descubrieron el teatro como una forma de sobrevivir, de resistir, de transformar el dolor en arte. Hoy, con Frenesí, regresan no a la sociedad sino al mundo, con una propuesta actoral que vibra con crudeza, verdad y humanidad.
En esta edición de Lima Gris Radio, conversamos con ellos: tres voces que han transitado el abismo y hoy nos invitan a mirar, sin filtros, esa otra realidad que el teatro, con toda su potencia catártica, puede transformar. La entrevista nos permite no solo conocer su proceso personal, sino comprender cómo el arte puede abrir grietas en el muro del prejuicio. Una conversación que va más allá del escenario. Una lección de vida que se representa noche a noche, entre aplausos y emociones contenidas.
Cultura
Albert Zavaleta Zamudio y su libro Dolaje [VIDEO]
En Lima Gris radio conversamos con el escritor Albert Zavaleta, autor de Dolaje.

Entre el abismo íntimo y el vértigo del lenguaje, “Dolaje” se alza como un artefacto literario insólito en la narrativa peruana contemporánea. Albert Zavaleta no escribe, fermenta; su verbo no construye mundos, los absorbe. En un libro que oscila entre el relato filosófico, el ensayo disfrazado y la autobiografía lírica, el autor encarna la figura del escritor total: aquel que vive, duda, se enfrenta a sí mismo y convierte esa batalla en literatura.
Lejos del confort de las fórmulas narrativas, Dolaje es un mosaico de ficciones y pensamientos atravesado por la espiritualidad, la memoria, el determinismo y una obsesión constante por la libertad que nunca llega. Cada cuento —desde el alegórico “Ese otro”, hasta el melancólico “El plan inca”— es una cámara de espejos donde Zavaleta se mira y nos obliga a mirarnos. El autor hace de su experiencia vital y religiosa una búsqueda de sentido que lo emparenta con los místicos, pero también con los iconoclastas: su tono recuerda a Ribeyro en la confesión, a Borges en la estructura, y a Vallejo en la gravedad.
Este no es un libro para el lector apurado. “Dolaje” requiere ser bebido con lentitud, como el vino al que alude su título. Solo así se perciben sus notas ocultas: el duelo personal, la ironía culta, la ternura escondida. En este sentido, Zavaleta escribe como si cada frase fuese una forma de redención, una invitación a confrontar nuestras máscaras más queridas.
En conversación con Lima Gris, Albert Zavaleta nos habló de todo esto: del origen de su obra, de su militancia en el lenguaje, de su paso por el movimiento Big Bang Literario y del desvelo que implica escribir en tiempos donde pensar ya es un acto subversivo. Esta entrevista no es solo un diálogo con un autor, sino con un espíritu que —como Enoc en uno de sus relatos— ha decidido habitar los intersticios entre lo visible y lo sagrado.
Bienvenidos a Dolaje. Aquí la entrevista completa.
Cultura
Este viernes inicia la FIL 2025, ¿será mejor que la del año pasado?
Feria del Libro irá hasta el 6 de agosto, apostando nuevamente por personajes mediáticos que por difusores de nuestra cultura.

Mes patrio y ya es casi una sana costumbre que por estas fechas la Feria Internacional del Libro (FIL) de Lima se asiente en algún punto céntrico de nuestra capital. Como los años anteriores, bien hicieron los organizadores en elegir nuevamente el distrito de Jesús María como el epicentro de la literatura. Desde este viernes 18 de julio hasta el 6 de agosto, el parque Próceres de la Independencia del mencionado distrito recibirá a escritores nacionales e internacionales para deleite de sus miles de seguidores.
En esta ocasión, la Cámara Peruana del Libro (CPL) indicó que la tarifa costará S/10 los fines de semana (viernes, sábado y domingo) y feriados; y S/7.50 de lunes a jueves, detallando que este incremento responde al alza de los costos logísticos y la necesidad de mantener la calidad de la programación. Sin embargo, los vecinos de Jesús María podrán ingresar de manera gratuita a la FIL 2025 presentando su documento de identidad. Asimismo, las personas con discapacidad podrán acceder pagando S/6 de lunes a jueves y S/8 los fines de semana y feriados presentando su carné de Conadis. Finalmente, docentes y estudiantes pagarán S/5 cualquier dia.
Se espera, por lo tanto, una considerable mejoría respecto a la edición anterior, donde cientos de asistentes reclamaron sobre una mejor zonificación y señalización, así como mantener el verdadero significado de una feria, en cuanto uno acude a encontrar libros a precios accesibles, y evitar que por el contrario una finalidad más lucrativa.
Homenajes
Uno de los principales homenajes a realizarse será para nuestro premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa, quien recientemente falleciera el pasado 13 de abril. Por su parte, la agenda incluye cinco homenajes literarios: cuatro de carácter póstumo y uno en vida. Recibirá el Premio FIL el poeta Leoncio Bueno Barrantes, figura clave de la poesía social peruana, en reconocimiento a su trayectoria a sus 105 años. Los homenajes póstumos recordarán al humorista Nicolás Yerovi, al poeta Carlos Germán Belli, a la editora Teresa Orbegoso y al investigador afroperuano Nicomedes Santa Cruz.

Invitados internacionales
La 29° Feria Internacional del Libro de Lima contará con una destacada lista de invitados nacionales e internacionales que enriquecerán su variada programación. Entre los invitados internacionales figuran reconocidos autores, periodistas, ilustradores y artistas. Destacan Javier Cercas, novelista español autor de “El loco de Dios en el fin del mundo”; Rosa Montero, referente de la novela contemporánea y el periodismo narrativo español; Laura Restrepo y Piedad Bonnett, escritoras colombianas de amplia trayectoria; Kevin Johansen y Liniers, músico y artista visual argentinos; Guillermo Arriaga, escritor y guionista mexicano y Ray Lóriga, novelista y cineasta español.

Cultura
Ministerio de Cultura en Cajamarca autoriza destrucción de ‘muro Inca’ para construcción de puente
¿De patrimonio a escombros? La Dirección Desconcentrada de Cultura de Cajamarca validó un muro inca vinculado al Qhapaq Ñan, pero años después autorizó una obra que terminó destruyéndolo por completo.

En 2017, los cajamarquinos celebraban un descubrimiento inesperado: tras una crecida del río San Lucas, afluente que corre paralelo al antiguo camino incaico entre Cajamarca y Los Baños del Inca, quedó al descubierto un muro de piedra perfectamente ensamblado. Las autoridades culturales de ese entonces no tardaron en confirmar lo evidente. La arquitecta Carla Díaz García, entonces directora de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Cajamarca, junto al arqueólogo Luis Francisco Esquerre Fernández, acudieron al lugar y validaron su autenticidad: era un muro inca, posiblemente parte del Qhapaq Ñan, el sistema vial andino declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Muro Inca, bañado por el río San Lucas en Cajamarca ya no existe.
La respuesta es tan indignante como alarmante: la misma entidad encargada de proteger el patrimonio cultural —la DDC de Cajamarca— autorizó su desaparición bajo el amparo de informes técnicos con inconsistencias, aprobados con inusitada celeridad.
Un muro validado y luego ignorado
En marzo de 2017, el muro fue formalmente reportado por la DDC. En 2023, el arqueólogo Luis Francisco Esquerre Fernández retomó el caso mediante el Informe N.º 000431-2023-SDDPCICIDDCCAJ LEF/MC, confirmando su origen incaico. En febrero de 2024, la Secretaría Técnica del Qhapaq Ñan también reconoció su valor patrimonial en conjunto con los arqueólogos Esquerre Fernández y Henry Joel Chávarri García, como consta en el Informe N.º 000010-2024-QHAP-QÑAN-DM-ABE/MC.
Pese a todo esto, la directora actual de la DDC, Roxana Judith Padilla Malca, emitió en tiempo récord dos resoluciones (N.º 000122-2024-DDC CAJ/MC y N.º 000368-2024-DDC CAJ/MC), autorizando el “monitoreo arqueológico” en la zona, paso previo para la construcción de un puente vecinal que terminó por destruir el muro.

Roxana Judith Padilla Malca, tiene más de 7 años en el cargo de directora de la DDC Cajamarca.
El informe que autoriza lo inaceptable
El documento clave que avala esta intervención es el Informe N.º 000085-2024-DDC CAJ-HCG/MC, elaborado por el arqueólogo Henry Chávarri García.

Informe N.º 000085-2024-DDC CAJ-HCG/MC, elaborado por el arqueólogo Henry Chávarri García.
Este informe plantea, en un mismo cuadro, que no hay ‘infraestructura preexistente’, y en otro que sí la hay. Una contradicción grave, ya que cuando no existe infraestructura preexistente —como en este caso, donde había un vestigio arqueológico en pie—, la normativa exige tramitar previamente un Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA), lo cual no se hizo.

Fuente: Ministerio de Cultura.
Peor aún: el registro fotográfico que sustenta el expediente es de septiembre de 2023, mientras que el ingreso formal del expediente se hizo el 26 de febrero de 2024. Sin embargo, la autorización se dio el 27 de febrero, solo un día después, lo que hace dudar de que haya habido una inspección real o evaluación técnica rigurosa.


Fuente: Ministerio de Cultura.
¿Un error de forma? ¿Un descuido? Lo dudoso no es solo la calidad del informe, sino la prisa con la que fue aprobado. La directora Padilla Malca no solo omitió observar estas irregularidades, sino que dio luz verde a un proceso que terminó destruyendo la única evidencia material incaica a lo largo del tramo Cajamarca–Baños del Inca del Qhapaq Ñan.
¿Complicidad o negligencia?
El diario Panorama Cajamarquino ha venido reportando presuntas irregularidades en la gestión de Padilla Malca, quien ocupa la dirección de la DDC desde hace más de siete años. Sin embargo, este caso marca un punto de quiebre: no se trata solo de mala administración, sino de una decisión institucional que permitió un atentado contra el patrimonio cultural.
Hasta ahora, ningún arqueólogo de la DDC ha presentado denuncia alguna. ¿Por qué callan? ¿Acaso temen represalias? ¿O son parte de una estructura complaciente con la destrucción del legado prehispánico?
El Colegio de Arqueólogos del Perú, así como el Ministerio de Cultura, deben pronunciarse. Y más aún: deben investigar y sancionar a los responsables de permitir este atentado patrimonial. No se puede permitir que decisiones administrativas, basadas en informes mal elaborados y resueltos en tiempo récord, justifiquen la pérdida irreversible de evidencias arqueológicas.
En Cajamarca, el Ministerio de Cultura no solo brilla por su ausencia: parece haberse convertido en un facilitador del olvido.
Cultura
Chincha: con maquinaria pesada destruyen el Sector B de Huaca Grande
El hecho revela no solo el intento de apropiación ilegal de terrenos con valor histórico, sino también la negligencia sistemática del Ministerio de Cultura y las autoridades locales.

Por Luis Huertas
Durante la mañana de ayer, vecinos del centro poblado Huaca Grande alertaron sobre un nuevo atentado contra el patrimonio cultural. Maquinaria pesada venía destruyendo y nivelando el sector norte del monumento arqueológico conocido como Huaca Grande – Sector “B”, declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
Tras la denuncia ciudadana, personal de la Municipalidad Distrital de Sunampe, junto con efectivos de Serenazgo y la Policía Nacional del Perú, acudieron al lugar para constatar in situ los daños. Al llegar, las máquinas ya se habían retirado, pero se logró registrar fotográficamente la placa del vehículo involucrado: P2T-915, correspondiente a la empresa de Servicios Múltiples V.G. E.I.R.L., con domicilio legal en el centro poblado San Francisco (Sunampe), dedicada al transporte de carga.

Maquinaria pesada extrayendo el lado norte del sector B de Huaca Grande.
Según información recogida en el lugar, las maquinarias habrían sido contratadas por un poblador de la zona, quien se presenta como supuesto propietario del terreno, con el aparente objetivo de habilitarlo para venta. Durante nuestro recorrido, pudimos hallar fragmentos de cerámica, restos textiles y fragmentos óseos humanos —evidencia clara del valor arqueológico del sitio. Además, de algunos tapiales de barro destruidos.

Servicios Multiples V.G. EIRL. Empresa contratada para atentar contra el Patrimonio arqueológico.

Trabajos de remoción en pleno sitio arqueológico, considerado Patrimonio cultural de la Nación.
Una tragedia que se repite
Este acto no es aislado. Huaca Grande (Sector B) ya ha sido afectada en anteriores gestiones municipales. En el periodo del ex alcalde Carlos Grimaldi (2011-2014), se intentó ejecutar una obra denominada “Anillo vial” que impactó el sector sur del sitio. Resultado de dicha acción: ningún castigo por parte del Ministerio de Cultura. Muy raro, ¿no? Posteriormente, en la gestión del ex alcalde David Matías (2015-2018), se adquirió un predio a la familia Muñante con la intención de construir un centro de salud, sin embargo, se descubrió que dicho terreno incluía parte de la huaca, por lo que el proyecto fue descartado.

Material textil encontrado dentro de la remoción del terreno por maquinaria pesada.

Huellas de los trabajos con maquinaria pesada al lado norte del sector B de Huaca Grande.

Perfil norte donde se muestra evidencia arqueológica.
Patrimonio en peligro
Huaca Grande es considerada una mansión o palacio de la élite rural del Señorío Chincha. En 2009 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación mediante la Resolución directoral nacional N.° 626-INC, y recientemente, en enero de 2024, se determinó su protección provisional (sectores A y B) por medio de la Resolución Directoral N.º 000001-2024-DGPA-VMPCIC/MC por dos años.
Dicho documento establece que el área arqueológica debe contar con señalización adecuada e hitos de delimitación. Sin embargo, durante nuestra inspección en el terreno no se hallaron los hitos, y el único panel informativo —que advierte sobre su condición de patrimonio protegido— está deteriorado y próximo al colapso.
El sitio prácticamente se encuentra abandonado y no solo por el Ministerio de Cultura, sino también por las autoridades de turno que, por cierto, solo aparecen para la foto y no destinan fondos para su cuidado. La población aledaña, intenta con sus propios recursos, mantener en pie este monumento arqueológico como legado de nuestra historia.

Panel en mal estado de conservación. Fue colocado en el 2018. Actualmente, el Ministerio de Cultura se resiste a cambiarlo.
Este hecho no solo refleja el accionar irresponsable de algunos ciudadanos que buscan apropiarse de terrenos culturales, sino también la inacción del Ministerio de Cultura, que en más de un año no ha implementado medidas mínimas de protección en el lugar. ¿Acaso no hay presupuesto para elaborar hitos? ¿Dónde queda la capacidad de gestión de los que lideran la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica?
El Estado no puede limitarse a emitir declaratorias desde un escritorio; urge una articulación real entre la comunidad, la municipalidad y el ministerio, que hasta ahora parecen actuar de forma aislada. Falta salir al campo y evaluar cómo está nuestro patrimonio, no solo en nuestro valle sino, en los cinco valles de la región Ica. Cada día se va destruyendo parte de nuestro Patrimonio. Con el aval y complicidad del Ministerio de Cultura que poco o nada hace por preservarlo.
El patrimonio no puede esperar. El abandono y la negligencia están siendo cómplices silenciosos de su destrucción.
Cultura
Asociación de Anselmo Pi, usaría convenio con Mincul para escanear irregularmente territorio nacional
Otra incongruencia del Ministerio de cultura que pone en peligro la seguridad y soberanía nacional. Especialistas se pronuncian sobre convenio con Asociación de Anselmo Pi Rambla.

Anselmo Pi Rambla y su asociación sorprendieron a la reconocida empresa italiana KHAFRE PROJECT al decirles que, junto a su equipo, podrán escanear satelitalmente territorio peruano, específicamente el cusqueño, para buscar laberintos subterráneos es así que, en reciente conferencia de prensa, el cuestionado Pi Rambla, junto a funcionarios de la empresa, anunció que pronto se escanearía Cusco en búsqueda de pasajes subterráneos.
In Malta with @Filippobiondi_1 @meimor08 of KHAFRE PROJECT viewing their discoveries that will change history. We had the pleasure to announce that Pi Rambla foundation will work with them to seek Sacsayhuamán labyrinths & the Cusco underground @TheProjectUnity pic.twitter.com/Zfviuw3zvR
— Anselm Pi Rambla (@PiRambla) June 15, 2025
Al respecto, el entonces director del Ministerio de Cultura Cusco, Jorge Luis Moya refiriéndose a permisos de investigaciones arqueológicas obtenidos por la Asociación Pi Rambla, refirió que, a la fecha, no cuentan con ningún permiso de investigación arqueológica y la solicitud que ha presentado dicha asociación está siendo observada por diferentes incongruencias en los informes y por el producto que están presentando para su calificación. Asimismo, refirió que el convenio, firmado por la Asociación Pi Rambla y el Ministerio de Cultura, se encuentra en un proceso de nulidad en la sede central del Ministerio de Cultura en Lima.
Moya también manifestó que el Ministro de Cultura no ha dado permiso alguno a la Asociación Pi Rambla para escanear satelitalmente territorio cusqueño, recalcando que la Asociación en cuestión no cuenta con ningún tipo de permiso otorgado por el Ministerio de Cultura – Cusco y que este hecho violaría nuestra soberanía nacional.
Asimismo, el Decano del Colegio de Arqueólogos del Perú, Dr. Pieter Van Dalen, se pronunció referente al anuncio de la Asociación Pi Rambla que escaneará satelitalmente territorio cusqueño para buscar laberintos subterráneos. “Es una situación muy preocupante y alarmante el hecho de que se escanee satelitalmente territorio peruano sin consentimiento de los ministerios pertinentes, y que el Estado peruano, a través de las instituciones que deben velar por la protección de la seguridad nacional, permita que instituciones extranjeras estén realizando vuelos o utilizando satélites en nuestro territorio nacional. El Ministerio de Defensa debe intervenir inmediatamente, tomar acciones, convocar a esas instituciones y enviar un documento para que cesen este tipo de acciones ilegales”.
Con lo expresado e informado por el entonces director del Ministerio de Cultura Cusco, Jorge Luis Moya, queda demostrado que Anselmo Pi Rambla y su asociación no contaría con ningún tipo de permiso, evidenciando que estos supuestos investigadores profesionales habrían sorprendido a la empresa KHAFRE PROJECT. Aquí la falta de ética sería desbordante; ya que se cree que el Perú es un feudo o sigue siendo colonia española, además se piensa que las condiciones políticas que se tenían en la dictadura fujimorista siguen siendo las mismas, donde con un fajo de billetes se conseguía cualquier cosa, entre ellas poner en riesgo el patrimonio cultural de la nación y el saqueo de yacimientos arqueológicos.
El día domingo, el programa Política y Poder emitido por IMPECABLE TV realizó varios destapes referentes a la figura de Anselmo Pi Rambla, este cuestionado personaje que pretende volver a obtener permisos del Ministerio de Cultura. Al respecto fue consultado el alcalde del Cusco, quien, refiriéndose a la solicitud de la Asociación Pi Rambla para excavar la Chincana de Cusco, fue tajante: “Como alcalde del Cusco quiero ser claro y tajante: Nadie va a tocar una piedra mientras no tengan la autorización de la comuna provincial”.
https://www.facebook.com/inpecable.peru/videos/4152160415059718

En un anterior artículo de Lima Gris titulado “Escándalo en el Ministerio de Cultura: ¿Un Convenio Extraterrestre?” (https://limagris.com/escandalo-en-el-ministerio-de-cultura-un-convenio-extraterrestre/), donde pusimos en conocimiento de la opinión pública que diferentes grupos humanos del Cusco exigen la anulación del convenio entre el Ministerio de Cultura y la Asociación Pi Rambla y denuncian la incongruencia del Ministerio de Cultura al vulnerar los fines para los que ha sido creado, entre ellos fortalecer la identidad nacional.
Luego de leer este artículo, el Ministro de Cultura, Fabricio Valencia, seguirá protegiendo dicho convenio que, según las comunidades aledañas al parque arqueológico de Sacsayhuamán, atenta contra nuestra identidad cultural. Ellos no son los únicos, pues el reportaje del programa cusqueño Política y Poder mostró una serie de evidencias que muestran que Anselmo Pi atentaría contra la historia e identidad de los peruanos.
Una dato importante para el ministro Fabricio Valencia, hijo del distinguido arqueólogo y antropólogo Alfredo Valencia Zegarra, es que Anselmo Pi Rambla afirma reescribir la historia de la humanidad y que los muros del Coricancha no son incas. ¿Qué diría de esto el padre del Ministro de Cultura? Y una más para el Ministro: el señor Pi Rambla afirmó que los muros del Coricancha tienen una antigüedad de 4000 años, cuando los estudios de arqueólogos cusqueños, peruanos y extranjeros entre ellos sus señores padres, afirman con evidencias científicas que el Coricancha es de la época inca.
Esperemos que el Ministerio de Cultura tome cartas en este asunto y no vuelva a firmar convenios irresponsables, y que cuyo objetivo es minimizar nuestro glorioso pasado.
Cultura
Entre el alma y los muertos: entrevista a Orlando Mazeyra Guillén, Premio FILAY 2025
Hablamos con el autor de ‘El mar que nos espera’ sobre literatura y resistencia’

Por José Emilio Caro Gómez
Ayacucho tiene dos traducciones: una que me gusta, derivada de lo poético, «Rincón del alma», y otra que proviene de la historia, «Rincón de los muertos». La Plaza de Armas, diseñada en un modelo de damero, está ahora llena de feriantes de libros. Sobre ella, el cielo azul se extiende, salpicado de nubes blancas y grises. De vez en cuando, alguna nube se cuela en los portales con arquerías que rodean el centro, donde se encuentra la estatua del héroe de la independencia, el Mariscal Sucre. Sin embargo, esta figura es una de las tantas mentiras que la historia oficial nos impone: un héroe de barro. No entiendo por qué no colocan una estatua del General La Mar, quien sí estuvo y dio la cara a los masones españoles. Quizá en la firma del tratado de independencia se intercambiaron el santo y la seña de su logia: “¿Qué hora es?”, preguntó uno, y el otro respondió: “Es hora de trabajar”.
Huamanga, a esta hora de la tarde, la observo desde lo alto de un balcón. Espero al ganador del Premio de Novela Corta de la Feria Internacional de Ayacucho. La calma de la ciudad, con su arquitectura morisca-andaluza y su historia llena de contrastes, se mezcla con las voces del público que se incrementa al pasar las horas.
Orlando llega puntual. Nos saludamos afectuosamente, pues la última vez que lo vi fue al pie del Misti, en la Biblioteca Mario Vargas Llosa, en Arequipa. Nos sentamos, y siento una gran premura por hacerle unas preguntas que siempre me rondaron al leerlo.
-Tomo un sorbo amargo de café y sin miramientos-.

¿Cómo y cuándo comenzaste tu camino en la literatura?
Casi sin darme cuenta, creo. Escribiendo cuentos de fútbol en la primaria y conociendo la obra de Antoine de Saint-Exupéry, Ribeyro, Reynoso, Arguedas, Horacio Quiroga, Sabato, Osvaldo Soriano, Fontanarrosa, entre otros. Recuerdo que en quinto de secundaria le informé a mi madre que quería ser periodista y se rió de mí. Según ella, las carreras decentes eran (o son) Medicina, Derecho e Ingenierías. Por eso, a pesar de que ingresé a Ciencias de la Comunicación en la Unsa, ella me obligó a estudiar ingeniería en la Universidad Católica de Santa María. Desde muy joven supe que tenía que remar contra la corriente y lo sigo haciendo. Mi vida ha consistido en darle la contra a los demás.
Cuando publicaste tus primeros relatos, ¿cómo era el panorama narrativo peruano?
Realmente desolador. Yo terminé la universidad hace más de 20 años y en Arequipa no existían las editoriales independientes. Apenas recuerdo a un editor y escritor de cuentos fantásticos que me explicó, muy a su manera, lo costoso que era publicar un libro de relatos; por eso me desmotivé y, a pesar de que seguía escribiendo, pensé que jamás podría publicar mi primer libro.
Por suerte, justo en el último semestre de la universidad, encontré una convocatoria a un Premio Nacional de Cuento Largo organizado por la Universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque: la historia tenía que ser de no menos de 25 páginas y de no más de 50. Así, muy influenciado por «El túnel» de Sabato, escribí furiosamente «Todo comenzó en la Universidad». Fui co-ganador del primer lugar, así que nos repartimos el premio con un estudiante de Piura. No obstante, el verdadero premio fue saber que los jurados fueron dos grandes como Colchado y Oswaldo Reynoso. Así pude conocerlo y entrevistarlo en su casa de Jesús María. Nos volvimos patas, fue una entrañable amistad. Yo le sugerí el título del último libro que publicó en su tierra natal: «Arequipa lámpara incandescente» y también me lo dedicó. Ese quizá sea mi mayor e inmerecido premio. O haber leído los borradores de sus últimos libros para luego almorzar comentando sus historias. ¡Qué privilegio! Creo que por eso, desde que él murió, ya no quiero ir a Lima. Ir a la capital representaba la posibilidad de ir al parque Alberti de Jesús María, tocar la puerta y pasar jornadas espléndidas con ese querido amigo.
-Claro, él siempre me dijo: mira, ese es un verdadero escritor-.
En tu opinión, ¿el arte puede ser un medio de resistencia frente a la anomia que vivimos actualmente?
Antes que escribir, leer es resistir. Los escritores somos lectores que damos un paso más y nos ponemos a contar historias con la ilusión de hacerlo con el talento de los maestros. Por eso es tan necesario fomentar la lectura desde la infancia y evitar la censura de autores incómodos. El arte debe introducirse en nuestras vidas, modificarlas y permanecer para siempre.
Un escritor, según tú, ¿puede realmente apartarse de lo ideológico?
Creo que ningún escritor puede hacerlo porque publicar un libro ya es un acto político. En nuestras historias asoman nuestras filias y nuestras fobias, nuestra mirada del mundo y nuestra ideología, equivocada o no, ese ya es otro cantar.
Para quienes aún no hemos tenido el placer de leer El mar que nos espera, ¿cómo definirías en tres palabras?
Una novela atípica.
Escribir una novela corta; ¿cómo fue para ti ese paso?
El libro tiene varias partes. Primero, una historia breve que Fernando Rivera analiza muy acertadamente cuando señala: “El sueño y la condena de vivir se narran y desnarran en esta implacable nouvelle que con una velocidad alucinante recorre el otro lado de las cosas. Orlando Mazeyra Guillén ha escrito en El mar que nos espera una historia extraordinaria donde los personajes miran desde el vértigo de la pesadilla y el acecho de la muerte, las posibilidades de la vida”. Pero luego asoma el deseo de construir «la casa de la novela» como señaló Luis Hernán Castañeda: «Orlando Mazeyra Guillén se sumerge en un mar cuyas profundidades ocultan las ruinas de una tragedia. Con una prosa directa y precisa, recupera los fragmentos de un pasado traumático. Y los devuelve a la superficie, donde intenta construir la casa de la novela. Su proyecto, a la vez literario y sanador, busca hacer habitable —respirable— el océano de sombras que asfixia a sus personajes. De allí que El mar que nos espera sea una historia resquebrajada, que no deja de perseguir, a través de sus giros de voz, perspectiva y género, una cierta unidad perdida. Sin embargo, el intento por anclar su relato en una verdad revela que la escritura ofrece un camino engañoso. Y que las motivaciones del escritor, lejos de ser redentoras, pueden estar contaminadas por el deseo y la traición”.
Es una novela sobre cómo yo escribí mi primera novela. O sea, ficción sobre la ficción y al final otro libro más que parece ser de otro autor. Mi novela es un reflejo de mi vida: imperfecta. Es como yo: con baches, vacíos, puntos ciegos.
Sé que estuviste en la capital, pero luego regresaste a vivir en Arequipa, ¿lo haces por elección o es un tipo de autoexilio?
Arequipa es mi patria. O si quieres, mi patria chica. He vivido y he trabajo haciendo prensa en Lima y es una ciudad que detesto desde los forros. Y esto no me impide aceptar con mucha pena y angustia que Arequipa cada vez se parece más a Lima. ¡Es espantoso!
-Oswaldo Reynoso te consideró un narrador prometedor.-
Oswaldo para mí es un hermano mayor. Un ejemplo a seguir. Y sobre todo un maestro. En mi novela hay ciertos guiños a él como mentor, creador y guía. Nunca estaré a su altura, pero sigo sus pasos con mis limitaciones y con muchísima pasión, algo que también aprendí de él.

¿Qué opinión tienes sobre las ferias regionales como la que se realiza en Ayacucho?
Que tienen un auténtico espíritu independiente y sobre todo plural. Déjame, por favor, agradecer una vez más a los jurados del Primer Premio Internacional de Novela de la FIL Ayacucho por elegir mi trabajo. La vida es como un juego de azar y creo que los premios también. Esta modesta gratificación, más que económica, tiene un carácter espiritual inmarcesible. Los escritores del interior del Perú tenemos que sacrificarnos en demasía para difundir nuestros libros. Por suerte, ahora contamos con un nuevo evento literario independiente en Ayacucho y eso me alegra muchísimo. Sé que cada año habrá mejores obras que la mía, no me cabe la menor duda.
Además de Reynoso, ¿qué otros escritores nacionales o extranjeros han sido referentes para ti?
De Arequipa: Oswaldo Reynoso, Vargas Llosa, Edmundo de los Ríos. También respeto y sigo con atención la obra de Yuri Vásquez, Alex Rivera de los Ríos, Jorge Monteza, Victoria Vargas, Dennis Arias, entre otros. Creo que es necesario, primero, conocer lo propio.
Además están obviamente Ribeyro, Arguedas, Valdelomar pero también Claudia Ulloa, Laura Riesco, Juan Manuel Robles, Luis Hernán Castañeda y un largo etcétera.
De los extranjeros no puedo olvidar a Camus, Sabato, Rubem Fonseca, Clarice Lispector, García Márquez, Lucia Berlin, Borges, Henry Miller, Richard Ford, Cheever, Volpi, Leonardo Padura, Ricardo Piglia y muchos más.
Al inicio de tu carrera, ¿cómo fue tu relación con los medios literarios y editoriales en el Perú?
Distante. Soy un escritor insular. Escribir historias en el semanario de César Hildebrandt me hizo ganar muchos lectores. Pero es sabido que en las editoriales que Oswaldo Reynoso llamaba «transnacionales» más que el mérito o el talento, prima la patería, el lustrabotismo y la argolla.

El reconocimiento institucional, como el Premio de Novela Corta que ganaste, ¿cambia algo en tu visión como escritor?
No, para nada. Me emociona mucho, eso sí. Me permite publicar mi novela y encontrarle un espacio en los medios. Pero ya te dije que los premios son un juego de azar y a veces los ganan los que menos lo merecen. Sean grandes o pequeños.
¿Cómo defines el tono de tus relatos?
Mi narrativa es autobiográfica e intimista. Pero en mi novela escapa del realismo a secas y «juego» con la novela «policial», con el terror, lo sobrenatural, etcétera. Ha sido todo un reto para mí y espero que el resultado sea alentador para todos aquellos que se animen a leerla.
¿Has considerado explorar otros géneros como la poesía, el ensayo o el teatro?
Garabateé poemitas en mi juventud pero no pasó de eso: meros garabatos. Una vez recibí un reconocimiento en El Búho por un modesto ensayo sobre Arequipa. Y me encantaría escribir una obra teatral, así que no lo descarto. Ojalá algún día lo haga.
¿En qué proyectos literarios estás trabajando actualmente?
Un libro con una mirada acuciante, dolorosa pero también esperanzadora del Perú: un libro peruano en el mejor de los sentidos y escrito con compromiso, por supuesto.
¿Qué consejo le darías a jóvenes narradores que, como tú, empiezan desde regiones como Arequipa, lejos de los grandes centros editoriales?
Que se olviden de todo lo «grande» (y grande entre comillas): ciudades, editoriales. Que no escriban llevados por modas literarias o temas que «vendan», que no piensen en los premios. Yo por ejemplo no he podido terminar de leer a Premios Alfaguara porque se me ha terminado de caer el pelo y las muelas también.
Uno debe escribir sobre lo que le revuelve las tripas y no casarse con nadie.
¿Prefieres trabajar en comunidad con otros escritores o te identificas más con un proceso individual y silencioso?
Como te dije: soy muy insular. Detesto las argollitas y manchitas «nice». Esa gentita que juega en pared y se devuelve favores.
Pasar del relato breve a la novela corta, ¿qué reto representó para ti?
Ponerme a prueba, intentar reinventarme. Es mi libro más audaz sin dejar de ser íntimo. En realidad no es una novela sino una antinovela. Espero que te guste. Yo creo que a Oswaldo le hubiera llamado la atención: la terminé el día de su cumpleaños, el 10 de abril.
Reynoso es un león arequipeño que sigue más vivo que nunca.
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